Eᴘ 6˚

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Martes, 30/ 07.
11: 00A.m.

— ¿Y quackity?

— No sé, cuándo desperté no estaba...

— ¿Durmieron juntos?

— ¿¡Qué!?–Luzu se sonrojó y miró a vegetta.

— ¡Lo sabía! ¡Hoy a las 4 de la mañana había jurado escuchar voces!–Luzu y oliver se sobresaltaron. Oliver empezó a sollozar del susto.

— ¡Vegetta!–Luzu le gritó a vegetta. éste  se sobresaltó y Sonrió nervioso. Luzu se había acercado a su hijo y lo cargó. Oliver abrazo a su padre por el cuello y luzu le sobaba la espalda para que se tranquilizarlo.

La puerta de la entrada se abrió. Los dos adultos y él pequeño miraron. Los adultos estaban en guardia por si a caso. Hasta que escucharon la voz de rubius y quackity.

— Te juró que no vuelvo hacer eso...–Dijo rubius.

— Dramático, solo había que preguntar y comprar unas simples pastillas.

— ¿Pastillas?–Dijeron vegetta y luzu.

Los dos se quedaron paralizado al escuchar las voces del omega y él delta. Luzu alzó una ceja y pensó lo más feo que podría haber pensado.

— Quackity, ¿qué pastillas?

— Emm...Ayúdame.–Le Susurró quackity a rubius. Rubius lo miró y asintió.

— Las pastillas que compramos son para quackity. –Quackity tenía miedo de lo que vaya a decir él.— Tiene diarrea.–Sonrió inocentemente rubius. Él omega se sobresaltó al escuchar lo que dijo rubius. Luzu y vegetta desviaron la mirada Avergonzados por preguntar.

— ¡Hijo de tú perra madre!–Quackity lo insultó a más no poder. Su dignidad se había ido de su cuerpo.

— No te preocupes, quackity. Eso es normal.–Dijo vegetta.

— Bueno quackity, adiós. Vegetta, vamonos ahora.–Dijo rubius, poniéndose su gorra de policía.

— ¿Qué? ¿Ahora?–Respondió vegetta, sus estómago gruñia. Rubius se reía de él.

— Vamos a comprar algo para comer en el caminó. Adiós, chicos.–Rubius agarró la muñeca de vegetta y salieron de la casa. Luzu aún tenía a su hijo en brazos. Éste se quedó dormido. Quackity miró a luzu y desvío su mirada Avergonzado.

— No te preocupes, no me burlare.–Dijo luzu para llevar a su hijo al dormitorio para acostarlo. Después de dejar a oliver fue con quackity.— ¿Supongo qué no comiste?

— No.–Lo miró y hizo un puchero.

— Okey, voy a cocinar te algo.

Quackity lo miró y se subió a la espalda del delta. El pelimarrón se quejó y Suspiró. Los dos fueron a la cocina, quackity se bajo de luzu y se sentó en una silla de la barra.

— Te pare algo para tu malestar de estomago.–Dijo luzu con normalidad. Quackity se moría de la vergüenza.

— No para el dolor estomacal...

Mʏ Dᴜᴄᴋ Bᴏʏ   「Lᴜᴄᴋɪᴛʏ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora