Enséñame a amar (SuperCorp)

Capítulo 1 : 30 minutos

Kara entró en la habitación individual del hotel que había alquilado y miró a su alrededor, sintiéndose incómoda y fuera de lugar. 

Caminó hacia la cama y se sentó en el borde, miró su reloj que marcaba las 5:59 pm y esperó. Se preguntó si todo esto había sido un error y debería abortarlo. 

Empezó a imaginarse a la policía irrumpiendo y arrestándola a pesar de que sabía que en realidad no había infringido ninguna ley. Se imaginó a la gente de la oficina que al enterarse de esto nunca volverían a hablar con ella, excepto a través de un juicio de reojo y chismes. Imaginó que sus amigos y su hermana se enterarían y representó varios escenarios de cómo reaccionarían porque no sabía cuál era más probable que sucediera. De cualquier manera, se moría de vergüenza en cada uno.

Llegó temprano a su cita, por supuesto, así que quien quiera que se suponía que entraría por esa puerta no llegaba todavía, pero cada segundo que pasaba se sentía más ansiosa y solo le daba más tiempo para pensar todo. Pero estaba aún más angustiada por la idea de que la atraparan tratando de irse después de hacer que alguien se tomara la molestia de presentarse, así que se quedó donde estaba.

Entonces recordó que tenía el dinero en el bolsillo trasero de sus pantalones y se levantó momentáneamente para dejarlo en la mesita de noche en el sobre en el que estaba. Agarró el bolígrafo del hotel y casi escribe 'De' y 'Para', pero ella No sabía a quién dirigirlo y, además, para este tipo de cosas, probablemente era mejor dejarlo sin marcar. 

Volvió a sentarse en la cama y respiró hondo mientras se limpiaba las manos sudorosas en los pantalones. 
También estaba un poco sudada por todo el cuerpo y eso solo hacía que se preocupara por el olor y por lo que pensaría la persona que venía. Esperaba que el perfume que había usado fuera lo suficientemente bueno para cubrir el olor. 

Rápidamente se levantó de la cama y bebió un poco de agua de la pequeña botella cercana antes de volver a sentarse.

Miró su reloj. 6:01 pm A partir del minuto 1, la persona estaba oficialmente tarde. Dudaba que en esta línea de trabajo a la gente le importara mucho la puntualidad de todos modos y era una tontería obsesionarse con eso. Estaba considerando levantar el teléfono para llamar a la recepcionista del hotel y preguntar si alguien había llegado preguntando por ella y si le habían dado la segunda llave de la habitación como ella le había indicado, pero luego le preocupó llamar demasiado la atención, y haciendo bastante obvio que ella estaba esperando a una... 

Llamaron a la puerta.

Oyó que se abría y luego se abrió suavemente. 

Entró una mujer con cabello color azabache cayendo en cascada sobre sus hombros, contrastando con su piel pálida e impecablemente suave, sus ojos delineados y con rímel eran los más verdes y penetrantes que Kara había visto en su vida. Su mandíbula era fuerte y sus labios estaban pintados de rojo. Ella era, según todos los estándares que Kara había tenido, era asombrosamente hermosa.

Casi como si la mujer estuviera contenta de ver quién la estaba esperando, sonrió ampliamente cuando entró, revelando sus dientes blancos y perfectos cuando vio a Kara. 

La figura de la mujer estaba oculta bajo un abrigo. 
Debajo del abrigo, Kara pudo ver pequeñas medias de red y tacones negros que la hacían un poco más alta que ella. Kara no pudo evitar pensar en lo cliché que era que los estuviera usando, pero no podía quejarse de que la escena se pareciera a todas las viejas películas románticas que amaba. Había un encanto en un aspecto clásico como ese. Probablemente no era a la única cliente al que le gustaba, supuso.

Kara se preguntó si preguntarle a la mujer si había sido enviada por el servicio o esperar a ver si la mujer decía algo en su lugar, aunque algo le decía que no había necesidad de preguntar o aclarar nada.