Gregor se encontraba caminando serenamente en el jardín de rosas, donde también estaban los pilares antiguos de la ciudad destruida de Sharmen. El cielo era naranja, y en el volaban los pájaros de 4 ojos amarillos, en una gran parvada en la que sería imposible contarlos a todos debido a su gran velocidad y cantidad. Veía las rosas llenas de olores extravagantes y colores indescriptibles, pues estas flores no eran de las normales, sino de unas características oníricas que solo se ven en los sueños. Se maravillaba con todo esto. Reía alegremente al encontrarse en ese lugar tan colorido, y siguió caminando en ese jardín durante horas.
Gregor al final descanso encima de una plataforma que formaba parte de los antiguos destrozos. Contemplaba el calmado cielo naranja y los elementos que había en él, perdiéndose en sus pensamientos, como si al ver tan bonita escena fuera transportado a otra dimensión. Luego fue sorprendido por el sagrado alce.
- ¿Es hermoso el paisaje, no? - pregunto el gran alce.
- Vaya que lo es - respondió de manera jovial Gregor.
- En esta época lo es más - agrego el alce.
- Ya lo creo.
Gregor siguió viendo el cielo. Pero entonces: vio a los horribles pulgones verdes. Seres de pesadilla con alas de metal y miles de patas con pinchos alrededor de estás. Ellos volaron en dirección a Gregor. Él no sabía que hacer y corrió aterrado. Los pulgones atacaron al alce y a las flores. El alce quedó reducido a un saco de huesos y las flores perdieron toda su magia. Él no miro nada de eso y corrió y corrió. Entonces, sin fijarse, ya estaba en camino al gran barranco. Estaba acorralado. Al temer la muerte que le podrían causar los pulgones; simplemente salto del barranco.
Gregor despertó. Ahora se encontraba en una celda de piedra con barrotes de metal. Delante de su celda se encontraba otra donde había una persona parecida a él, pero que no era él.
Estaba asustado y confundido. Su mente no podía procesar lo que pasaba. Entonces comenzó a gritar, suplicando por ayuda. En toda el lugar se podían oír sus súplicas de ayuda, las cuales estaban llenas de desesperación.
- ¡Ya callate! - decía una voz, pero Gregor no hizo caso y siguió.
Gregor al final terminó con la garganta destrozada. Entonces vio una cama, y se desplomó en ella. Intentaba dormir, suplicando una y otra vez "quiero volver, quiero volver" Era como un niño desesperado, desesperado por volver a su casa.
Al final no consiguió nada y empezó a llorar.
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Relatos inmorales de ultratumba
Horreur(créditos de la portada a _TheHumberto_) Advertencia: este libro es muy explicito y grotesco. Tiene una narración demasiado descriptiva en temas algo crudos. (Ganador de los Black Awards, como mejor título) Esta es una compilación de relatos donde l...