Viaje a la eternidad

22 3 9
                                    

Parecía ser un viaje como el de cada fin de semana, al menos eso pensó aquella chica al subir a aquel autobús.

No parecía haber nada extraño, solo personas, como de costumbre, luego de unos minutos las puertas se cerraron, el motor se encendió y aquel autobús emprendió su viaje, solo que el destino de aquella tarde cambió.

Aquella chica cuyo nombre no recuerdo y es que la verdad tampoco es importante, miraba el paisaje a través de la ventana, pero cometió un error, se durmió. Pasaron unos cuarenta minutos o eso creyó ella. Sacó su celular para mirar la hora y le pareció extraño, que solo habían pasado cinco minutos en realidad, continuó mirando por la ventana mientras se sumía en sus pensamientos.

¿Por qué tardaba tanto aquel autobús en llegar a su destino? –se preguntó- ¿era su ansiedad?

Tomó un trago de agua e intentó tranquilizarse.

El autobús hizo una parada en un lugar inusual, dos chicos se bajaron y parecieron perderse en la oscuridad de las montañas. Okey, esto está poniéndose cada vez más extraño –pensó-

Miró de nuevo su celular y no pudo evitar entrar en pánico al ver que su celular marcaba la misma hora, era como si el tiempo se hubiese congelado, volvió hacia la ventana y su pánico aumentó cuando se dio cuenta de que aunque el autobús parecía ir en marcha, en aquel paisaje aparecían los mismos árboles una y otra vez.

Aterrorizada, se levantó de su asiento y su terror aumentaba con cada cosa que descubría, las personas con las que había iniciado su viaje no estaban, ¿en qué momento se habían bajado? Corrió hacia el chófer, quién parecía ser un cuerpo sin ninguna expresión, comenzó a gritarle que parase el autobús, que deseaba bajar, pero no hizo caso, el miedo se apoderó de ella, comenzó a llorar y gritar.

Nada de eso en realidad estaba ocurriendo, ¿recuerdas cuando dije que había cometido el error de dormirse? Pues solo debía despertar, ¿cómo podía hacerlo? debía ser más fuerte que su miedo o tener ayuda de alguien.

-Señorita –dijo alguien- mientras tocaba su hombro.

Aquella chica por fin logró despertar y envuelta en un mar de lágrimas miró aquella persona, que resultó ser el chófer.

-Se ha dormido –hemos llegado- dijo aquel hombre mirándola confundido.

La chica tomó sus cosas y bajó de aquel autobús sumida en una confusión total.

Así que ya sabes, ten cuidado cuando te duermes, podrías no contar con ayuda para despertar y quedar atrapado en una pesadilla.

Ven y te cuentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora