Calling Reinforcements.

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-Vegas-

Había pasado exactamente una hora desde que Macao y yo nos pusimos a buscar a Venecia por toda la casa.

No había rastro alguno de ella en ninguna de las habitaciones restantes.

Buscamos en toda la segunda planta y nada.

Íbamos por la primera cuando sentí como mis nervios se rompían aún más, no había ruido alguno en la casa exceptuando el sonido de nuestras respiraciones agitadas y el intervalo del nombre de la bebé que hacíamos macao y yo para después callar y esperar una berrido o algo que nos dijera donde se encontraba la niña.

-Es un jodido caos Vegas, ya pasó una hora desde que estamos buscando a mi hermana y a saber cuánto tiempo más lleva desaparecida desde que la dejaste sola-
Macao salió del cuarto de blancos donde guardabamos los neceres del baño y cosas como sábanas y eso.

-Crees que no lo se, maldita sea, nosotros dos solos no podemos barrer el suficiente espacio para buscarla, solo lo estamos haciendo de manera deficiente-

Me senté al principio de las escaleras, al final había terminado arrancando de los postes la maldita puerta de seguridad.

Escuché el audible suspiro de mi hermano.

-Llámalos-
Macao se acercó y dejó caer mi teléfono en mi regazo.

Mierda.

Sabía a quienes se refería.

Por un demonio que lo iba a ser.

De no ser porque esos hijos de puta habían preferido pasar este tiempo jugando y bebiendo, bien hubieran podido estar aquí con nosotros y ayudarme a cuidar de ella y así no estaría pensando en la forma en como acabaría conmigo Pete de enterarse que había perdido a la niña de sus ojos.

Tome el teléfono sin siquiera dirigirle una mirada a Macao.

Marque el número que se encontraba al final de mis contactos.

Escuché como era respondido al segundo tono.

-¿Vegas?-

Se escuchaba la sorpresa en su voz.

Bien podríamos llevarnos mejor ahora que yo tenía mi familia y el tenía la estabilidad en su relación pero eso no significaba que fuesemos los mejores amigos, nos llevábamos bien y éramos cordiales el uno con el otro solo para no tener conflictos con nuestras respectivas parejas.

-¿Sigues ahí?-

Mierda, no había dicho nada desde que el contesto el teléfono.

-Kinn, hola, yo...-

No sabía cómo pedirle ayuda.

-¿Que sucede?, ¿Es Porsche?, ¿Algo va mal?-

Su voz se iba volviendo más frenética conforme hablada y al pronunciar el nombre de su prometido, se escuchó como se rompía su voz.

-Lo siento, no tiene que ver con Porsche es solo que...-

Al otro lado de la línea pude escuchar el suspiro de alivio que profirió el segundo hermano, también escuché las voces de los demás chicos haciendo preguntas sobre el porque de mi llamada y sobre que era lo que estaba pasando.

-Si no tiene que ver con mi Porsche, ¿A qué se debe tu llamada, Vegas?-

Había un toque de irritación en su voz, suspiré antes de contestar.

-Perdí a Venecia-

Fui directo al asunto.

La línea se quedó estática y no se escuchó ningún tipo de ruido proveniente del otro lado.

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