Introducción.

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CINCO AÑOS ANTES DEL ACCIDENTE.

LUNA DE MIEL.

Barcelona.


— Mi amor, tu luz es más fuerte que la del sol. — Jeon beso la frente morena de ahora su esposo sintiendo paz en aquella cama con el calor corporal de su amado. TaeHyung sonrió de manera tímida abrazado el desnudo torso del contrario.

— Me pones rojito, cielo. — Jugueteo tiernamente con su dedo indicé haciendo círculos en el pecho del alfa. — Dices tantas cosas bonitas, estoy perdidamente enamorado de Jeon JungKook. — Subió su rostro para así estar a tan solo unos centímetros cerca del azabache. Ambas respiraciones chocaban entre si, proporcionando un tacto único. 

— Y yo estoy tan loco por Jeon TaeHyung, el amor de mi vida. ¿Cómo le haces? Me tienes a tus pies. Besó los labios carnosos de su omega rubio, quien respondió gustoso al sentir los belfos suaves de su hombre dominar los suyos. — Estoy — Esta vez dejo un pequeño pico en su pómulo haciendo que el más bajo se sonrojase. — Agradecido — Uno en el mentón, justo en su atractivo lunar. — De — En la sien. — Ser — Uno en la punta de su nariz ganándose una ronca risa por parte del moreno. — Tu — Sus parpados. — Esposo. — Finalmente unió de nuevo sus bocas para poder divagar dentro con sus lenguas. 

TaeHyung sin evitarlo se carcajeo en medio del beso al sentir las traviesas manos de JungKook acariciar sus cosquillosas costillas. El rubio termino por subirse encima del abdomen de su esposo para poder besarlo aun mejor. Las palmas del azabache recorrieron toda su cintura llegando a sus muslos y acariciar los enormes glúteos que tenía el menor de ambos. Hasta que escucharon el timbre del cuarto en donde se hospedaban debido a la luna de miel que llevaban en Barcelona. 

— Iré yo, amor. — Dijo TaeHyung bajándose del mayor para poder atender, sin embargo, la mano de su pareja atrapo su muñeca para atraerlo nuevamente a la cama matrimonial. — Kookie... — El nombrado inhalo el aroma de su omega. Caramelo y jazmín, este último solo era percibido por JungKook al ser su alfa destinado. Adoraba tanto el olor que emanaba su pequeño chico, no era para nada empalagoso y solo demostraba lo dulce que podía llegar a ser el de cabellos dorados. — Cielo... — El más alto recorrió toda su nariz rozando por la marca recién hecha la noche pasada. Paso su lengua retirando el poco rastro de sangre que rodeaba la mordida. — ¡Jeon JungKook! — Llamó esta vez fuerte y claro el contrario molesto de que su esposo no le prestará atención. 

— Es un alfa. — Habló desconcertando a TaeHyung, quien lo observo de manera extraña alzando una ceja ante la actitud de su marido. — Sentí su olor, además esta en celo. Iré yo, espérame aquí, pequeño. — Dejo un corto beso en los belfos de su amado y se levanto de la cama, colocándose una camiseta. Salió de la habitación encaminándose hacía la puerta. 

TaeHyung se sentó en la cama acariciando su cuello, movió su cabeza dejando más acceso para pasar sus yemas en donde estaba hoy posicionada la dichosa marca, creando aun más fuerte esa unión que tanto los caracterizaba a los predestinados. Una sonrisa se posicionó en sus belfos rojos debido a la noche que tuvieron. En dónde hicieron el amor, solamente eso. Amando cada parte de los cuerpos ajenos, sintiendo ese vaivén tan agradable. 

El moreno estaba tan feliz, no cabía esa sensación en su pecho. Todo con JungKook era como un cuento de hadas, tanto la primera vez que hablaron como cuando tuvieron relaciones siendo ambos adolescentes inexpertos sin ningún amorío u aventura antes. 

Hoy, era un omega muy reconocido en el ambiente laboral, debido a que su cónyuge no era nada más ni nada menos que el gran Jeon JungKook, sucesor de tantas compañías de Jeon Corporation. Sin embargo, él no era ningún mantenido, TaeHyung se encargaba de las empresas de su esposo así teniendo acciones en estás.

Era una persona demasiado trabajadora y la gente lo sabía. Incluso envidiaban a JungKook por tener a un omega honorable. Mientras que los demás de raza inferior, seguían siendo minimizados ante la sociedad alfa por no portar un titulo o no tener un esposo dueño de riquezas. 

JungKook entro a la habitación sacando al omega de sus pensamientos. TaeHyung miro la bandeja de comida que traía y sintió su estomago chillar del hambre. Se levantó de la cama acercándose a los alimentos para tomar entre sus manos un pan recién horneado. 

— JungKook, apestas. — Mordió la bola de harina sin dejar de ver a su marido quien reía apenado por la excitación que su cuerpo opto de la nada. 

— Creo que estoy listo para otra ronda. — Tomó el pan de TaeHyung y lo colocó en la bandeja, el mencionado grito un "¡Hey!" al sentir como le robaba su comida. JungKook posó sus palmas en la estrecha cintura del contrario para después besarse como nunca.


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Observo la imagen y las lágrimas bajaron sin poder retenerlas apretando sus rodillas contra su pecho buscando reconfortarse, pero no podía. Su pecho dolía demasiado, no iba a poder soportar esa situación, no lo haría. El cuadro que sostenía entre sus temblorosas manos dejaba ver a un JungKook con TaeHyung en sus brazos disfrutando de la inolvidable luna de miel que tuvieron hace cinco años. Extrañaba el dulce tacto del alfa, su fuerte aroma a pino y eucalipto, sus besos, sus abrazos, sus caricias. Cada día se debilitaba el frágil cuerpo del rubio, la ropa de su amado empezaba a abandonar el olor impregnado y hoy solo se sentía poca la esencia mientras que la prendas empezaban a tener hedor. El nido ya no le ayudaba a sentirse fuerte, ya no podía levantarse. La marca ya no tenía ningún efecto en él, no podía percibir las emociones de su cónyuge destrozando aun más al pobre omega. 

Pero este era solo el comienzo del sufrimiento que le aproximaba a Jeon TaeHyung. 

𝐫𝐞𝐦𝐢𝐧𝐝 𝐦𝐞. ꒰࿔ 𝐤𝐨𝐨𝐤𝐭𝐚𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora