4. Ciega confianza

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Todo era tan confuso...Sólo podía preguntarse una y otra vez ¿Por qué? ¿Por qué Luzu le hizo algo tan doloroso como eso? Tal vez era su culpa por hacerlo enfadar ¿No?

Desde ese momento, ha estado evitando a Vegetta, claro que, este no se había dado cuenta de que lo estaba evitando, sólo pensaba que Quackity estaba muy ocupado y no podía distraerse.

Pero la verdad era que lo evitaba sólo por miedo a que Luzu volviera a golpearlo por estar cerca de él, últimamente se la ha pasado encerrado en casa ya que está aterrado de salir.

Salir y encontrarse con esos rojizos ojos llenos de oscuridad, esos no eran los ojos del amado del que se enamoró...¿Cómo el dulce amor de Luzu pudo volverse violencia en un abrir y cerrar de ojos?

Mientras pensaba en esto con pequeñas lágrimas en sus ojos, tocaron la puerta, mientras se secaba sus lágrimas rápidamente abrió la puerta, encontrándose cara a cara con Luzu.

Un escalofrío recorrió su cuerpo, estaba a punto de cerrar la puerta de golpe, pero la mano del castaño lo detuvo con una mirada triste –Cariño, sé que estás asustado, pero te prometo que no quise dañarte– Confesó.

Quackity lo miró a los ojos, no pudo evitar ceder a no cerrar la puerta, aquellos ojos tristes llenos de supuesta sinceridad lo hicieron pensar que tal vez aquellos golpes fueron un simple error.

Dejó pasar al muchacho castaño, cerrando la puerta luego de permitirle el ingreso, Luzu tomó la cintura de Quackity para así comenzar a darle un beso suave lleno de amor, tal vez, todo mejoraría ¿No?

Ambos correspondieron a dulce beso, pegándose sin intenciones de separarse del beso hasta quedarse sin aire alguno, el beso duró minutos hasta que Quackity se iba quedando sin aire.

Se separaron y el chico de alas doradas sonrió dulcemente, estaba tan feliz –Te amo tanto Luzu, yo...Lamento tanto haberte hecho enfadar aquella vez– Dijo con una expresión nerviosa, lleno de angustia.

–Está bien Quacks...he visto que no te volviste a acercar a Vegetta, eso es bueno– Dijo con un dulce tono mientras acariciaba el moretón que estaba en el ojo del pelinegro.

–Bien hecho, cielo, tienes que recordar que esto lo hago por amor...por nosotros– Confesó para luego besar la frente del muchacho quien sólo pudo dejarse, con una ligera sonrisa la cual desapareció al oír lo siguiente.

–Ah...y cariño, creo que deberías de dejar de comer mucho ¿No crees? Puedes ponerte feo y gordo– Dijo mientras dirigía su mirada al estómago del pelinegro quien al oír eso no pudo evitar sentirse mal.

Mirando a su amado, quiso hablar –¿Feo y gordo? Pero...Luzu, tú dijiste que mi cuerpo era hermoso– Dijo angustiado, no quería verse horrible para su contrario, no podía evitar querer llorar en aquél instante.

–Lo era, pero te descuidaste demasiado al parecer, te ves algo feo...por no decir horrible, deja de comer– Sentenció con un tono cortante, ¿A dónde se había ido el amor de hace unos cuantos instantes?

–Pero Luzu...yo- – Antes de terminar, fue interrumpido bruscamente –¡Es una órden Quackity! ¡Deja de tragar como un puto cerdo!– Exclamó a gritos, tomando el rostro de pelinegro con violencia.

Quackity quería llorar, odiaba que él se pusiera de este modo tan violento, pero no quería enfadarlo más –Está bien querido, lo que tú quieras lo haré– Confesó conteniendo sus lágrimas.

Luzu acaricia con suavidad su mejilla con una sonrisa dulce para luego acercarse a la puerta principal –Bueno, tengo que irme Quacks, recuerda que tienes que bajar de peso...Adiós cariño–

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2022 ⏰

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