Cap 2

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     Llevábamos un cuarto de hora caminando cuando una fuerte tormenta de nieve que nos impide la vista a más de dos metros de distancia. Ambos entrecruzamos nuestros brazos para no separarnos, resistimos al fuerte viento.

     Noto que TaeHyung disminuye su paso a causa del cansancio.

     -¡TaeHyung, vamos a parar aquí!- le indique gritando para que me oyera.

     -¡¿Qué?!, ¡Estas loco!, ¿¡Cómo quieres que paremos aquí, hace mucho frío!?-.

     -¡Azme caso, siéntate y aguanta los esquís!- sin rechistar, el joven de rizos castaños se sienta encima de los esquís de ambos para que no se pierdan. Empiezo a cavar un hueco en la nieve.

     ¡No!, no me sueltes la mano por favor- declaró alarmado -No quiero que nos separemos-.

     -TaeHyung, tengo que hacer un agujero en el suelo- informo. Por culpa de su bufanda de algodón, que tapaba sus labios y nariz, no podía ver su expresión de desilusión, pero sus ojos lo delatan -Deacuerdo- accedí -cógete de mi mano- se la volví a extender y con un apresurado movimiento la coje.

     -Gracias-

     El agujero era estrecho y de medio metro de grosor en la nieve, estaba exhausto de tanto ahondar que me empezaba a doler el brazo, una vez acabado, con dificultad, me coloco en la pequeña base cuadrada. Con mi mano libre le indico a TaeHyung que se tumbe a mi lado. Cogidos de la mano nos colocamos cómodamente. Nuestras piernas entrelazadas sobresalen del hueco, nuestros torsos pegados son protegidos por la pequeña muralla cavada anteriormente, su delicada cabeza reposaba en mi brazo, nuestras respiraciones son entrecortadas.

     -¿Te sigue doliendo?- pregunto.

     -Si, pero el frío me alivia el dolor-.

     -Descansaremos y cuando se acabe la tormenta iremos a la enfermería- aseguro.

     -Gracias-.

     -¿Por?- pregunto desconcierto.

     -Si me hubiera quedado dormido, habría muerto por el frío-. Respondo con un sólido nasal.

     Finalmente nos quedamos dormidos, con el calor del otro, las respiraciones al compás de la otra y los latidos de nuestros corazones sincronizados.

     El primero en despertarme soy yo. Me percato de que el chico de entre mis brazos está acurrucado en mi pecho. Ya es de día y la tormenta ha pasado. Me quedo en silencio sin despertar a Taehyung. Contemplo su rostro dormido, me fijo en las pequeñas pecas esparcidas en él. Lentamente abre los ojos y me mira con rareza. Abre sus ojos al percatarse de la cercanía que tenemos.

     -¿Cuánto tiempo llevas mirándome?- se levanta y se sienta con dificultad. El reducido espacio en el que estamos es un poco incómodo.

     -Uff, llevo horas mirándote- sonrio sarcástico.

     -Ya, pues parecía que te gustaba.

Hice caso omiso a lo que dijo, una vez sentados correctamente, le indico a que haga unos movimientos de articulaciones para que la sangre fluya correctamente en nuestras extremidades.

     -JungKook, como es que sabes tanto de esto, me refiero a...-.

     -Soy médico, estudio la anatomía del cuerpo humano- específico.

Taehyung no dice nada, se pierde en sus pensamientos, mientras, hace el movimiento circular en sus muñecas, como le había indicado anteriormente.

Al levantarnos, miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que no sabemos donde estamos, la nieve a deformado el entorno, no reconocemos el lugar. Los árboles ahora están cubiertos de una espesa capa de nieve y montañas de esta acumulada por todas partes que nos dificultan la vista.

     -Mierda- maldijo el chico de hebras castañas.

     -Creo que había que ir en aquella dirección- señalo con el dedo- asiente.

Cojemos los esquís y nos abrigamos bien. Había un sol radiante, pero el reflejo que emite este en la nieve era perjudicial para nuestra piel. Tapados con gafas de sol, gorro y bufón cubriendo nuestra nariz empezamos a caminar por el supuesto camino que teníamos que seguir. 


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Me das frío y yo calor TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora