Una vez escuché a alguien decir que, cuando se tenía pareja, por mucho que sus amigos dijeran ser también tus amigos, no lo eran, que te hicieras la idea de que en algún momento tu pareja y tu iban a terminar y por consecuencia sus amigos, ya no serían tus amigos.
Por un momento me creí todo aquello, pero luego pasó que mi ex y yo terminamos, me hice la idea de que aquella pareja que eran sus amigos y que en un punto también consideré míos ya no lo serían, pero no fue así. Ellos siguieron en contacto conmigo y fui feliz, porque en serio había encontrado unos amigos, pero (porque sí, siempre hay un pero) el hecho de mantener aquella amistad significaba tener que encontrarme con él, por más que no quisiera, por un tiempo me las pude ingeniar para no coincidir, pero un día fue inevitable que pasara.
Pablito, el hijo menor de aquella pareja estaba próximo a cumplir dos años y como costumbre planeaban hacerle una fiesta.
Por un momento pensé en alguna excusa para no asistir, pero antes de siquiera pensar en algo como excusa, Sandra ya estaba gritándome por teléfono.
- Espero que este año si puedas asistir, porque el año pasado no pudiste, te perdoné una vez, pero no cuentes con que lo haré una segunda. -intenté decir algo, pero ella continuó- se qué este año no quieres venir porqué vendrá él, pero ambos son amigos nuestros, tendrán que comportarse como los dos adultos que son -dijo antes de colgar, de nuevo sin darme tiempo de responder-
Eduard y yo no habíamos terminado en malos términos (o de eso me quería convencer), pero de vez en cuando nos enviábamos mensajes y mi corazón seguía acelerándose al ver su nombre en la barra de notificaciones, lo que se traducía en que aún sentía algo por él y que obviamente no estaba preparada para verlo.
El día de la fiesta llegó y asistí, porque Sandra no volvería a perdonarme y porque era la primera fiesta a la que me invitaban en muchísimo tiempo. Los invitados fueron llegando, caras conocidas, otras no tanto y entonces, lo vi entrar y aquello se sintió tan diferente a cómo en las películas acostumbraban a mostrar el reencuentro con los ex, no iba de la mano de otra chica (gracias a dios) , tampoco volteó a sonreírme o saludarme, de hecho creo que me ignoró (auch).
Aquel encuentro tampoco fue cómo muchas de mis amigas habían dicho que sería, que seguro se habría puesto feo, que habría aumentado de peso y que habría olvidado afeitarse, fue todo lo contrario y deseé no haber ido, porque mi corazón comenzó acelerarse como cada una de las veces en que nos vimos, comencé a sentir ese dolor de estomago que siempre llegaba cuando sabía que tendríamos una cita, básicamente mi cuerpo seguía reaccionando cómo cuando éramos novios y eso no era bueno.
Si él estaba más guapo que antes, eso significaba que ¿era yo la que se había puesto fea, la que había subido de peso y la que había olvidado peinarse? Corrí al baño y pensé en una excusa para salir de aquel lugar cuánto antes, ¿o era aquella decisión algo inmadura? Tomé valentía para abrir la puerta y enfrentar aquello, después de todo, solo era fiesta.
Pero entonces, la vida no pudo ser más necia, porque al abrir la puerta el estaba justo en frente.
- Hola. -pronunció-ahí iba la poca cordura que quedaba en mi cuerpo, ¿Cómo era posible que cuatro letras y una palabra causaran tanto alboroto.
Hubo un silencio que parecía una eternidad, pero en realidad era yo pensando en cómo responder a una hola, ¿quizás con otro hola? -respondió la parte coherente de mi cerebro.
- ¿Estás bien? -preguntó- te vi correr hacia el baño y en vista de que llevabas un buen rato dentro, me preocupé, ¿no habrás comido de aquella salsa, cierto? Porque yo si y tiene gran cantidad de ají
Mientras él hablaba de quién sabe que, yo solo podía fijarme en que se había hecho un nuevo tatuaje, en que estaba usando el perfume que una vez le obsequié, en que tenía un corte de cabello diferente, en que se notaba que estaba haciendo ejercicio, en que... le estaba yendo mejor sin mí.
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Ven y te cuento
De TodoPorque no todas las historias empiezan con "había una vez". Les presento lo que será una recopilación de cuentos, historias y por qué no? de todo aquello que alguna vez soñó con ser una novela, pero se conformó con ser una historia.