• Siempre •

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- ¿Otra vez tú aquí? -escuché una voz gruesa detrás de mi y la reconocí al instante. - Veo que te gusta meterte en problemas, ¿Eh?

Me volteé hacia él y le sonreí, era una sonrisa un tanto fingida.

- ¿Me estás siguiendo o algo así? -le pregunté con una ceja alzada y el soltó una carcajada, sentándose en la silla a mi lado.

- ¿Que haces aquí? -me preguntó.

- Es viernes por la noche, vine a divertirme. -me encogí de hombros.

- ¿Mami y papi dejan que su pequeña niña ande sola de noche en un bar? -enarcó una ceja y estaba usando un tono burlón.

- Para empezar, mis padres están muertos. -la sonrisa de sus labios se borró y yo solté una risa. - Y además, deja de decir que soy una niña, tengo 18.

- Si bueno, el viernes pasado el dueño del bar no opinaba lo mismo.

- ¿Y tu que sabes? -bufé.

Una semana atrás

Entré al bar, era la primera vez que iba ahí. Pero todas mis amigas estaban ocupadas y yo no quería pasar un viernes aburrida en mi departamento, así que salí sola.

Me senté en la barra luego de darle una rápida mirada al pelinegro junto a mi.

Lucía apuesto en un traje negro y algunos rebeldes mechones de cabello caian por su frente. Estaba bebiendo una cerveza cuando cruzamos miradas.

Le calculaba unos veinte y tantos, no lo sé. Era sexy, no podría negarlo.

El bartender me sacó de mis pensamientos cuando me preguntó que quería.

- Una cerveza, por favor.

En eso un señor mayor enarcó una ceja al verme ahí y le hizo una seña al bartender.

- Disculpe, señorita, ¿Podría ver su identificación?

Yo bufé, revisando mi bolso y noté que no estaba ahí.

- No la traigo conmigo.

- Lo siento pero no podré servirle ningún trago. -negó el tipo.

- ¿Que? -bufé. - Soy mayor de edad, tengo 18 por lo tanto es legal que me venda cualquier bebida alcoholica.

- Sin identificación no puedo, lo siento, no quiero arriesgarme. -el se encogió de hombros.

Yo fruncí el ceño y estaba por irme cuando sentí que tomaron mi mano y al levantar la mirada noté que era el chico pelinegro.

- No se preocupe, ella viene conmigo. Y si, tiene 18, pero eso no es inconveniente porque yo pagaré la cuenta. -dijo.

- No necesito tu ayuda. -murmuré.

- Cállate y sientate. Yo invito. -me murmuró de la misma forma.

El señor nos dió una mirada desconfiada pero se fue, luego de asentirle al bartender y el me tendió la cerveza.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora