Donde Luzu y Quackity se conocen en el primer año de universidad en una fiesta gracias a sus amigos en común, desde entonces son inseparables.
° • . ¤ ° . ○ ¤ ° . • * . ○ ,
☆ • : ○...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si alguien sabía sobre el desastre que llevaba por vida amorosa el chico gótico de filosofía, ese alguien tenía que ser Lana, su hermana menor. Una chica rubia y preciosa que estuvo a su lado por los años más difíciles, incluso dejó sus estudios en Estados Unidos para ir a Karmaland con él y seguir estudiando ahí.
Lana adoraba a su hermano mayor, por eso mismo lo cuidaba en sus momentos más sensibles y siempre estaba dispuesta a escucharlo, no por nada era su confidente para los temas amorosos y quién le había ayudado tantas veces a decidir qué hacer con sus ex parejas.
Por eso, Lanita sabía cuando alguien de había quedado tiempo de más en la cabeza de su hermano y era más que obvio cuando este comenzaba a enamorarse.
Tal vez esa era la razón por la cual no se sorprendía de estar ahí, sentada en su cama mientras esperaba a que Luzu iniciara la conversación.
—Lanita… Tu más que nadie sabe esto, pero al momento de ser realista no soy considerado un especialista— habló el chico gótico, acostado con su cabeza en las piernas de su hermana menor, mirando fijamente el techo.
Realmente necesitaba ser escuchado por alguien en ese momento, su corazón y mente estaban hechos un caos, por desgracia sabía bien quién era el culpable detrás de estos confusos sentimientos, conocía todo sobre el chico culpable de sus ojeras por estar horas pensando en él. El leve asentimiento con la cabeza de la chica le hizo saber que podía seguir con su relato.
—Sin embargo siento que algo en mí cambió— tomó aire, sintiendo sus mejillas comenzando a tomar color —Y sé exactamente cómo sucedió… Mi corazón palpitaba cada vez que este chico se me acercaba, con el tiempo me empezó a gustar y tal vez no me fue tan mal.
La rubia pudo apreciar una dulce sonrisa formarse de manera inconsciente en los labios de su hermano, quería reírse pero primero iba a dejar que se expresara, en su mente ya se iba haciendo una idea de a quién se refería con esas palabras tan dulces.
—Como de repente todo se ha ordenado ¿Sabes?— preguntó, cerrando sus ojos para solo poder verlo a él, sus ojos casi negros, su cabello del mismo color y esas adorables alas de pato —Desde que ha llegado mi vida cambió, creo que ya no soy el mismo que era antes de eso… Puedo asegurar que ahora estoy mucho mejor.
Claro que ambos recordaban al Luzu de hace unos meses atrás, el mismo luzu que había sido por años antes de la llegada de ese misterioso alguien a su vida, uno más deprimido y menos animado comparado con el que tenían ahora, incluso en algún momento llegó a estar medicado por lo mismo. Realmente ninguno creyó que estarían así otra vez, en un ambiente menos depresivo y más animado siendo Luzu quien tuviera la iniciativa.
—Yo nunca fui muy afortunado— una suave risa salió por los labios del gótico, abriendo nuevamente sus ojos para ver a su hermana quien ahora sentía curiosidad de a lo que se estaba refiriendo —Mis anteriores parejas no me cuidaban, te sabes la historia, me maltrataban y me hacían llorar, nadie más que tu me venía a consolar…
