Primera parte

281 33 7
                                    

Esto es un borrador random que escribí hace tiempo. No corregí nada, así que disculpen las faltas de ortografía y/o coherencia.

🧸

Llevaba días actuando extraño.

Bueno, era Quackity de quien hablaban, actuar extraño ciertamente ya era habitual en él. Pero esta vez era aún más raro de lo normal.

La primera vez qué pasó fue cuando Luzu volvió. Decidió darle una sorpresa, así que se escabulló tras unos árboles y esperó a que su novio, quien se encontraba talando árboles mientras murmuraba incoherencias, le notará.

Todo estaba tranquilo.

—¿Que tu tía quiere una cita conmigo? —Preguntó al aire—. ¿De cuánto dinero hablamos?

Luzu rió quedamente. Jamás supo con quien hablaba cuando hacía esos comentarios, pero eran graciosos a morir.

Entonces, de un momento a otro, Quackity comenzó a quejarse, el hacha con la que cortaba la madera cayó de sus manos estrepitosamente y por poco se clava en su pie, sin embargo el muchacho logró esquivarlo gracias a que su cuerpo se tambaleó hacia atrás y antes de que tocara el suelo, Luzu corrió a sostenerlo.

—¿Luzu? —Preguntó Quackity.

El aludido le miró preocupado. Incluso la pregunta le alertó, ya que cayó en cuenta que no se refería a la sorpresa de su regreso, parecía que Quackity estaba tanteando su nombre, como si por un segundo no le reconociera de nada.

Entonces su rostro, que antes mostraba temor y confusión, se relajó. Su cuerpo dejó de temblar y cerró sus ojos un instante para luego abrirlos y sonreír en grande.

—¡Luzu! —gritó, alargando la u como acostumbraba a hacer—. ¡Al fin vuelves, viejo anciano, te fuiste por mucho tiempo!

Qué mierda.

Luzu, sinceramente, no podía estar más confundido.

—Pero Quackity... ¿esto es una broma?

—¿Qué? ¿De que hablas? —Preguntó con una risa—. ¿Ahora por qué sería una broma?

Luzu se apartó con cuidado del cuerpo de su novio, acomodándolo en el suelo con cuidado. Quackity pareció notar esto hasta ahora.

—¿Y esto? ¿Que pedo, por qué estoy en el suelo? —Preguntó. Entonces algo pareció hacer clic en su cabeza—. Oye, ¿cuando llegaste? ¿Y por qué me tenías agarrado así?

—Pues es que de eso hablo, llegué a escondidas para darte una sorpresa y cuando te encuentro te veo quejándote del dolor y casi partiéndote el craneo. Corrí para ayudarte.

Quackity frunció el ceño en confusión.

—Ah, cabron, yo creo que ahora sí me está afectando el criko, Luzu —dijo y luego comenzó a llorar—. ¡Luzu, necesito que me lleves al anexo!

Al fin Luzu pudo respirar de nuevo. Riéndose poquito ante el comentario de Quackity y se acercó para arrullarlo mientras el otro seguía lloriqueando.

Ojalá todo se hubiera quedado así.

Conforme avanzaron los días, Quackity continuó teniendo este tipo de episodios. Estaban bien y de un momento a otro Quackity estaba llevándose las manos a la cabeza por el dolor punzante, mientras sus piernas temblaban y amenazaban con tambalear. Al final, el menor acababa inconsciente durante un minuto y luego todo volvía a la normalidad.

Hasta que ya no pudo más.

—Quackity, tú y yo tenemos que hablar —pidió Luzu un día. Estaban en su casa, Quackity había decidido visitarle.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 15, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Roller coaster / luckity osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora