Capítulo 8

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Lisa miró con atención como la carta se deslizaba bajo la puerta, ya que no había podido moverse de su sala desde que el incidente pasó. Y en definitiva, no tenía ánimos de levantarse para leer el rechazo de Jennie, así que solamente se quedó mirando al trozo de papel.

Suspiró, dejando que la ansiedad la consumiera un poco más, y cuando estuvo lista, se puso de pie y caminó con pasos inseguros y desanimados hacia la puerta.

Le dió la vuelta al papel, y cuando vió las palabras escritas en el, su corazón se saltó un par de latidos. ¿Hablar? ¿Con ella? ¿Jennie quería hablarle?
Aún después de descubrirla colocando una de las cartas que habían logrado descolocarlo desde hace tiempo, ¿la castaña todavía quería hablar con ella?

En su cara se formó una mueca de alivio, pero ésta se disolvió ante la pregunta que apareció para nublar sus pensamientos: ¿Iría?

Lisa se sentía tan avergonzada que seguramente huiría al momento de ver a Jennie a los ojos nuevamente. Aún no podía creer que la revelación de su identidad hubiera ido tan mal. Se había esforzado tanto para que todo saliera bien, y al final, su esfuerzo se fue a la basura.
No, debía conservar la poca dignidad que había quedado en su ser. Solamente tenía que botar la carta y olvidar lo sucedido, ¡pan comido!

Lisa sonrió incómodamente cuando sus ojos se encontraron con los de Jennie rápidamente apartando su mirada y sintiendo como su cerebro tiraba humo de lo rápido que estaba trabajando.

¿Qué debía decir? ¿Hola? Muy anticuado. ¿Qué tal? Muy directo. ¿Hola, qué tal? Hmm, sí, se iría por ese.

Estaba a punto de hablar cuando Jennie se le adelantó.

ㅡ¿Quieres pasar? ㅡpreguntó, algo insegura. Manobal sintió su corazón acelerarse. Aún no sabía si era por la ternura que emanaba Jennie, o los nervios que de fuera a arruinar su plan aún más que antes.

Bien. Tal vez Lisa había hablado demasiado temprano al decidir que no vendría. Máximo cinco minutos habían pasado cuando abrió el contenedor de basura y sacó la carta, arrugada y con algunos restos de comida encima, para después releerla y confirmar que, en efecto, Jennie aún quería verla.

"¿Y si me mira como alguien irrespetuosa? Debería ir, solamente a ver qué pasa."

Se decía a sí mismo, preparándose mentalmente para salir, y retrocediendo cuando estaba a punto de abrir la puerta.

"No, seguramente no me quiere ver por ahora."

En definitiva, fue un largo camino para que decidiera, con piernas temblorosas y el corazón en mano, salir de su apartamento y caminar hacia el del menor.

Asintió levemente, y Jennie se hizo un lado para que pudiera pasar.

Lisa solamente siguió los pasos de la castaña, sintiéndose incómoda ante el ambiente callado y tenso. Se acomodó mejor, y después de un par de respiraciones, tuvo el ánimo suficiente para empezar la conversación.

ㅡEscucha, Jennie. Seré directa, porque sé que probablemente te sientes incómoda. Es decir, yo también lo haría. Y lo lamento si el asunto de las cartas te ha molestado, es solo que... ㅡtomó un breve respiro, pensando bien en lo que diría después.ㅡ Desde que te ví, no he podido dejar de pensarte. No solamente en lo atractiva que eres. ㅡdijo, escuchando una dulce risa proveniente de la mayor a su lado. ㅡSino pensar en si estás bien, si estás cómoda, si necesitas algo, o si te sientes sola. Sé que es raro el escuchar esto de una persona que apenas conoces, pero si tan solo pudieras darme una oportunidad para conocerte, para saber las cosas que te hacen feliz y lo que puedo hacer para ver tu sonrisa más seguido...  ㅡtomó valor, y por fin levantó su mirada del piso, mirando al menor a los ojos. ㅡSolamente te pido una oportunidad.

Jennie estaba sorprendida. Su mirada no se alejaba de la de Lisa, y podía escuchar su corazón acelerarse cada vez más. Tardó un par de segundos en decidirse, pero al final, respondió.

ㅡ Entonces... Intentémoslo.

 Intentémoslo

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