Somos Algo Más [BibleBuild]

Capítulo 15.

-Bible-

Ya habían pasado cuatro días.

Cuatro días desde la última vez que vi a Build.

Cuatro días desde la última vez que estuvo en mi departamento.

Aunque no me extraña que haya huido así, muy en el fondo esperaba encontrarlo cuando me despertara. Pero no fue así. Sus cosas no estaban, él no estaba. Solo me encontré con una nota junto a la cama.

“Gracias por cuidar de mí”

¿Solo eso…?

Si tenía que irse, ¿por qué siquiera no me despertó y me dio las gracias a la cara?

Todavía puedo recordar sus palabras.

“Para mí tampoco es solo sexo”

Qué idiota. ¿Cómo pude creer eso? Solamente… necesitaba sexo y él encontró las palabras adecuadas que harían que yo me rindiera por completo ante su cuerpo.

Le había enviado muchos mensajes preguntándole cómo estaba, si se había vuelto a sentir mal, pero a pesar de que los leía… nunca contestaba. Me sentía increíblemente estúpido. Tengo que deshacerme de estos sentimientos como sea. Tal vez a Build a la final sí le gusta la vida de mentira que lleva, había visto tanto potencial en él, me dejé envolver por esos ojos pequeños, esa sonrisa que ilumina todo un salón a oscuras…, me dejé llevar por su aura encantadora, que imbécil fui.

Había olvidado porque me costaba tanto abrirme hacia alguien, mostrar mis sentimientos, exponer mis emociones. Ahora recordé porqué: a las personas realmente no les importa como te hacen sentir.

Era miércoles por la noche y yo no sabía cuántas copas llevaba ya.

Mi horario laboral había terminado y no tenía nada mejor que hacer que embriagarme. Si debía caer en un coma etílico para olvidarme de Build pues eso iba a hacer.

Me encontraba en un bar al norte de la ciudad, apoyado en la barra y escuchando la fuerte música. El trago amargo bajó por mi garganta y pedí de inmediato que lo llenaran.

― ¿Quieres calmarte un poco? ¿Qué pasa contigo? ―me giré y me encontré con Us, lo había llamado para que me hiciera compañía, pero sí que se había tardado―. ¿Cuántos tragos llevas ya?

Le sonreí y palmeé el asiento junto a mí.

―Ven, siéntate, casi no llegas.

Us sonrió y me hizo caso.

―Te advierto que no puedo beber, vine en mi auto. ¿Tú en qué llegaste?

―Pedí un taxi desde mi departamento, no me apetecía preocuparme luego por si podría conducir o no.

―Al menos eres responsable en eso. ―se rió―. ¿Mal día en el trabajo?

―Ojalá. ―bufé.

― ¿Entonces? ¿Qué te tiene bebiendo como si se fuera a acabar el mundo? ―desordenó mi cabello―. Debe ser grave como para que no me hayas llamado específicamente para coger.

―Tal vez lo que necesito es una buena cogida que me haga olvidar. ―murmuré y me tomé mi trago―. ¿Estás disponible?

―Me gusta más cuando cogemos y estás sobrio. Habla, ¿qué te pasa?

Suspiré y apreté mis labios.

―Prométeme que no te vas a reír. ―Us negó con su cabeza mientras colocaba una mano en su pecho.