Había Una Vez...

17 3 0
                                    

—Holaaa ¡Hey! Angelito, fantasma, demonio lo que seas ... Trage hamburguesas —gritaba desde el gran salón el eco de su voz entraba a oídos de cualquier habitación pero aún así nadie respondió.
—Creo que si estaba alucinando ese mocoso me hizo gastar 22 dolares—

—¡Ay! No seas codo—

—Ahhhh Mierdaaa—

—Perdón perdón, no te vallas, no quería asustarte porfavor no salgas corriendo—todo esto lo hablo muy rápido en sus ojos habían preocupación y no solo eso.

—Oye ¿estas bien?—

—Si estoy bien— respondió apenado

—Mirame—

—No—

—Dije que me mires— Alza la voz obligando básicamente a este obedecer después de todo aún seguía siendo un hombre frío e imponente aunque no tanto como antes ... Claro las épocas ya habían transcurrido.

—¿Estabas llorando? ¿Porque? Espera, ahora ¿Porque lloras?—

—¿Porque me gritas?—llora más fuerte.

—Perdoname no lo volveré hacer—

—Eso mismo dijiste la última vez—
—Aparte creí que ya no Volverías—

—Pero te dije que lo haría—

—Eso fue lo último que me dijiste y nunca Volviste por mi ,creí que harías lo mismo—

—Espera de que hablas apenas te conozco yo no te e dicho nada—

—¡Ya lo has hecho!—grito, sus ojitos llorosos e inchados delataban un sentimiento doloroso para aquel lindo ángel.
—pero no en esta época— esto último lo habló suave y bajo casi inaudible.

Min estaba confundido no sabía de qué decir ¿A qué se refería con que no en ésta época? Cada minuto más con aquel hermoso ser, se sentía más lunático.

—OK, arreglemos esto, vallamos a comer que me muero de hambre y cuéntame quien eres ni siquiera se tu nombre—

—Mi nombre es Jimin... Park Jimin — le regalo una hermosa y gran sonrisa achicando sus ojos como 2 lunas.

El mayor sonríe al ver tan tierna expresión su vista y sus pensamientos sólo estaba para él olvidándose de sus amigos que pronto abordarán un avión sin él pálido .

—Te han dicho que eres hermoso—

—Sip,Ya me has dicho— siguió su camino dando pequeños saltitos de felicidad por primera vez en siglos desayunaria con su Hyung como solían hacerlo, intentaba ocultar su amor por él algo que por dentro le destruía, solo quería tomarle y besarle hasta el anochecer.


. . .


—Oigan ya despierten a Yoongi—dijo un adormilado Jin.

—Que puta! si nisiquiera nos ayudo a subir sus maletas—habló un caprichudo azabache con tatuajes.

—Dije que vallan y lo despierten ya vamos a aterrizar— le arroja una almuada en la jeta.

—Yongihaaaa despierta flojooo— se arroja encima de él.

—La concha de tu madre Jk... soy Tae que joda quieres—

—Si tu no eres Yoongi ¿Donde está Hyung?—

En segundos se levanta Tae con los ojos pelones.

—¡Dejamos a Yoongi en Francia!— respondieron al unísono.

En el aeropuerto.

—No mames ... no mames nos va a matar—

—Como pudieron olvidarlo—habla el mayor.

—Tu eres el mas viejo debiste haberlo cuidado—

—Fue culpa del caballo— Tae apunta a Hobi.

—¿Que? Yo porque ni que fuera su niñero... Ustedes lo obligaron a ir—

La discusión se extendía y la preocupación los alarmaba más porque el pálido no se hubiera desaparecido de la nada recordamos que es el más rico de todos y estaba en un país que no era suya que tal y si lo secuestraron.

—No responde mis llamadas—

—Las mías tampoco—

—Todos suban al Jet regresaremos a Francia—Ordenó el mayor y todos obedecieron.

. .  .


—¿Que rico esta esto?—el menor tenía un buen apetito se había comido 2 hamburguesas y 3 cajitas de papas fritas su paladar disgusta de un sabor nuevo.

—Me alegra que te guste—dijo un poco amargo pues el pequeño rubio se había comido también su hamburguesa y solo comió una cajita de patatas.

—Uy que es esto— le da un sorbo grande a la coca—WOW Hyung esto sabe exquisito.

El mayor río ante las palabras raras que decía el menor, no tenía pruebas pero sí sero dudas que ese pequeño diablillo fue parte de la realeza.

—¿Eres un príncipe?—preguntó curioso.

—Lo Somos, bueno lo eras supongo—
—Ya no te vez como uno—

—Lo dices por mi ropa?—

—Sí, que traes puesto? esta muy grande esa ropa, tus sirvientes siguen sin obedecer tus ordenes—

—Amm—no sabia que contestar pero le seguiría la corriente.
—No solo que esta ropa es más cómoda—
—¿A que te refieres que éramos o somos príncipes?—

—Bueno en realidad tu jerarquía es más alta tú no eras un simple príncipe sino el futuro Monarca de todo el país Coreano...Eras el lejitimo heredero del Reinado Supremo—hablaba con tal alegría maravillado de lo que redacta como si en su mente hubiecen bellos recuerdos se podía notar en sus ojos al brillar y su sonrisa que lo delata.
—Hacías lo que fuera por llegar hacerlo querías cambiar las leyes para que al fin tu y yo estuvieramos juntos al tener ese trono a tu mando no habría nadie que rebocara tu palabra pero creo que fue demaciado tarde— poco a poco sus palabras fueros perdiendo fuerza la alegría se fue, sus ojos mojados y su rostro entristeció.

—¿Que pasó con nosotros? ¿Éramos pareja? O... —la intriga lo mataba era algo confuso intentaba procesar todo al margen.

—Si lo somos o lo eramos— su cabecita se mantenía agachada mientras lágrimas caían y golpeaban el piso.

—¿Qué hice yo como para condenar tu alma a este castillo?—

—La maldición no quisiste
escucharla—

—¿Qué? Espera ... Una maldición—

— Sí — se pone de pie

—Espera ¿A dónde vas?—

—Ven conmigo, te enseñaré... No tengas miedo—

—Me dirás que suecede—

—Te contaré todo—

Te preguntas porque estaba en Francia, bueno, en ese Palacio fue donde inició una hermosa historia de amor envidiada por quien sea pero también el fue acto final de ese amor.

Todo comienza con Había una vez... Pero no termina con un Felices para siempre... No en esa vida.

El bailarín de la media noche/Y.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora