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'Tengo frío...'

Gire mi cuerpo, intentando subir mi calor corporal con el movimiento, más no sirvió.

'¿Por que hace tanto frío?...Algo esta mal...esta no es mi cama'

Abro mis ojos y me siento en la extraña cama, está oscuro pero logró distinguir a cinco personas más a mi lado izquierdo. Están formados en linea, uno al lado del otro, a mi derecha está una pequeña habitación que desprende un fétido olor y un un viento helado que cala mis huesos.

'¿Donde estoy? Este no es el Hotel...¿Fui secuestrada? Debería de haber escuchado a Mamá cuando me dijo que estuviera atenta.'

—¡Levantense, hijos de puta!—

Una voz fuerte me hace estremecer, volteo de donde proviene y me encuentro con una luz que cega mis ojos por un momento, los entrecierro para intentar ver quién es, era un hombre bastante desagradable, se urgaba la nariz y golpeaba con fuerza lo que parecía ser una puerta con una pequeña ventana con barrotes.

—¡Arriba, bastardos!—

Los demás se levantan a regañadientes y con quejas, la luz se enciende y puedo observar mejor la habitación. Es mediana y el pequeño cuadrado termina siendo el baño.

'¿Que lugar es este?....¿Es una...celda?'

Nos sacan de esas cuatro paredes y la imagen que obtengo me da la respuesta a mi pregunta, estaba en un prisión.

'Al parecer hay solo hombres...¿Quien fue el idiota que mandó a una mujer a un lugar de solo varones?...No, la pregunta que realmente importa es ¿Que hago en prisión?  ¿Cometí un crimen en mi estadía en México? ¿Me llevaron sin dejarme pedir un abogado, ni explicarme la situación?'

Fuimos llevados a un comedor, formamos una fila y nos dieron a cada uno, una pequeña porción de comida, después nos separamos, me dirigí a la mesa más apartada y analice la bandeja, tenía arroz pegajoso, algo parecido a un guiso, un par de zanahorias y verduras con una salsa roja, los servicios eran dos palillos de metal (¿Desde cuándo en México se come con palillos?) y una cuchara larga acompañado de un vaso de agua. Siendo sincera no era apetecible, pero mamá me había enseñado a no desperdiciar comida y a no tirar lo que me den.

—Hey.—

Levante mi vista del plato y coloque atención al hombre frente a mi. Era robusto, portaba un uniforme de guardia, parecía muy alto, (¿Un asiático tal vez? Se ve intimidante)

—¿Si? ¿En que puedo ayu-?—

'¿¡Que está pasando!? ¡Esta no es mi voz!'

—Tus compañeros de celda ya me informaron que tú fuiste quién atacó al chico en las duchas.No se como lo hiciste para pasar desapercibido, pero vas a ir a la sala de aislamiento.—

—¿Que...?—

Fui alzada bruscamente de ambos brazos y me arrastraron hacia una pequeña habitación, lo que parecía ser el baño ocupaba una sexta parte del cuarto, en una esquina había una cámara, la ventana fuera sellada con cemento y en una esquina había un pequeño ventilador colgado. Me lanzaron para después cerrar la puerta y marcharse, la cámara se movió dando a entender que vigilaban cada uno de mis movimientos, intente acostarme pero solo podía encorvarme en el suelo, pues el espacio era tan reducido que no podía estirar el cuerpo, aún cuando mis piernas pasaron el extraño inodoro, las esposas solo empeoraban la incomodidad.

'¿Que está pasando?'

[★★★★★★★★]

La mujer pensó y pensó, reflexionó sobre lo último ocurrido, se perdió en sus pensamientos y su cuerpo reaccionó en automático cuando llego la hora del almuerzo.

Todo era tan confuso e irreal, después de tanto esfuerzo pudo optar por una beca de intercambio a México, cursaba su segundo año en Psicología y le dieron la oportunidad de finalizar su vocación en aquel hermoso país.

Acompaño a su amiga, que estudiaba arqueología, en un recorrido a Palenque en Chiapas, ambas eran nuevas en ese país y su amiga quería que disfrutará de los paisajes, por lo que a la primera salida a terreno la invitó de inmediato.

Solo recordaba a los turistas fotografiar el lugar...y nada más.

El tiempo pasó y su mente sufrió una fuerte depresión, el insomnio ganó, causando graves ojeras debajo de sus ojos, su cuerpo no adelgazo mucho debido a que su cordura la obligaba a comer, su cabello creo indicándole el pasar de las semanas. Para los guardias que custodiaban las cámaras de vigilancia, el chico solo miraba fijamente la pared, sin saber de los complejos pensamientos que cruzaban su mente, pensamientos que le impedían dormir y centrarse en el mundo real.

Hace ya bastante tiempo que se había dado cuenta que su alma transmigro al cuerpo de un chico de no más de diecisiete años, era pequeño y menudo, lo que más le complicó fueron los momentos de ir al baño (aún que fue más por la constante vigilancia que por el nuevo miembro en su cuerpo)

No fue hasta casi finalizar el mes que los recuerdos de ese cuerpo fueron implantados en su cerebro, fue tanto el dolor por la nueva información que el personal tuvo que transferirlo con urgencia a la enfermería, debido al dolor no se dio cuenta que el cuerpo había reaccionado de manera violenta para aliviar la horrible sensación, terminó con una pequeña cicatriz en debido al fuerte golpe que recibió su cabeza (Pero agradeció el esfuerzo por calmar su dolor)

Fue, sin dudas, una estadía fatal.

불운한 사람 [Lookism]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora