Los días pasaban lentamente, el ambiente en Bonten era de pura tensión, el reciente ataque de la mafia Italiana que al parecer querían tomar de rehenes a los empleados y confiscar a la recerva de droga en Bonten la cual era mucha.
El tráfico había mejorado por lo que era de esperar que reaccionaran de esa manera sin embargo el peliblanco no iba a dejar pasar semejante inbacion a sus propiedades.
Todos se preparaban para una gerra en cualquier momento, y se dieron a conocer el escuadrón secreto de Bonten, del cual muchos no tenían la más mínima información cientos de personas entramados desde pequeños para ser asesinos y protectores del rey, estos chicos y chicas habían crecido para tener un corazón de hielo y grandes abilidades de lucha y seducción, las mujeres fueron entrenadas para coquetear y enrredar a cualquiera que se les cruce, todas hermosas...algo común en los cuarteles de la mafia al igual que en el ejército central, habían cientos de bellezas extravagantes, ninguna como la otra pero todos, tanto chicos como chicas tenían claro su objetivo.
Dar su vida si fuera presiso para proteger al rey.
Dentro de ese espeso grupo de personas estaba ______ Hatsune, quien era el tipo de chica que muchos no toleraban, parecía aver sido bendecida por los dioses al crearla, sus fracciones eran casi perfectas, siendo así una de las mejores en el cuartel...pero su actitud era cegada por la arrogancia y amargura, no se dejaba mangonear ni mucho menos dar órdenes a no ser estrictamente necesario.
Los Haitanis se encontraban organizando los últimos detalles de cómo se organizarían apartir de ahora, el número de guardaespaldas debía ser más alto con respecto a Mikey, el cual se veía sereno y neutro en cuanto a la situación, el pelirosa por otro lado se encontraba frustrado y fumando como todo un demente.
—Debemos organizar los puestos lo antes posible, infiltrarnos, buscar más información...ningún gilipollas va a subestimar a Bonten —habló el peliblanco con cierta rabia mientras se acomodaba en su escritorio— Quiero conocer ya mismo quienes serán los que se hacen llamar "asesinos" que me cuidarán la espalda, así que quiero verlos a todos preparados en el campo de entrenamiento en media hora .
Ordena y todos los presentes asienten, los Haitanis compartieron una mirada, la verdad es que tenían curiosidad por saber quiénes eran los nuevos guardaespaldas asignados a cuidarles el culo.
Por otro lado la pelinegra se encontraba golpeando su nuevo "saco" de boxeo como si su vida dependiera de ello, el chico que se había ofrecido a entrenar con ella terminó destruido literalmente, apesar de no tener muchas fuerzas no se rendía pues no era algo que ninguno se permitiera a hacer, debían mantener la frente en alto a cualquier situación que se les presentará.
Cuando el puño de la chica estaba apunto de impactar el rostro de su contrario se escuchó el llamado de "fin del duelo", esta bufó y traqueó sus dedos dándole la espalda a su oponente, solo quería darse una ducha y quitarse todo el sudor del cuerpo, había sido una jornada dura, entrenando desde temprano y sin descanso, así que esperaba poder quitar un poco la presión de sus hombros con una ducha de agua fría. Ella no esperó mucho y se libró rápidamente de su ropa entrando así a la ducha, próximamente sintió los pasos de las otras chicas que regresaban en el mismo estado o peor aún.
Pasaron unos minutos y en ese entonces se encontraba conversando con Yui, quien era su compañera de habitación desde que la trasladaron, algo así como su amiga. La castaña parloteba cosas sin parar y la chica solo reía de sus ocurrencias.
—¿Como crees que sea...? Dicen que es casi inexpresivo...y que asesina a cualquiera que intente cruzar o evadir sus reglas. —murmuraba la castaña a lo que la pelinegra bufó.
—Ese no es nuestro problema. —reapondió la ojiazul.
—Ay porfavor _______, no pasará nada por cotillear un poco —esta ríe— dicen que es guapo...y trae un aura misteriosa.
—¿Misteriosa?.
—Si, no suele hablar mucho, al menos es lo que he escuchado, y siempre parece tener un aspecto somnoliento apesar de que es guapo. —suspira la castaña luego de decir eso último.
La pelinegra se carcajea por la expresión de la chica y niega— Hemos lideado con personas "misteriosas" toda la vida, no es una novedad —se encoje de hombros restándole importancia— Y respecto a lo último que dijiste, los jefes también tienen problemas, y pues...no debes sentir ese tipo de interés por nuestros superiores.
Decía la pelinegra luego de darse la vuelta y caminar hacia la salida, ya casi no habían chicas en el baño ya que la mayoría se había apresurado a sus habitaciones, la castaña continuó parlando sin parar. Al llegar a la habitación ambas se iban a vestir ropa cómoda con la que podrían dormir sin embargo la molesta voz que sonó por todo el lugar las detuvo.
—Todos reunidos en el campo de entrenamiento, tienen 15 minutos para llegar, ni un minuto más.
No quedaba de otra que vestir nuevamente los pantalones negros y camiseta blanca con la que solían entrenar, ambas recogieron sus cabellos en coletas altas y salieron de la habitación dirigiéndose al lugar indicado.
—Maldita sea...¿Ahora que carajos querrán?. —protestó la pelinegra y la castaña sonríe ante el comentario.
—Vaya, vaya, señorita Hatsune, cuidado que no la oigan referirse así a sus superiores. —ironizó la castaña a lo que la pelinegra giró los ojos.
—Que te follen. —dice como respuesta y la castaña solo ríe.
Ambas caminan apresuradas hasta llegar al campo de entrenamiento, todos se forman en el mismo, chicas y chicos en ileras según el tamaño y rango de fuerza.
Pronto apareció el pelirosa que ya muchos conociamos ya que se había pasado por aquí varias veces, tenía pinta de meterse cocaína como si su vida dependiera de ello, <<pensó la pelinegra>>.
Seguido de el apareció el resto del grupo, los Haitanis, Kakusho y Mikey, este último miraba a todos sin expresión alguna, buscando algo en específico, su mirada pasó al pelirosa quien comenzó a gritar nombres de algunos de nosotros y los mencionados se iban separando en grupos.
—¡______ Hatsune!. —a la mención de su nombre la chica se dirigió a su respectivo lugar un poco intrigada con la mirada que le daba el peliblanco.
Cuando todos estaban alineados delante de los cinco chicos dieron la infomación que tanto esperaban.
—Espero que todos tengan claro su objetivo aquí, deben demostrar que estos años de entrenamientos les han servido de algo, y protegerán a sus jefes, principalmente a su rey... —informaba el pelirosa, la pelinegra prestaba anteción a sus palabras sin embargo no podía evitar hechar unas cuantas miradas al peliblanco el cual tenía la mirada perdida.
El señor "cuerdo" de Haruchiyo siguió con el informe y seguidamente mencionó los nombres de sus jefes los cuales todos en el central sabían de memoria.
Ran y Rindou Haitani....
Kakucho Hitto...
Haruchiyo Sanzu...
Y....Majiro Sano, el "rey" al que todos debían seguir.
Todos gritaron un "si, señor" en unisono, pasaron los minutos, y todos fueron mandados de vuelta a sus habitaciones.
Sería el comienzo de la historia, y "proteger al rey" sería la regla impuesta cada día. Inclinándose como súbditos reales siempre que veían al peliblanco.
Aunque se enfrentaban también al peligro y la locura...
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𝙲𝚛𝚊𝚣𝚢 𝙻𝚘𝚟𝚎.
Fanfiction-No puedo sentir nada...mis emociones, todo se apagó, y tu no serás quien se encargue de despertarlas nuevamente. Sus palabras parecían claras, pero la chica no les dio importancia, porque ella ya tenía claro su objetivo, tenía sus esperanzas puesta...