La Chica del Sharingan ( Itachi x tu)

Susanoo

Itachi los mira con calma, el silencio reina entre nosotros. El color de mis mejillas rojas es reemplazado por miedo de que me ataquen o que lastimen a Itachi, una llama se enciende en el centro de mi cuerpo, emana desde mi interior  creciendo rápidamente al exterior.  La luz se expande, dentro de esta se forma un esqueleto digno de un gigante, todos quedan boquiabiertos. El esqueleto se cubre de músculos, piel y ropa que cubre sus manos armadas por un arma que atraviesa a Obito por la mitad. Este no parece lastimado pero se ha quedado asombrado. Kisame hace una mueca, retirándose hacia un lado para huir del filo de aquella colosal arma. Caigo de rodillas al piso, luchando por mantener la forma de aquel monstruo en mi mente para protegernos de Obito y de Kisame.  Vislumbro de reojo la forma de Zetsu con los ojos abiertos como plato. Trago sangre que escurre por mi boca, el corazón me late con mucha fuerza y siento como la sangre en mis venas hierve.

-"Itachi, ellos me quieren a mí. Huye mientras yo los distraigo." Le digo a lo que él se me queda viendo sin poder acercarse a mí porque aquella luz que me rodea no se lo permite, alzó la vista hacia Obito dando un grito super fuerte.

Cientos de bolas salen disparadas en su contra de ambos, logra esquivar la mayoría pero varias aciertan. Kisame me mira con cierto orgullo y una extraña media sonrisa en sus ojos, luego mira a Itachi asintiendo con la cabeza. Obito le ordena huir, Kisame le hace caso. Ambos salen corriendo en el momento ideal. Las fuerzas me abandonan, la vista se me nubla y caigo de bruces en los brazos de Itachi. 

Cierro los ojos.

Mi padre me mira pero sus ojos no son cafes, sus ojos tienen el sharingan. Su ropa no es la que usa todos los días para ir al trabajo, es un traje ninja. Lo sigue un hombre mayor y varias personas enmascaradas, veo como le arrancan uno de sus ojos. Mi padre ahora está de pie en la orilla de una colina que da a un río, Itachi está con el. Mi padre coloca algo en la mano de Itachi y luego se deja caer en el precipicio. En mi mente solo escucho una frase: Protege a la aldea de la hoja.

Itachi llora.

Me despierto de golpe, el sol de la mañana me deslumbra por lo que parpadeo varias veces. No se en donde estoy o qué fue lo que sucedió. Percibo la respiración de alguien soplar cerca de mi oreja, al girar la cabeza me doy cuenta de que dormí toda la noche recargada en el brazo de Itachi. Sus pestañas lucen más largas con los ojos cerrados, estoy tentada a despertarlo con un beso. 

Suspiro. 

Lo abrazo y entierro mi rostro en su torso, respirando lentamente para escuchar su corazón. Su latir hace que me relaje y deje de pensar en la muerte de mi padre. Itachi me acaricia el cabello, lo que significa que no estaba dormido solo tenia los ojos cerrados. Volteo hacia arriba, mis labios se encuentran con los suyos rozándose entre sí sin atreverse a besarse.

-"¿Estamos a salvo?"Susurro a lo que él asiente con la cabeza.

-"Lo que hiciste fue sorprendente Elisa, pocos en el clan son capaces de controlar el Susanoo como tu lo has hecho. Shisui estaría muy orgulloso de ti." Me felicita pero al mencionar a mi padre, el gesto se me desencaja y giro mi cabeza hacia abajo para mirar mis pies.

-"¿Qué fue lo que te regalo mi padre antes de morir?" Lo cuestiono, la mirada de Itachi pierde su brillo y vuelve a ser neutral.

-"Su sharingan, para proteger a la aldea de la hoja pero sospecho que eso ya lo sabías."Dice a lo que asiento con la cabeza, mis brazos lo vuelven a rodear a la altura de sus costillas.

Recargo mi cabeza sobre su corazón y dejo salir un largo suspiro. Los brazos de Itachi me rodean y abrazan, recarga ligeramente su mejilla sobre mi cabello inhalando lentamente. Permanecemos así unos minutos. Una agradable brisa sopla sobre nuestros cuerpos refrescandonos con el aroma de la hierba.  Una sensación llena mi ser y baña de amor mi alma, lo que yo siento por este hombre no puede ser descrito con palabras, poemas o prozas. El me besa el cabello, mi mirada se fija sobre  sus hermosos ojos negros.

¿Como fue que me enamore asi de Itachi?

Respiro y tragó saliva. El se inclina y me besa, tomándose su tiempo para disfrutar de mis labios. Un intenso hormigueo me invade la boca del estómago, Itachi me acaricia la cintura antes de tomar un respiro. Vuelvo a recargar mi cabeza sobre el con la mirada perdida en el bosque.

-"Amabas a mi padre y él a ti, te agradezco mucho que hayas sido su mejor amigo hasta el final." Le digo con la voz aguda por el sentimiento,  lo que provoca que una lágrima se le escape a Itachi de los ojos, me volteo para limpiarle el rostro con la yema de mis dedos.

Su lagrima es calida como él.

-"Si sigues hablando voy a terminar enamorado, eso compromete mi misión con la aldea de la hoja." Murmura tan bajito que apenas logro escucharlo. 

-"El último deseo de mi padre.  Eres un alma muy buena y honorable Itachi Uchiha, admiro mucho el que apesar de que ha pasado mucho tiempo tu sigan cumpliendo con tu palabra." Digo con lagrimas en los ojos, pues su devoción es tal que se que el no vendra conmigo a mi mundo.

Me pongo de pie y tomo mi distancia. 

Itachi me observa, analizando mi comportamiento para deducir lo que no puedo permitirme decir en voz alta. Respiro con agitación al mirar que se quita el kimono negro y el anillo que usan como uniforme todos los miembros de Akatuski, los deja sobre el pasto. 

-"Amaterasu." Habla encendiendo una llama negra sobre ambos para que se queme. 

Una lagrima roja rueda por su mejilla, me aprieto las mas para no ir corriendo a limpiarsela. Si lo toco en este momento yo podria confesarle que estoy enamorada y seria rechazada inmediatamente porque su misión de proteger la aldea de la hoja es más importante. Dejo que se me escape un largo suspiro, tomo distancia de Itachi para dirigirme a un arbusto repleto de bellas flores blancas.  Necesito interponer espacio entre nosotros para calmarme. Itachi no me presiona, deja que me aleje. Inhalo el perfume de las flores, un brillo me hace mirar en dirección a la luz del sol que se asoma por el horizonte. Detecto el movimeinto de un objeto que se acerca velozmente, no logro distinguir de que se trata hasta que este se me enreda en el brazo y cuello para jalarme.

Es una serpiente.