Único - ♡

405 43 52
                                    

★∻∹⋰⋰ ☆∻∹⋰⋰ ★∻∹⋰⋰ ☆∻∹⋰⋰★∻∹⋰⋰

Todo gracias a aquel zapato que perdió cuando tuvo que irse del baile a toda prisa porque a las doce se acababa el hechizo, el traje retornaba a la condición del traje que arruinaron su hermanastra y hermanastro, la carroza dejaba de ser una carroza y volvía a ser una calabaza, los caballos volvían a ser ratones, etc. Siempre le ha maravillado que sólo a él le calzase el zapato a la perfección, porque su pie (un 36) no es en absoluto inusual y otras chicas de la población deben de tener la misma talla. Todavía recuerda la expresión de asombro de su hermanastra Lumine y hermanastro Aether cuando vieron que era él el que se casaba con el príncipe Xiao (unos años después, cuando murieron los reyes Zhongli e Quizhong) se convertiría en el doncel del actual rey, Xiao.

El rey a sido un marido atento y fogoso. Ha sido una vida de ensueño hasta el dia que ha descubierto una mancha de labial en la camisa real. Las lágrimas no faltaron en salir ¿Como ha de reaccionar, el, que siempre ha actuado honestamente, sin malicia, que es la alegría en persona?

Que el rey tiene una amante era seguro. Una mancha de labial en la camisa siempre ha sido prueba clara de adulterio. ¿Quien será la amante de su marido? ¿Debe decirle que lo ha descubierto o bien disimular? sabe que es tradición entre los donceles el disimular este tipo de casos para no poner en peligro la reputación de sus naciones. ¿Por qué el rey se ha buscado una amante? ¿Acaso el no lo satisface suficientemente? ¿Quizás porque se niega a prácticas que considera perversas? (básicamente sadismo) su marido las busca fuera de casa?

Decide callar. También callar el dia que el rey no llega a la habitación real hasta las ocho de la mañana, con ojeras y oliendo a mujer e hombre. (Dónde se encuentran? ¿En un hotel, en casa de alguno de ellos, en el mismo palacio? Hay tantas habitaciones en este palacio que fácilmente podría permitirse tener a la amante en cualquiera de las dependencias que el desconoce) Tampoco dice nada cuando los contactos carnales que antes establecían con regularidad (noche si, noche no) se van desapareciendo hasta que un dia se percata de que, desde la última vez, han pasado más de dos meses.

En la habitación real, llora cada noche en silencio; porque ahora el rey ya no se acuesta nunca con el. La soledad lo reseca. Mil veces hubiera preferido no ir nunca a aquel baile, o que el zapato hubiese calzado en el pie de cualquier otro doncel antes que en el suyo. Así, cumplida la misión, el enviado del príncipe no hubiera llegado nunca a su casa. Y en el caso de que hubiera llegado, mil veces hubiera preferido incluso que a su hermanastra o hermanastro calzara el 36 en vez del 40 y 41, números demasiado grandes para el zapato que él perdió en el baile. Así el enviado no habría hecho la pregunta que ahora, destrozado por la infidelidad del marido, le parece horrible.

¿De que le sirve ser su doncel si no tiene el amor del rey? Lo daría todo por ser la amante con la cual el rey copula siempre. Mil veces preferiría protagonizar las noches de amor adúltero del rey a que simplemente le dejen un vacío doloroso. Antes querido que doncel.

Termina aceptando la tradición y no decirle al rey lo que ha descubierto. Actuara de forma neutral. La noche siguiente, cuando tras la cena el rey se despide adecuadamente, el lo sigue de forma disimulada. Lo sigue por pasillos que desconoce, por ignoradas salas del palacio, hacia habitaciones cuya existencia ni siquiera imaginaba. El rey habré una de las habitaciones. Finalmente se encierra en una habitación y el se queda en el pasillo, a oscuras. Pronto oye voces. La de su marido, sin duda. Y la risa extraña de una mujer. Pero superpuesto a esa risa oye también la de un hombre. ¿Está con dos? Poco a poco, procurando no hacer ruido, entreabre la puerta. Se echa en el suelo para que no lo vean desde la cama; mete medio cuerpo en la habitación. La luz de los candelabros proyecta en las paredes la sombra de tres cuerpos que se acoplan. Le gustaría levantarse para ver quién está en la cama, porque las risas y los susurros no le permiten identificar a las dos personas. Desde donde está, echado en el suelo, no puede ver casi nada más; sólo, a los pies de la cama, tirados de cualquier manera, los zapatos de su marido y dos pares de zapatos, unos tacones rojos de talla 40 y unos zapatos negros elegantes de talla 41.

★∻∹⋰⋰ ☆∻∹⋰⋰ ★∻∹⋰⋰ ☆∻∹⋰⋰★∻∹⋰⋰

Espero les allá gustado la historia y se allá entendido el final (^ω^)!
Gracias por leer 💗

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 23, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

★  una talla  ‹  Xiaoven !! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora