- S-soy-
- ¡Lady Rashta!
La joven doncella suspiro aliviada al encontrar por fin a la albina. Aunque esa felicidad no le duró mucho.
El rey se encontraba a tan solo unos metros de la temblorosa concubina.
No dudo en apresurar su paso e inclinarse ante el respetable doncel.- Saludos, su alteza real, el rey.
Rashta abrió grande los ojos ante las palabras de la doncella, imitó poco después su acción al inclinarse torpemente.
- Señorita Katherine, ya que usted está aquí, ¿Podría decirme quien es esta mujer que se atrevía a ingresar a mi jardín?
La mala suerte parecía perseguir a la doncella, primero la colocan como dama de compañía de una esclava sin modales, sin educación o conocimiento del mundo... y después tiene que enfrentar a la figura más influyente en el imperio (después de la emperatriz).
El hombre se metió con otra mujer estando su esposo esperando por su segundo hijo. No tenía nada que ver en sus decisiones, era el emperador después de todo, ¡pero afrontar a su esposo era su obligación no el de ella!
¿Qué mal habrá hecho para que le tocará tal situación?
Suspiro, ya no le quedaba de otra. - Lady Rastha es la amante no oficial del emperador.
Inari frunció el ceño anonadado.
"Su esposo había..."
Parpadeo para disimular su dolor.
¿Por qué Sovieshu haría algo tan...tan horrible como traer a una amante al mismo palacio que él?
Su corazón latió dolorosamente en su pecho y sus ojos se nublaron con lágrimas no derramadas. Quería llorar, desahogarse ahí mismo.
Apretó el agarre en la rama de cerezo, los pétalos comenzaron a florecer a borbotones.
La leve patada en su vientre lo hizo darse cuenta de su estado. Miro hacia ambas féminas que se encontraban frente suyo. La albina lo miraba aterrada mientras que Katherine, su más confiable sirvienta, le daba miradas de disculpa.
- Una amante, que lindo. - sonrió dulcemente al acomodar unos mechones de su cabello tras su oreja. - Debería decir que es un gusto conocerla, Lady Rashta, pero temo decir que no es el caso. - palmeo su vientre para calmar a su pequeño. - El ser amante del emperador no la convierte en dueña del palacio. Usted a irrespetado mi jardín que claramente está prohibido para todas aquellas personas desconocidas a mí.
- S-si, yo no sabía...solo pensé que podría echar un vistazo rápido...
Inari asintió levemente. - Eso es obvio, no parece que se esfuerce en recordar las normas de este palacio. Aclararé esto de una vez por todas, Lady, usted ni nadie puede venir aquí sin mi autorización y mucho menos cortar mis rosales. - avanzo amenazante, Katherine no hizo movimiento alguno de detenerlo, parecía más que satisfecha de ver cómo castigaban a la mujer. - Esto es una advertencia.
Inari levanto su mano y abofeteo a la mujer. Rastha cayó de rodillas y comenzó a llorar por el dolor, nunca espero que semejante hombre pudiera hacerle algo.
El precioso pelilargo la miro unos segundos, dio media vuelta y se marchó, seguido de su escolta que había presenciado todo con mirada baja.
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.El escolta observó los movimientos melancólicos que el doncel proporcionaba a su vientre abultado de 8 meses.
Entendía su sentir, estaba tan dolido.
- Papá nos apartó, mi pequeño. - pestañeo rápidamente, pero aun así las lágrimas salieron y su voz se quebró. - E-el ya no me quiere... Ni a ti, ni a tu hermanito.
- Su Majestad...
Inari sollozo bajo, no queriendo despertar a su pequeño Calixto de su agradable sueño.
- Lo sé, lo sé, me veo patético. - limpio sus mejillas en vano y rio levemente para tratar de aligerar el ambiente. - Lo lamente mucho Sir. Garte pero el embarazo me hace muy sensible.
- No, está bien, no me molesta que se desahogue. - sonrió levemente. - Le hará daño a su bebé si mantiene tantos sentimientos negativos.
- Oh bien...- hipo y mordió su labio.
Trato de distraerse con algo más pero cada que trataba, la imagen de Sovieshu venía a su mente y lloraba nuevamente.
Se permitió estar así por unos minutos, unas horas. Llorar era la única manera de sacar todo su dolor, su ira y su tristeza.
De todas formas, ya le habían quitado a su dama de compañía, su dignidad y su orgullo. ¿Qué más quería quitarle el emperador?
- Rompió nuestra promesa...lo hizo y ni siquiera se dignó a decírmelo en la cara. - apretó el cojín al lado suyo. - tuve que escuchar la noticia de otra persona. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no se dignó a romperme el corazón mucho antes de dar a luz a su hijo?
El escolta bajo la mirada sin saber que decir, era la primera vez que el rey Inari despotricaba de esa manera.
- Es un idiota...- Murmuró al sentir las paradas en su vientre. - La emperatriz tenía razón, realmente la tenía.
Si, por mucho que no se llevarán del todo, se respetaban y trabajaban en conjunto para mejorar el imperio.
Claro, eso no evitaba que de vez en cuando llegaran a soltar algo de veneno. Lo normal, después de todo eran rivales tanto políticamente como románticamente. La última vez que discutieron sus diferencias, la rubia soltó un ácido comentario, algo que no creyó posible hasta ahora."El emperador probó lo que es tener dos parejas. ¿Quién te asegura que estará satisfecho solo con eso? ..."
Sollozo. Seguramente si la emperatriz estuviera aquí se reiría de él y su estúpida confianza a su esposo.
"No confíes en su palabra, nunca lo hagas o terminarás en la oscuridad"
Negó al secar sus lágrimas, desearía no haberse enamorado del pelinegro y mucho menos haber terminado de ese modo con su prima Navier. Oh, que estupidez había cometido al enemistarse con ella. Pero ya no había vuelta atrás, ya no podía hacer nada.
Tenía que dejar de llorar y levantarse o de lo contrario la amante lo tiraría de su lugar. Tenía que hacerlo, por sus hijos, por su futuro, por su linaje. Sería difícil, muy difícil, aún amaba al emperador. Los sentimientos no desaparecen de un día para otro como si de las nubes se tratase.
Por el momento, no haría ningún movimiento y se mantendría cómo si nada hubiera pasado, solo de momento.
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¿Reemplazo?
FanfictionRashta llega a palacio como esclava. Gana el interés del emperador y termina como concubina no oficial. El imperio no lo sabe, los nobles mucho menos, el consejo hace de oídos sordos y la emperatriz... solo observa, esperando que algo pase. Que El...