La Chica del Sharingan ( Itachi x tu)

Tobi

Pain hace algunos movimientos con sus dedos, luego azota su mano sobre el suelo. Una nube de polvo se levanta al igual que la estatua de un monstruo tan alta como un edificio. La mano izquierda de Itachi roza mis dedos, puedo sentir el anillo helado sobre mis nudillos. 

Quisiera sujetar su mano y salir corriendo de ese lugar, muy lejos de Akatsuki.

-"Bien, reúnanse." Ordena el líder, siete hologramas aparecen sobre las yemas de los dedos de la gigantesca estatua.  

Kisame toma su lugar. Aquel sitio está a varios metros de altura, ni siquiera con una escalera podría llegar a ocupar uno de los dedos. Exhalo al darme cuenta de la mirada expectante de Pain. Me preparo para dar una pésima explicación del porque yo no puedo brincar así de alto, justo cuando Itachi me levanta fácilmente del suelo y brinca hacia varios metros arriba para que tomemos uno de los lugares desocupados. Me marea un poco la altura, así que me pongo pálida. El espacio en donde pisar es reducido para dos personas, al bajarme Itachi coloca mi espalda en contra de su tórax y me rodea con sus brazos al estirarlos a mis costados, para formar el mismo sello que hacen los demás. Por ende yo lo imito. Es casi imposible mantener el equilibrio, me suda la frente pero el tener a Itachi conmigo me hace sentir protegida.

-"Esto nos tomará dos días y dos noches." Anuncia Pain antes de hacer otro sello para que el bozal que tapa la boca de la estatua caiga al piso. 

La estatua abre su bocaza.

-"Zetsu quiero que vigiles el exterior tu solo, ya que Itachi ha decidido incluir a Elisa en esto."

-"A la orden."Responde la sombra más alta antes de desvanecer. 

Resoplo, miro a Itachi de reojo y él me mira a mi durante un breve segundo. Una luz emana de nuestros pies, de la boca del monstruo surgen unos tentáculos que parecen cabezas de dragón. Todas colapsan al tocar al Jinchuriki haciendo que el suelo tiemble y yo tambalee. Itachi se mantiene firme, sus brazos me aprietan más para que recupere mi equilibrio. Está muy cerca, su respiración hace que un mechón de mi cabello se mueva continuamente. Recargo un poco hacia atrás mi espalda en busca de esa sensación de calidez que siento cada vez que lo toco. Los ojos de la estatua van abriéndose uno por uno conforme pasan las horas. Itachi permanece quieto, yo estoy a poco de desfallecer. Sin comer, sin agua, sin dormir, sin poder sentarme y sintiendo como si algo me chupara la vida, tambaleo.  Itachi recarga su mentón sobre mi hombro, su mejilla está apoyada a la mía.

-"Concentrate Elisa."Susurra. 

Recargo mi mejilla sobre la de Itachi, noto que él traga saliva. 

El Jinchuriki levita, una luz sale de sus ojos y boca. Su gesto me da a entender que esta inconciente sinembargo el dolor es enorme, dudo si debo de continuar porque creo que lo estamos lastimando. Mis dedos tiemblan, Itachi acerca los suyos en son de apoyo. Quisiera voltearme y preguntarle que es lo que va a pasar con aquel señor, me detengo porque el silencio es tan grande que todo akatsuki me escucharia. Respiro hondo, una gota de sudor rueda de mi frente hasta mi cuello. Permanecemos así en silencio durante varias horas. Ningún Akatsuki hace ruido durante el segundo día, la oscuridad nos cubre como una enorme sábana a todos por igual. Los ojos se me cierra, pierdo todo el control tras caer agotada de rodillas. Itachi alcanza a sujetarme para que yo no caiga desde esa altura y me rompa el cuello. Mi frente está helada, el rostro de Itachi se cubre de arrugas y preocupación. Una persona aparece atras de mi, lleva un kimono negro con nubes rojas al igual que el resto. El sujeto usa una máscara naranja sobre el rostro y tiene un aura negra que lo rodea por completo. 

-"Itachi, Tobi se encargara de ella. Nosotros debemos continuar." Sentencia la voz de Pain.

Tobi me carga por la cintura como si yo fuera un costal , da un brinco e Itachi vuelve a lo que estaba haciendo. La cueva desaparece detrás de una puerta de madera, abriendo paso a un cuarto con una fogata y dos camas improvisadas. Cierro los ojos y descanso durante unas horas sin poder lograr dormir.