Sam estaba tumbado en su cama. No podía dormir y no paraba de dar vueltas. Blaine y él no habían hablado de lo ocurrido y eso le preocupaba demasiado. Decidió levantarse e ir a la habitación de su amigo. Entró sin llamar como siempre había hecho y se encontró al moreno despierto.
– ¿Tú tampoco puedes dormir? – El moreno cambió de posición para tumbarse de lado y mirar al otro, dejándole un hueco en la cama por si quería tumbarse junto a él.
– No paro de pensar en lo que ha pasado y en si eso cambiará nuestra relación. – El rubio comentó.
– Pensabas que era una chica, ¿verdad? – El ojimiel lo miró a los ojos. A pesar de la oscuridad y la distancia, sabía que el otro estaba avergonzado.
– Sí, pero...
– No pasa nada, Sam. Hemos pasado un buen momento y somos los mejores amigos. Nada más. Yo tampoco quiero perder lo que tenemos, así que tenemos que intentar ser maduros. No estamos enamorados y no veo motivo para hacer de ésto algo más allá de un rato de placer para ambos. Será mejor que lo olvidemos.
El rubio sintió como si su corazón se rompiera en mil pedazos. Lo bueno de eso fue que ya tenía sus sentimientos claros, estaba enamorado. Lo malo era que le tocaba sufrir por un amor no correspondido. En otras circunstancias habría luchado, habría intentado conquistar a la persona que amaba. Sin embargo, estaba pensando en su mejor amigo y no quería arruinar lo que tenían. Prefería tener a su mejor amigo antes que perderlo por intentar tener algo más.
– Ok...
Evans salió de la habitación de Anderson y fue corriendo a la suya para tumbarse y llorar. Se abrazó a su almohada y dejó que las lágrimas la mojaran. Escuchó que la puerta se abría y notó que alguien se sentaba a su lado. No necesitaba ser Sherlock Holmes para saber quién era. Una mano tocó con suavidad su pelo, acariciándolo dulcemente.
– Lo siento. Sam... Yo... – Blaine suspiró, sabía que había llegado el momento, que debía hacer frente a lo que realmente pasaba. – Estoy enamorado de ti desde nuestro último año en el McKinley. No fue sólo un crush, no era sólo que sin Kurt necesitaba a alguien en el que poner mi amor, como dijo Tina. Eres la persona más dulce, alegre, divertida, leal, sincera, valiente e inteligente que conozco. Lo de esta noche... Ha sido un sueño hecho realidad para mí y... Tengo miedo, miedo de perderte como amigo, miedo de asustarte con estos sentimientos pero... No sé en qué momento empecé a hacerte daño y... No me gusta verte así... ¿Qué puedo hacer?
El rubio dejó que las palabras de su amigo llegaran a su corazón, ayudándolo a detener su llanto. Sentía cada una de las caricias que el moreno le daba, dulces y suaves. Cerró los ojos para sentirlas aun mejor. Después de unos minutos, se dio cuenta de que el otro esperaba que dijera algo.
– Yo no me había dado cuenta de lo que siento por ti. Llevo tiempo preguntándome cuál es la diferencia entre nuestra relación y la que mantenía con Mercedes... – El ojiverde se incorporó para quedar sentado frente a su amigo. – Cuando me he dado cuenta de que eras tú... No lo he sentido incómodo para nada.
– Sam, no tienes que corresponder mis sentimientos. Eres heterosexual y yo...
Evans silenció a su amigo con un beso en los labios. Era algo suave y dulce, nada sexual. El corazón del rubio se saltó varios latidos porque cada célula de su cuerpo estaba sintiendo el amor del otro y, en contra de lo que pudiera parecer, era algo maravilloso.
Las manos de Anderson se pusieron en las mejillas del otro y, con delicadeza, se separó de él, rompiendo el beso.
– Sam... Por favor... No me des falsas esperanzas...
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Sam conoce a Hedwig (Blam boyxboy)
FanfictionSam conoce a la mujer de su vida... ¿O tal vez no?