One

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Jungkook estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

¿Podía estar más feliz? La respuesta era No, obviamente.

Estaba suspirando dióxido de carbono en forma de corazones. No importa que sus brazos quemaran por amasar continuamente, o que sus rodillas y espaldas se resintieran por estar tanto tiempo de pie.

Pero, vamos. Estaba tan contento que ningún cansancio podría opacar su júbilo. Tan contento como un adolescente puberto lo estaría teniendo a su crush en la cocina de su propia casa.

¿Cuántos podrían decir lo mismo? Hay quienes no tienen la suerte de que su amor platónico les dirija siquiera una mirada.

Él era tan afortunado. Se le permitía sonreír como un tonto, o al menos eso hacía cinco minutos antes de que sacaran los panecillos del horno.

"Esto está la mar de salado" con una mueca, escupió el resto del pan en el fregadero y se volteó hacia Taehyung "¿Cuánta sal pusiste? por Dios "

El pelinegro al lado suyo estiró el brazo por la encimera agarrando un par de frascos medianos de cristal, muy similares entre sí.

"Solo hice lo que me dijiste" habló Taehyung señalando ambos recipientes mientras se explicaba. "Media cucharadita de sal, dos de Bicarbonato de Sodio por porción"

Jungkook quiso halarse de los cabellos.

"Ni ese es el Bicarbonato, ni esa es la sal" vociferó. "¡Los intercambiste!"

Taehyung abrió y cerró la boca varias veces, boqueando como un pez fuera del agua. Su mirada perpleja se debatía entre Jungkook y los salados panecillos aún sobre la bandeja.

"C-creo que pude haberlos confundido" balbuceó pasando una mano por la parte posterior de su cuello. Jeon lo estaba poniendo nervioso. "Tienen el mismo aspecto, son... Lucen iguales"

"¡¿Qué lucen iguales, dices?!" arrebató ambos frascos de las manos contrarias. "La sal es más gruesa y cristalina, mientras que el bicarbonato es puramente blanco y un polvo" enumeró. "Tienen más semejanza Iron Man y Hulk antes que estas dos cosas"

Kim tragó, tratando de buscar alguna excusa a su metida de pata.

No la había.

"Bueno, al menos suficiente levadura sí le puse"

Ambos miraron los tristes panes sobre la bandeja de hornear. Estaban más planos que una llanta de bicicleta.

Jungkook suspiró.

No solo sabían sino que también se veían horribles. La maestra iba a matarlos mañana.

Casi deja que ese pensamiento le desanime hasta que vio por el rabillo del ojo la crema de fresa para relleno que minutos atrás había batido su hyung.

"Pásame eso" Taehyung obedeció, entregándole inmediatamente el bol con la consistente mezcla heterogénea. Estaba brillante, y rosadita. Se veía bien. "Escucha, esto es lo que haremos. Cubriremos con la crema el exterior de los panecillos, y con suerte eso disfrazará el tamaño que tienen"

Era una buena iniciativa consideró, tal vez hasta el gusto dulce de la crema al mezclarse con la masa salada haría que no se sintiera tanto el sabor de esta.

Claro que todo dependía de si la mezcla rosa sabía bien o no. Jungkook rezó para que fuese comestible, al menos.

Tomando con una cuchara un poco, puso una cantidad mínima en su mano antes de dudosamente llevárselo a la boca.

Taehyung le miraba expectante.

Fue entonces que Jungkook recordó uno de los consejos que le había dado Jimin. Armas de Seducción les llamaba él, o alguna otra bobada parecida. Jungkook no tenía idea, de hecho aún seguía sin tenerla del todo; y aunque al principio tenía cero fé en la sugerencia del pelinaranja, tener la completa atención de Tae le dio un empujoncito a su osadía.

Crush¹ ♡ OS 태국Donde viven las historias. Descúbrelo ahora