Cuarto Universo paralelo parte 5

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...

En un lugar totalmente aislado, un lugar que trascendía el terreno mortal, un lugar más allá del cielo en donde solo había por encima estrellas, un lugar donde solo habitaban los seres superiores que estaban cerca de alcanzar el nirvana, donde la muerte era algo tan desconocido.

En ese lugar donde las edificaciones eran cada una más grandiosa y totalmente pura que la anterior, ahí en uno de los lugares más apartado se encontraba una casa de patio extenso, todo tan blanco como la nieve, los jardines daban el color emocionante, crisantemos rosas contrastaban con aquel blanco infinito y los árboles de magnolia aromatizaban todo el lugar, en el interior existía un estanque en donde pequeños peces Koi saltaban entre los lotos interrumpiendo la calma de aquella casa haciendo un sonido de -plop- cada cierto tiempo.

En un pabellón cercano al estudio de la habitación principal, había una mesa con té humeante y en uno de los bancos había un hombre mirando a la nada, tan relajado y ausente.

Era la perfecta definición de un inmortal sin preocupaciones.

Aquel hombre excepcionalmente hermoso jugaba con la pequeña taza de té, sus ojos rasgados y juguetones en los que no había mucha emoción era como ver el verdor del bosque durante la primavera, un pequeño lunar se escondía a escaso espacio del ojo izquierdo, los labios rosados ligeramente separados sonreían, pero realmente no sonreían solo era su forma natural, el cabello castaño caía por sus hombros como hilos finos y sedosos, usaba un hanfu durazno completamente holgado con una abertura en el cuello.

Si cualquier mortal normal lo viera no dudaría en creer que se trataba de un ser fuera del mundo terrenal y no estaría mal, muchos otros lo confundirían con un hada del bosque por lo hermoso que era, pero nadie comprendería ¿Por qué se veía tan apático?

"Uff..." Ese suspiro era un indicador de que había dejado de meditar y que ya se había cansado de esperar

Ese bello hombre miró la taza vacía y sin interés la dejó sobre la mesa, después miró hacia el estudio que estaba frente al pabellón mientras pensaba en por qué tardaba tanto aquel hombre.

-Plap, plap, plap-

Pasos exageradamente rápidos se escucharon atravesar todo el patio, rompiendo la total quietud, cosa que provocó que aquel bello hombre rodara los ojos con cierto disgusto.

"¡Señor del destino!... ¡Señor del destino!" Un hombrecito de aspecto joven que usaba un uniforme blanco con decorados dorados llamó al hombre que había estado en el estudio desde hace mucho tiempo, pero aun con sus gritos no recibió respuesta

"¡Aiyo!... ¿Por qué tanto ruido pequeño informante?... ¿Qué necesitas de Cáifù?..."

El hombrecito al escuchar aquella voz melodiosa se giró hacia el pabellón completamente sonrojado, sabía que estos dos hombres eran muy cercanos y siempre permanecían juntos, sabía que era normal encontrarlo en este lugar, pero al final de cuentas ante una belleza siempre era una sorpresa y agrado verla.

Con un poco de tartamudez se disculpó "¡Oh! El señor del tiempo también está aquí... ¡Este sirviente se disculpa por su falta de modales! Pero esto es urgente" Comenzó a explicar mientras mostraba el rollo que había estado sosteniendo "¡Debo entregar este informe al señor del destino!"

"¿Un informe?" Las cejas de la belleza se fruncieron, pero aún era hermoso "¿Hiciste algo mal con los destinos de los mortales, pequeño informante?"

"No, no, no..." El hombrecito dio un pequeño respingo y aún más rápido se explicó "Este sirviente es diligente... Solo que... Hemos encontrado algunas perturbaciones"

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