៹ O20 ♡︎ || Que bien te ves hoy

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Despertar.

Siempre escuchaba a mi madre decir (o bueno, cada vez que me llamaba) que debía agradecer todas las mañanas el despertar. La realidad era que seguía buscando algo que agradecer, juraba que lo intentaba, todas las mañanas intentaba no salir de la cama hasta agradecer algo.

No había nada que agradecer.

¿Qué agradecer si todo era tan aburrido?

Seguía manteniendo la misma rutina desde que inició la universidad.

Despertaba, desayunaba, asistía, hacia un absurdo intento de prestar atención, volvía a casa, dormía y así hasta la mañana siguiente donde el jodido ciclo se repetía

Y odiaba con cada parte de mi cuerpo esa horrible repetición.

Pero seguía haciéndola porque ¿qué su no? ; él seguramente estaría regañandome si le hablaba de mi pensamiento en faltar un día a la universidad.

Él...

Creo que omiti su nombre en mi rutina diaria, pero no había hora en la que no estuviera pensando en él.

Y eso me había hecho perder veite minutos más, por lo que soltando un suspiro cansado, salí de la cama, iniciando lo que siempre quería que acabará, teniendo suerte esta vez para tomar mi desayuno.

Algo se estrujó dentro de mi cuando cuando el pequeño libro en la mesa, con un lindo dibujo de un principito en la tapa.

La noche interior intenté leerlo, no dio resultado porque mi mente solo se concentraba en recordar su sonrisa, que ahora parecía ser un recuerdo borroso como todos nuestros momentos juntos.

Solo quedaba su nombre, su nombre y una esperanza de que llegue para mi otra de sus cartas.

Pero hace meses no hubo respuesta, y temo que sea lo que estoy pensando.

Pero no quería eso, solo termine saliendo de mi hogar para ir por el correo que llegaba todos los jueves por la mañana. Siempre lo hacía, aunque estaba la posibilidad que sus cartas no llegaran a mi luego de mudarme. ¡Pero mi madre me hubiera dicho que habría llegado una de sus cartas a su casa!

Pero, creo que se olvidó de mi.

Así que con desgano, bajé hacia el primer piso, dando pasos rápidos hasta la pared donde estaban las muchas puertecillas que guardaban el correo de las personas del edificio. Encontrarme aquí siempre me dejaba el corazón hecho un desastre y cuando encontré la puerta que me pertenecía, no me tomó por sorpresa encontrarla vacía.

Tan vacía como mi corazón.

Termine por cerrarla y darme la vuelta para ir a seguir mi rutina, y tal vez distraerme de el pequeño dolor que estaba instalándose en mi pecho.

Entonces, alguien detuvo mi camino.

Levanté la vista despacio, detestando a sea quien fuera que esté evitándome dar otro paso, dispuesto a decirle que me hubiera esquivado. Pero volví a cruzarme con aquellos ojos color chocolate de los cuales tuve la oportunidad de verlos una sola vez, se encontraban tan apagados esa tarde dentro de las azules paredes, que verlos ahora, fan llenos de luz, me llenaban por completo. Sin olvidar tus preciosos labios, que estaban curvados en una sonrisa que hizo que mis pies perdieran el equilibrio, como siempre era contigo. Mi corazón palpitaba con fuerza, mis labios temblaban amenazando con llorar dentro de los siguientes segundos si esto era un sueño, un precioso sueño que al mismo tiempo era doloroso.

Pero no fue así, eras tú.

— ¿Lee Minho? — Preguntaste, dios, tu voz. — ¿Eres tú? — Perdí mis palabras en el momento, solo asentí. — Esto es para ti, lamento haberme tardado.

Extendías un bonito sobre, el cual tomé con mis manos temblorosas. Ahí fue que las lágrimas volvieron a caer, y me dio tanta pena verme tan débil en nuestro reencuentro, pero solo podía sentir tanta felicidad acumulada que las lágrimas salían solas.

— Honnie, que bien te ves hoy. — Dijiste, haciéndome estremecer con esas simples palabras. — Eres justo como lo imaginaba, igual de precioso.

Me lancé a tus brazos, no solo estabas aquí, también podías verme, por fin podías ver todo a tu alrededor. Y cuando estuve en tus brazos, sentí la calidez que había olvidado durante meses, renovando recuerdos que daba por perdidos.

— ¿Por qué tardaste tanto en volver, Jinnie?

— Estaba abierto de posibilidades de que me olvidarás.

— Nunca podría hacerlo, mi amor.

Ahora tus ojos también se llenaron de lágrimas, las cuales limpié antes de que volvieras a aferrarte a mi, y solo quería permanecer a tu lado, olvidando mis deberes del día. Todo cambiaba si estabas tu.

Y aquello no murió ahí, porque segundos luego volvimos a conectar miradas, segundos que para mi eran maravillosos , que cuando que cuando quise hacer una lista de razones de mi amor por tu dulce mirada, tus labios se encontraban sobre los míos.

Era tan suave, y al mismo tiempo tan deseoso, supe que nuestros labios extrañaban a los contrarios, y que estaban diseñados para sí, cuando encajaron a la perfección y se movían al ritmo que al otro le gustaba. No quería salir de ahí, por nada del mundo quería romper ese tan esperado beso, me negaba a dejar de sentir el saborear el dulce sabor de tus labios, porque quería guardar esto también en mi corazón.

Pero tu rompiste el beso, mostrándome tu sonrisa, segundos antes de pronunciar esas palabras que me llevaron hacia mi verdadero hogar, contigo.

— Te amo, Lee Minho.

— También te amo, Hwang Hyunjin.

No había porque dudar.

៹

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Holaa, ¿como están? ^^

Oficialmente es el último capítulo de esta hermosa adaptación, quería agradecerles a ustedes por leerla y a la autora por dejarme hacerla. ><

Sin más que decir... Nos vemos en una próxima adaptación. <3

Besitos en sus cachetitos. ♡︎

blxxdybear

🔗୭̥⋆ Colors ༉‧ || Hyunho || ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora