3. ¿Amor?

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Un nuevo día había comenzado en el pueblo de Karmaland, el joven Quackity estaba feliz por esto, ya que había quedado con Vegetta en salir juntos.

Quería mucho a Vegetta, sabía que podía confiar en él, ya que el ya mencionado siempre cuidaba de él además de preocuparse sobre como se encontraba.

Es así como salió de su casa, comenzando a correr para llegar a casa de su amigo, estaba emocionado, tanto que su corazón iba a explotar de felicidad.

Luzu le había dicho que hoy no podría pasar tiempo con él por unas horas, así que decidió aceptar la invitación de Vegetta, después de todo hacía ya tiempo que no salían juntos.

Luego de unas horas de caminar había llegado, tocando la puerta del adversario, al pasar unos minutos la puerta fue abierta –¡Hombre, Quackity! Es bueno verte–

El pelinegro asintió, abrazando al adversario quien correspondió al instante, ambos estaban felices de verse –¿Y qué planes hay para hoy, Veg?– Cuestionó.

–Pues, verás, hoy tenía pensado que podríamos ir a algún parque, por ejemplo aquel que está en el pueblito, ¿No te parece? También podríamos comer algo –

Emocionado, Quackity asintió varias veces, tomando la mano del adversario, comenzando ambos a correr en dirección al lugar, el más emocionado era el joven de alas doradas.

Vegetta sólo lo miraba y sonreía, le encantaba verlo sonreír, hace tiempo no pasaban algo de rato juntos, entonces era genial poder verlo.

(...)

Pasadas unas horas, el castaño estaba ayudando a Willy a llevar algunas cosas, todo estaba bien, hasta que escuchó unos sonidos que lo distrajeron.

– ¿Eh?...Me pregunto que habrá sido eso – Murmuró para si mismo, dejando las cosas en el suelo para así, de forma discreta dirigirse al destino de aquellos sonidos.

Al ver atentamente, pudo percatarse de como aquellos ruidos eran obra de Quackity y Vegetta, quienes estaban tomando un helado luego de haber ido a comer algo.

La sangre de aquel muchacho de cabello castaño estaba hirviendo del enojo, en menos de un segundo, estaba consumido por la furia de ver aquella escena.

Decidido, agarró nuevamente las cosas y se marchó del lugar, el pelinegro de alas doradas escuchó pasos, pero no prestó mucha atención a esto ya que estaba hablando con Vegetta.

Tal vez no era nada malo ¿Verdad? Probablemente sólo era un aldeano paseando, nada fuera de lo normal, sin querer preocuparse por eso, lo ignoró.

–Eh Quackity¿Puedo hacerte una pregunta?– Mencionó el más alto –¡Por supuesto Veg! ¿Qué sucede?– Cuestionó alegre, esperando aquella pregunta.

–Noté que estabas triste hace unos días ¿Puedo saber por qué?– Dijo en un tono preocupante, le importaba saber que su amigo estuviera bien, no quería ignorar eso.

El mexicano sólo sonrió –Oh Veg, no te preocupes, sólo estaba teniendo un mal día, pero todo está bien– Exclamó para calmar a su amigo quien sólo lo abrazó.

–Entonces me alegra mucho que estés bien, Quackity– El de doradas alas sólo correspondió a la muestra de afecto contento, se sentía feliz de importarle a su amigo.

(...)

Las horas pasaron, Vegetta debía de irse debido a que tenía cosas que hacer, despidiéndose de Quackity acabó por irse, es así como el mexicano decidió irse igualmente.

Siguiendo su camino a su casa, estaba feliz, había pasado un buen día y era claro, eran las 8 p.m. y apenas estaba volviendo a casa, iba a tardar un poco.

Trust me || Luckity || Karmaland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora