A Jeongin realmente le gustaban las piruletas, pues desde pequeño las comía cada vez que quería. Changbin cree que es como un niño pequeño, pues siempre tiene una piruleta en la boca, pero sin duda, Seo amaba que el menor las comiese, pues dejaban u...
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El menor tocó la puerta del cabellos oscuros.
- Chang ¿podemos hablar? - el menor no obtuvo respuesta, por lo que volvió a llamar- Binnie, soy yo, abreme porfavor.
Esta vez sus llamados si obtuvieron respuesta, pues la puerta de la habitación fue abierta por el mayor.
- ¡Bin! - se alegró el menor, pero rápidamente si sonrisa se disipó. - Dios, cielo ¿estas bien? Tus ojitos están muy rojos ¿has estado llorando? - se preocupó el menor.
El de hebras blancas levantó las manos hacia las mejillas del mayor, tocando suavemente por donde anteriormente pasaron sus lágrimas.
-innie, quiero estar solo ¿necesitas algo específico? - dijo el mayor alejándose levemente del menor.
- Hablar contigo binnie, pero quiero saber porque lloras. - habló de nuevo el menor, entrando a la habitación del mayor con este detrás.
- Innie, no me siento bien enserio, podemos jugar más tarde ¿si? - insistió el mayor con los ojos cristalizados de nuevo.
- No Changbin, no quiero jugar, quiero saber por qué estas así. - dijo el menor agarrando una de las manos del de hebras oscuras.
- No lo se innie, se sintió feo cuando Minho hyung dijo que fue él quien te regaló la piruleta.
- oh bebé - el menor no dijo más tan sólo abrazó al mayor, notando como las lágrimas de este empapaban su camiseta.
≪ Mi lindo Binnie, también me gustas. ≫
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