Somos Algo Más [BibleBuild]

Capítulo 28.

-Build-

―Te estabas tardando en responder, mi Build.

Sentía mi garganta completamente seca. Mis manos no paraban de temblar, aún cuando mentalmente estaba contando, intentando tranquilizarme. Miré en dirección a la habitación y Bible seguía dormido. Apreté mis labios y me giré.

―Ross..., ¿qué demonios crees que estás haciendo?

―Hoy conocí a una nueva amiga, ¿te gustaría saber quién es? ―dijo él.

― ¡Nooo! ¡No! ¡Suéltame! ¡Por favor no me lastime!

Volví a escuchar los gritos de Leiah y cerré mis ojos con fuerza, intentando contenerme.

―Ross, le tocas un solo cabello a Leiah y te aseguro que no vivirás para contarlo.

Ross lanzó una carcajada.

―¿Quién me hará algo? ¿Tú? No me hagas reír, Build.

―Déjala ir, Ross, es solo una niña, tu problema es conmigo, no con ella. ―hablé, luego de tragar saliva.

―Mi problema también es con Wichapas, ¿quién diría que su hermanita sería tan bonita?

Casi podía imaginarlo sonriendo.

―No la toques, Ross, no te atrevas. ―le advertí.

― ¿O qué?

― ¡P'! ¡¡Por favor, ayúdame!! ―los sollozos de Leiah hicieron que mi corazón se quebrara.

― ¿Qué quieres? Dímelo y te lo daré, pero deja a Leiah en paz.

―Eso lo decido yo.

―Dime qué demonios quieres.

―Te enviaré una dirección y quiero que estés en ella en treinta minutos. Sin policías, sin nadie más, ah, y necesito cien millones de bahts en efectivo.

― ¿Qué? ―abrí mis ojos con sorpresa.

―Lo que escuchaste, no peros o lo último que verá esta muchachita antes de morir será mi maldita pistola.

―Ross, ni en millón de años podría conseguir ese dinero en estos momentos y lo sabes. ―sostuve el celular con fuerza.

― ¿Me dirás que no tienes el dinero, Build? Estás bañado en puto dinero, ¡no quieras parecer un pobretón!

―No es eso, Ross, ¿cómo... cómo voy a retirar esa cantidad en tan poco tiempo? Existen límites para los retiros y procedimientos específicos cuando son cantidades tan altas, me sería imposible darte ese dinero en efectivo ahora. Puedo... yo... puedo transferirlo, dame una cuenta y lo transfiero, pero... pero no le hagas daño a Leiah, ella no tiene nada que ver en esto...

Se hizo un silencio del otro lado de la línea que me subió la ansiedad.

―Bien. ―finalmente habló―. ¡Pero te quiero aquí ya! ¡Nada de trucos o le vuelo la maldita cabeza!

Lo último que escuché fue un sollozo de Leiah antes de que Ross colgara la llamada. Me apresuré a tomar las llaves del auto. Me detuve a mirar en dirección a la habitación. Tomé un trozo de papel del escritorio de Bible y un lapicero. Escribí una nota y me acerqué para dejarla en su mesita, luego deposité un beso en su frente.

Bible no se movió, seguramente se sentía muy cansado a pesar de que casi no tenía fiebre porque doy por sentado que no ha dormido bien. Salí de su departamento con rapidez, no podía permitir que nada le pasara a Leiah.