21 Gramos - Hyunlix.

La travesía.

Como lo había prometido el día anterior Felix se encontraba en la puerta de los Hwang con una mochila en hombros esperando que le abrieran la puerta. Hyunjin se asomó por el balcón de su habitación que daba a la calle para ver quién podía tocar tan temprano y fue entonces que recordó que ahora poseía un niñero a su disposición, la verdad es que ni el mismo se había metido a la ducha y debía despertar a Lyra, fue lo que pensó mientras bajaba la escalera vistiendo solo chándal, el cabello revuelto y los ojos con lagañas.

—Buenos días señor Hwang. — Dijo sonriente y ya descalzo mostrando unos tiernos calcetines de rana, cortesía de Jisung. — Los uso, porque pensé que a la señorita Lyra podrían entretenerle. — se explicó cuando la mirada de su jefe y ladrón de almas se fijó en sus pies.

—Van a gustarle... — se quedó algo pensativo, pero el tiempo corría y él debía arreglarse para el trabajo. — Si quieres puedes desayunar, hay varias cosas en la nevera, iré a despertar y alistar a Lyra.

—Traje comida preparada desde mi casa, la hice esta mañana. Ya que seré el niñero de la señorita Lyra, puedo alistarla para la escuela mientras usted se alista. — sonrió nuevamente mientras sacaba mucha comida que venían en tapes, olía delicioso y luego de dejar la mesa puesta, subió las escaleras dejando atónito a Hyunjin quien subió tras él.

—No tendrías que haberte molestado, aquí ya había comida. — dijo algo apenado por la molestia y trabajo que tuvo que haber sido todo lo que estaba servido abajo.

—No es molestia, es mi trabajo, ahora despertare a la señorita Lyra, señor Hwang. — hizo una venia para continuar hacia el cuarto de la niña.

—Puedes llamarme Hyunjin, no creo que seas tan menor que yo. — Felix pensó en aquello, y claro que había diferencia de edad, la verdad era bastante mayor que su jefe, como dos mil años mayor. — Y puedes llamar a Lyra por su nombre. — Pero la duda se instaló en Hyunjin — Disculpa, pero no recuerdo tu edad.

—Tengo veintisiete — invento cualquier número mientras Hyunjin no podía caer en su asombro, ese chico con cara de bebé era un año mayor que él.

—Wow, entonces eres mi hyung. — se sentía extrañamente fascinado a diferencia del día anterior en donde se encontraba en completa negación hacia Felix, sin darse cuenta el mayor se encontraba despertando a su hija.

—Lyra. — le susurro a la niña acariciando su frente — Es hora de despertar. — la pequeña se estiro bostezando y luego restregándose los ojos, estirando sus brazos para abrazar a Felix. — Veo que ya despertaste. — sonrió complacido con el cálido cariño de ese pequeño ser.

—Ya has llegado, Lix. — se brazo más fuerte de su cuello. — Es temprano aun.

—Debo alistarte para la escuela, corazón. — la saco de la cama camino al baño para observar que se lavara la cara y los dientes, se había bañado el día anterior y de todos modos Hyunjin no dejaría jamás que la bañara. — Iré a dejarte yo así que alégrate.

—Jamás vi que se levantara tan rápido. — comento Hyunjin desde la puerta un poco maravillado en como Felix motivaba a su hija. — Debo confesar que a pesar de ser una niña maravillosa puede cansar demasiado, tiene demasiada energía y habla mucho también, en eso se parece a mí.

—Me gusta conversar, creo que nos llevaremos muy bien ella y yo. — Hyunjin ya estaba atrasado y no se había lavado ni la cara pero la presencia de este chico en su casa y cada paso que daba eran como millones de cuerdas que lo tiraban a la curiosidad, a seguirlo, a verlo, a inspeccionar el trato que tenía con su hija. — Señor, ya es bastante tarde para usted, ¿no tendrá problemas en su trabajo?