자! 하나! 둘! 셋! 𝑪𝒉𝒆𝒆𝒔𝒆!

4.

2019

-"Doctor Kang! Necesito su ayuda"-

El grito provenía de una de las enfermeras que se encargaba de la habitación 124; un chico no se quedaba quieto en su lugar, tiraba y rompía las cosas del cuarto, de un momento a otro quería saltar de la ventana.

-"Aquí estoy enfermera Lee"-

De inmediato ambos tomaron al chico y lo amarraron en una de las sillas.
Era costumbre ver eso y que, después de detenerlo, el paciente comenzara a gritar fuertemente. Había un problema sin solución en aquel personaje, pues, ni de uno ni de otro modo ha podido recuperarse o llevar una vida mejor; la esquizofrenia lo tenía atado. Sí, ese paciente era Yang Jeongin.

Ahora con 18 años, Jeongin aún permanecía en el psiquiátrico, llevaba 7 años internado ahí. Seguía sin querer hablar, seguía sin querer socializar, odiaba a cada una de las personas que yacían en el hospital y aún consideraba a Lino su mejor y único amigo.

En todos esos años, se le dió tratamiento con terapia y medicamentos, con la esperanza de que fuera mejorando al menos un poco, sin embargo, todo parecía ser lo contrario y los doctores no entendían por qué.
Pensaron que quizá era por la falta de sus padres, pero, de las tantas veces que lo visitaban, Jeongin jamás les dirigió la palabra; aún así, ellos no se dieron por vencidos y visitaban a su pequeño con regularidad, incluso si esto significaba ver a su hijo lastimandose o teniendo un episodio de crisis.

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Durante la visita semanal de sus padres, el psiquiatra los citó a la oficina, puesto que se le había ocurrido una especial de idea para que quizá Jeongin pudiera socializar con una persona real.

-"Su nombre es Hwang Hyunjin. Es un chico bastante peculiar. Presentó diagnóstico de ansiedad y trastorno bipolar, lo hemos tenido aquí unas cuantas veces; y digo "unas cuantas" porque de alguna manera logra salirse del hospital e irse. A pesar de todo, parece tener mejoría y se lleva bien con otros pacientes, siempre busca la manera de hablar con todos y hacerlos reír, adora la fotografía y dibujar, creo que es perfecto para ser amigo de Jeongin"-

-"Está bien que ambos estén en una misma habitación?"-

Preguntó el señor Yang pues temía que, por lo relatado, algo sucediera entre ambos y causara algún daño.

-"Puede parecer peligroso, pero confío en Hyunjin, es una buena persona y en todo caso, podría presentarlo ante ustedes"-

-"Y los padres de el chico, están de acuerdo?"-

El doctor cambió su expresión. No podía decirles que Hyunjin había matado a su madre, así menos dejarían que el jóven pudiera mejorar.

-"Sus padres fallecieron hace años, no hay otro tutor legal que cuide de Hyunjin. El chico ahora tiene 19 años, puede cuidarse solo"-

Los señores Yang accedieron a conocer al muchacho.
El doctor procedió a llamar a la enfermera para que lo trajera.

La puerta sonó y al abrirse, se encontraron con un chico rubio, alto, de bonitas facciones y un lunar debajo de su ojo. Llevaba consigo una cámara y al ver a la pareja hizo una reverencia y sonrió.

-"Mucho gusto. Mi nombre es Hwang Hyunjin"-

La señora Yang de primera parecía maravillada por el jóven, parecía ser un chico educado.

-"No parece alguien con bipolaridad. Parece normal para mí"-

Soltó bruscamente el señor Yang. Esto provocó que Hyunjin apretara fuertemente sus manos, cerrandolas en un puño, sin embargo, trato de tranquilizarse y seguir sonriendo.
Oh Dios, cómo odiaba que le dijeran eso, él sin duda alguna estaba contento consigo mismo y no buscaba parecer normal porque honestamente, Hyunjin odiaba lo normal.
Pero, ¿Qué era lo "normal" para Hyunjin y por qué lo odiaba tanto? La respuesta era sencilla y es que nadie le sacaba la idea de que lo "normal" era la forma en que sus padres lo trataban.

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A final de cuentas, accedieron a qué Hyunjin fuera compañero de Jeongin, pensando en que su hijo tendría muchísimas mejorías y quizá así, poder tener una mejor vida.

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-"Jeongin, ven, te presento a Hwang Hyunjin, él será tu nuevo compañero de habitación"-

Hyunjin se acercó y colocó su mano en la cabeza del contrario.

-"Hola Jeongin! Soy Hyunjin, seamos amigos"-

Normalmente Jeongin ignoraría las cosas, pero, algo en la voz de aquel chico lo hizo voltear; al verlo, notó que su sonrisa era forzada, pero muy linda de igual manera.
Le gustó su color de cabello pues, a los ojos de Jeongin, eran del color de sus esferas favoritas. Doradas.

-"Soy Jeongin."-

Y esa fue la primera vez que se le escuchó hablar con una persona real.