Capítulo 2

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Hatsune ________.

Bonten.

Jamás sabrás a donde te llevará el destino. Al personas a las que ya le escriben cómo será toda su vida, la mía siempre a consistido en lo mismo, peleas, conflictos, asesinatos, mafias...he sido constantemente sometida al peligro, al punto en que ya lo siento como algo cotidiano.

Hace aproximadamente cinco años fui trasladada a esta central de Bonten, antes solía ser entrenada desde Canadá pero siempre estuve conciente de quienes eran mis jefes, de a quienes debía servir y entregar mi vida si así fuera preciso.

Me sentía capaz y con la información necesaria, no necesitaría saber más, estaba bien cuidado a todos desde atrás, pasando desapercibida, cambiar de rango y estar cerca del rey era...interesante.

No puedo evitar sonreír ante el pensamiento, llevo aproximadamente una semana siendo guardaespaldas del rey, manteniéndome vigilando su puerta cada mañana y poco ansiosa por el turno de la noche, cada día a primera hora me encontraba en el mismo sitio lista para recibir las órdenes del peliblanco sin embargo este actuaba con mera indiferencia a mi, solo ordenaba y pasaba de largo, jamás me miraba y me ignaraba la mayor parte del tiempo.

Cosa a la que obviamente no estaba acostumbrada.

Me encontraba delante de la puerta del peliblanco, faltaban unos minutos para que saliera, ya había estudiado sus horarios, debía estar conciente de todo...era bastante estricto.

—Oye niñata —esa voz neutra la cual ya me había acostumbrado se hizo presencia en aquel pasillo.

—Mi nombre...

—No me importa, necesito algo de ti. —su mano que por cierto esta heladame jala hacia dentro de la habitación, quize partirle la mano en cuanto me agarró pero debía mantenerme y pensar con claridad.

Mi expresión de seriedad no cambió, no flaquee al mirarlo a los ojos, sin importar el hecho de que no le gustaba el contacto visual ni físico, jamás bajaría la mirada ni al jefe de jefes.

—Baja mierda insolente. —ordenó, su mano apretaba con fuerza mi brazo, pero yo solo sonreí sinicamente.

—Oh dios santo, permítame disculparme por atreverme a mirar al rey, no soy digna, perdone mi osadía. —este bufó y estaba apunto de decirme algo, pero los golpes en la puerta lo hicieron maldecir en silencio.

Abrió la dichosa puerta encontrándose con si no me equivoco una empleada de la cocina, hablo sobre traerle comida y este le contesto con mera indiferencia característica en el.

—Necesito que te prepares, tu junto a las otras mujeres del combo estarán en una misión espía, viajarán a Londres en dos días, quiero que en ese tiempo estudies el lugar y sepas que ti objetivo es sacar toda la información posible. —informó el peliblanco pasándome por al lado.

—¿Algo más, señor?. —remarqué la palabra señor, la sonrisa no se iba de mi rostro.

—Lárgate.

Algo me hizo hervir la sangre, no sé si fue la maldita mirada que me dió o su orden.

Pero algo ardió y no pensaba apagarse pronto.

Algo se había entendido dentro.

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2022 ⏰

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