uno.

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Advertencias: Omegaverse, algo de drama y angst, pero también fluff por algunas partes.

Se removió entre las suaves sábanas, suspirando por las ganas de quedarse en la cama, pero sabía que no correspondía

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Se removió entre las suaves sábanas, suspirando por las ganas de quedarse en la cama, pero sabía que no correspondía. Ese día debía lavar la ropa blanca de la semana, además que tenía una cita a la que ya dijo que asistiría.

Giró en la cama, quedando boca arriba, y sintió el semen escurriendo por su agujero. Minho anudó dos veces la noche anterior, con Felix tan cansado que no se molestó en ir a limpiarse. Mejor así, el omega estaba un poco preocupado por no estar embarazado todavía. Minho no le decía nada ni le presionaba por eso, pero Felix tenía un deber qué cumplir con su marido.

Suspirando, terminó por ponerse de pie para ir a darse una ducha. Minho había salido dos horas atrás para ir a su trabajo. A veces, Felix despertaba con él e iba a prepararle el desayuno, aunque en otras ocasiones no era así. Minho era bastante autosuficiente en ese sentido, pero a Felix le sentaba un poco mal no poder servir al alfa como correspondía.

El próximo mes sería el aniversario de matrimonio. Cumplirían cuatro años de casados, y Felix esperaba que Minho no lo olvidara como el año pasado. Le hacía mucha ilusión recibir alguna atención de su esposo, por pequeña que fuera, a pesar de que Minho no fuera un alfa demasiado cariñoso. Al omega no le gustaba pedirle demasiado, sin embargo, se sentía bien saber que su marido le quería.

Ambos se casaron cuando Felix cumplió los dieciocho años y terminó la secundaria. Había sido un matrimonio arreglado entre ambas familias, que pertenecían a la aristocracia del país. Una fortuna para Felix, que era omega, pues muchas personas veían a los omegas machos como una desgracia. Sus padres no estaban muy contentos con él en ese sentido, pero se encargaron de arreglarle un buen matrimonio que trajera beneficios a la familia.

Básicamente, los padres de Minho tenían una deuda de dinero con la familia de Felix. Sus papás decidieron perdonar dicha deuda, si el hijo de los Lee aceptaba a Felix como pareja. Ellos se conocieron en una cena, Minho le echó un vistazo y dio su veredicto.

—Está bien, no tengo problema en casarme contigo —comentó, tranquilo y sin una señal de asco.

Minho estaba saliendo de la universidad en ese momento, con veintitrés años. A Felix le gustó mucho el porte elegante que tenía, su piel pálida y el aroma a cítricos que soltaba. Estudió Derecho y pronto entraría a trabajar en la empresa de sus padres.

Así que ellos salieron por un mes antes de casarse e irse a vivir solos. Felix estaba muy asustado al inicio, sin embargo, Minho fue amable y paciente con él, y no le había tratado mal en ningún momento. Es decir, a veces discutían, pero nunca escaló a una pelea fuerte. Felix siempre solía retroceder con rapidez, fue criado para someterse y era algo que salía naturalmente en él. No le gustaban los conflictos, y menos si eran con un alfa. Peor aún, si eran con su marido.

bloom ୨ৎ minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora