Alguien dijo... Padre primerizo??

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-Bueno, al parecer tu y yo vamos a tener que ser amigos por hoy, así que hagamos un trato, tu no lloras y yo no me vuelvo loco, ¿Te parece bien?.-
Sus ojos me miraban pero parecía más concentrada en golpearme la cara que en lo que le estaba diciendo.

Macao solo se reía de la situación.

-Bueno, esa es mi salida, ella ya es tu asunto así que llévala a tu cuarto y después encárgate de prepararle su comida.-
Me sonrió mientras se quitaba las marionetas de las manos y se encaminaba a su escritorio.

Prepararle la comida!?!
Es que estaba loco, yo no tenía maldita idea de que comía un bebé.

-¡¿Su comida!?.-
Tal vez se apiadó de mi al escuchar mi tono por qué me miró antes de sentarse en su silla.

-No te preocupes, Pete dejo todo lo que tienes que hacer en una nota pegada en el refrigerador, solo sigue sus indicaciones.-
Quería preguntarle cómo sabía eso o si podía ayudarme pero parecía que sería toda la ayuda que recibiría de él, ya que se sentó y me dio la espalda mientras se colocaba sus audífonos.

-Genial, al menos lo tengo todo por escrito.- Venecia seguía pegándome en el rostro.
-Hey! Pete te dijo que te comportaras.-

Dejo de golpearme inmediatamente pero en su lugar su cuerpecito empezó a vibrar, mierda, iba a empezar a llorar de nuevo, vamos, ni siquiera le hable fuerte.

-No es cierto, no es cierto, está bien si quieres pegarme, ¡¿Sabes qué?! vamos a hacerle caso a Macao y te llevaré a la recámara y después te daré de comer.-

Me enfile a mi habitación con la niña en brazos, ya adentro no sabía si ponerla en la cama porque tenía miedo de que se cayera asi que dispuse unas sábanas en el suelo y una almohada también, cuando estuvo todo arreglado acosté a Venecia en la pequeña cama improvisada que le había hecho.

-Listo, ahora quiero que te quedes quieta mientras yo bajo a la cocina para preparar tu comida, ¿Entiendes?.-

Venecia me miraba con su pequeños ojos y creí ver una leve sonrisa, debo de estar imaginando cosas.

-Que vas a entenderme, en fin, en un momento regreso.-
Le sonreí y le revolvi su suave cabello, debo de estarme volviendo loco.

Me aleje de ella y dejé entreabierta la puerta, camine hacia las escaleras para bajar pero al llegar a estas tuve un pequeño problema ya que hace unas semanas Pete se volvió loco diciéndome que la casa no era segura para un bebé así que me obligó a convertirla en una safe zone para bebés, coloque cubiertas en todos los interruptores de luz, cubiertas suaves para las esquinas de todas las cosas y lo más importante, poner una puerta de seguridad para bebés en las escaleras, podria ser un adulto pero aún seguía sin saber cómo abrir esta maldita puerta, tarde unos minutos en hacerlo y cuando pude cruzar me gire para cerrarla y decidí bajar a la cocina.

Me encontraba en la cocina y fui al refrigerador para ver las notas que Pete me había dejado.

Cuidados de Venecia

Preparación de la papilla:

1. Coloca las verduras que te deje en la encimera dentro del procesador de comida( el procesador es el que está junto al refrigerador)

Genial, me creía idiota, bueno, entonces la cosa con forma de bowl era un procesador, seguí leyendo.

2. Una vez que hayas puesto la verduras en el procesador, deberás ponerle la tapa y apretar el botón de papilla ( es el tercer botón de derecha a izquierda)
No es necesario que hagas nada en ese momento, automáticamente se detiene cuando ya está hecha la mezcla.

3. Cuando haya terminado, sirve la papilla con una cuchara que te deje en la encimera, en el plato que te puse a lado también, los cubiertos están a lado de ese plato, no te preocupes.

4. Cuando ya la hayas servido ( no le llenes el plato, solo sirve hasta la marca roja)
Saca su jugo de manzana que está en el refrigerador en la parte de abajo (es el biberón de dinosaurios)

5. Para alimentarla primero dale su papilla y solo hasta que se la acabe le vas a poder dar su jugo, no antes, porque de lo contrario no se terminará la comida.

6. Cuando termine de comer y le hayas dado su jugo, deberás cargarla y darle unos pequeños golpes en la espalda para que eructe y no le haga daño (no tan fuerte por favor, no la vayas a lastimar sin querer)

7. Si después notas que está un poco adormilada, dejala que tome una siesta de 30 minutos, pasado ese tiempo despierta la suavemente y dale un poco más de jugo, le puedes dar de los bocadillos que guardo en mi armario, los que están a lado de mis suéteres, son buenos para ella así que no te preocupes ( son los que están a la altura del suelo, casi en la esquina, los bocadillos están en el rincón)

8. Solo dale unos cuantos bocadillos y después juega un poco con ella en su centro interactivo que está en su cuarto.

9. Una vez que hagas todo esto al pie de la letra te dará el tiempo suficiente como para bañarla...

¡¿Bañarla?!
Apenas estoy entendiendo como alimentarla y ahora quiere que la bañé.
Quiere volverme loco, baje el papel y empecé a pasarme la mano por el cabello desesperadamente y en ese momento me di cuenta que la nota aún seguía, respire profundamente y seguí leyendo.

...para bañarla pero no te preocupes no tienes que hacerlo, sería mucho pedirte lo y no quiero que empieces a asustarte, así que yo me encargo de eso mañana que llegue.
Solo pasa tiempo con ella y espera mi llamada en la noche, yo me encargaré de dormirla.

Gracias y no te vuelvas loco.

Te amo Vegas.

Besos, Pete.

¡Dios!
Esto parece más una Biblia que una nota de cuidado.
Debo apurarme a preparar la comida de Venecia.
Sigo las instrucciones tal y como Pete escribió, termino de hacer todo en menos de treinta minutos, en la mano izquierda llevo el plato y los cubiertos y en la derecha el biberón de dinosaurios, camino hacia las escaleras del segundo piso, al llegar arriba me acomodo el biberón en el ante brazo izquierdo para poder abrir rejilla de protección y una vez que paso la cierro por cualquier cosa.

Camine hasta nuestra habitación y como había dejado entreabierta la puerta, me puse de espaldas para abrirla completamente.

-¡Nessie! La comida ya está lista, cariño-

Mientras hablaba me di la vuelta para ver a Venecia y lo siguiente que supe fue que la comida que traía en mis manos cayó al suelo haciendo un desastre.

Venecia no estaba.

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