La mente de Cassandra.

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Aún no sé porqué escribo esto, pero algo dentro de mi me lo pide, tal vez para asegurarme de que las cosas que están pasando son reales y no solo un producto de mi imaginación.

Hace un tiempo, más precisamente alrededor de seis o siete meses, he estado yendo a un café-libreria, un día solo lo encontré en un foro de internet y me dio curiosidad. Solo fue eso, simple curiosidad.

Las voces han parado un tiempo, tal vez se deba al medicamento, no estoy segura, pero quiero pensar que fue un avance que logré por mi misma. Aunque, a veces despierto por las noches y ella sigue viniendo, viene por mi. Pero nunca cruza la puerta de mi habitación, como si solo estuviera acechando, como si esperara a que yo fuera y le abriera. Como si fuera tan tonta para caer en eso... Veo su sombra, debajo de la puerta, cubre la luz del pasillo y me deja a oscuras, o al menos yo siento que me deja en una oscuridad absorbente, silenciosa, que me ahoga.

Pero tendré suficiente tiempo para contar eso después, vengo a escribir algo que me ha dejado un poco confusa y no me deja acabar mis libros debido a la inquietud.

Una chica, rubia y con pecas en sus mejillas, morena y con ojos verdes. Ella siempre me mira con disimulo cuando me encuentro ahí, en el café-libreria, en los primeros meses solo sentía una mirada sobre mi, pero no sabía exactamente de quien, y como ya estaba algo acostumbrada a que me miraran simplemente lo dejé pasar. Pero quienes me miran siempre no son personas.

Después pasó el tiempo y finalmente pude ver que la chica rubia es quien me miraba, podía sentir su mirada penetrante en mi, cómo si quisiera descifrar mi interior, pero nunca perdí la compostura. Intento hacer que no vea mis emociones, pero es complicado. Y quiero pensar que también es una persona, y no otra cosa.

Los libros que leía no ayudaban mucho, empecé por El túnel, demasiado confuso; seguí con Carta de amor a los muertos, demasiado triste; intenté con Sí, si es contigo, son demasiadas emociones. No puedo pedir prestados los libros, tendría que dar mi dirección, y ella me dijo que no era buena idea. También tenía que darles mi nombre, ella misma también me dijo que eso sería mi fin.

Así que no me queda otra que volver todos los días, no puedo resistirme al café y capuchino que sirven ahí, además... Tengo curiosidad por la chica rubia.

A veces que ella no me ve (muy pocas veces), yo la miro y puedo leerla como un libro abierto, tiene conflicto en su mirada, tal vez quiere hacer algo, pero no puede, o no sabe como. No sé que es lo que quiere, pero ojala y lo cumpla. Solo espero que yo no sea parte de sus planes previstos.

Algunas veces tengo ganas de gritarle, de decirle si tiene algún problema conmigo y que me deje en paz, pero de nuevo, solo es esa voz que me susurra en el oído, que quiere que salga de mí control y asuste a esa inocente chica, no tengo algún problema en que me mire, hasta incluso podria decir que me siento halagada, pero luego de varios meses se vuelve un poco estresante... Familiar.

En el caso hipotetico de que quiera algo conmigo, no sé que me encuentra que le parece tan interesante como para observarme tanto tiempo, usualmente las personas de cansan de alguien y luego de un par de meses, por mucho, se van. Así es la gente que no tiene algún interés intenso, que solo son monótonas y aburridas, nunca se dan el tiempo para conocer a alguien más que no sean ellos. No sé si ya mencioné que a mi no me agradan las personas, quisiera estar en una isla desierta sin nadie más a mi alrededor. Pero nunca estoy sola por desgracia. Tal vez sea alguna maldición que me lanzó mi madre antes de... irse; era muy conocida por ser una hechizera, o al menos eso me han contado. Muchas veces no tengo tiempo para pensar, o estar en un solo lugar, pero el café-libreria parece ser mi lugar seguro. Al fin encontré uno.

-Cassandra G.

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Cerró la pequeña librera sucia y arrugada, hace mucho que dejó de ser una libreta de pasta gruesa color azul, ahora solo era un triste recuerdo pintado de gris y manchado de sangre seca, no suya por supuesto. Miró el reloj en su muñeca, ya eran las 3am.

No había podido dormir, tampoco es que quisiera, después de todo las pesadillas siempre aparecían, no importaba cuantos medicamentos tomara, ahí seguían. Algunos eran más llevaderos, otros eran horribles, un infierno. Lo peor es que la mayoría eran sueños lucidos, y al despertar los recordaba a la perfección. Se fue a acostar a su cama, la cial tenía sabanas arrugadas y ropa por todos lados; había hecho y deshecho maletas. Todo por culpa de aquella voz. Miró al techo, de alguna manera buscando respuestas al millón de preguntas que tenía. No encontró ninguna.

Su mundo se desvaneció, todo era negro y después de lo que pareció un minuto eterno un grito agudo y desgarrador la despertó. Exaltada y algo sudada observó rápidamente a su alrededor, no había nadie. Se agarró la cabeza con las manos mientras se encontraba sentada, recordando al instante que estaba bien, estaba en su cuarto, seguramente se habia quedado dormida. Se levantó de la cama con el cuerpo pesado, su destino directo era la ducha, se sentía con ganas de disfrutar un baño frio y tal vez, solo tal vez relajante; eran pocas, pero amaba las mañanas donde no escuchaba voces o no despertaba por los golpes en su puerta, se sentía mejor, aunque no iba a darle el mérito a las pastillas, quería creer que lo había logrado ella sola, de alguna extraña manera. Cerró la puerta del baño con llave.

Se quitó su reloj y demás prendas hasta quedar completamente desnuda, giró la llave del agua fría y pronto sentía que sus musculos se relajaban, cerró los ojos por un momento disfrutando tan solo su mente en blanco. Acabó su baño y fue de regreso a su habitación con una toalla cubriendo su cuerpo, cerró la puerta trás ella y le volvió a poner seguro. Debía tener cuidado.

Su tranquilidad no duró mucho, en cuando se ponía su pantalón holgado y negro logró escuchar unos suaves pero perceptibles golpes en la puerta, al instante volteó con las pupilas dilatadas y el corazón acelerado. Logró ver una sombra en la puerta.

La había encontrado otra vez.

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Notas de autor:

Bueno, fue algo corta, pero es una pequeña introducción por parte de ambas, me gusta que tengan su propia perspectiva entonces he tenido la idea de redactarlo en primera persona, aunque la mayoría de la historia se contará de manera omnisciente.

Eso es todo supongo, nos vemos hasta el siguiente cap, extrañé escribir aqui, los tqm

Mentirosa... (Cassunzel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora