_El fin solo es un principio_

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Se terminó de abrir aquel gran portón, en el que se encontraba Izan junto a Marta, ay estaban dos chicas súper guapas, dos morenas casi idénticas en todo, forma de vestir, cuerpo y personalidad. Solo las diferenciaba una cosa y era la edad que llegaban a aparentar cada una de ellas. Una de las chicas debería de tener la edad de Izan y la otra unos años más que Marta pero no demasiados.

Marta las acompaño hasta el Salón dándole la bienvenida a ambas, las ofreció tomar asiento y sirvió un poco de te en cada taza. Aquella noche era una noche lluviosa, en la que se sentía el agua caer sobre los tejados y el airé mover las hojas de los árboles.

Marta pregunto a una de las chicas:

- ¿y que tal todo ana? ¿La familia? ¿Y la carrera? Estudiabas derecho ¿no?..

Ana asintió con la cabeza asumiendo que la carrera que estudiaba era la de derecho y muy leve dijo un simple "todo bien", pues estarían cortadas. Ya que Izan no las conocía de nada o eso creía el.

La noche continuo, en una va y ven de preguntas, y en por un momento Izan pensó en preguntar algo, algo absurdo pero a la vez muy importante para el.
Lo pensó varias veces antes de decir nada, el como y el cuando.. Después de un largo rato dándole vueltas a esa pregunta algo extraño sucedió, pues sonó un golpe en aquella casa en la que no había nadie más que las dos chicas, el y Marta. Todos se Sobresaltaron y se levantaron de aquella pequeña mesa donde estaban tomando té , de aquel susto una de las tazas blancas de porcelana cayó sobre el suelo rompiéndose en mil pedazos y dejando una pequeño charco de aquel oloroso te a menta.

Corrieron Marta y Izan a comprobar que había pasado, porque aquel golpe y quien podía ser, encontraron un plato de pastas caseras en el suelo. Pastas que horas antes había preparado Marta para el te pero se le olvido sacarlas a la mesa, y junto a ellas un pequeño gato con un tono atigrado con unos pequeños ojos azules comiendo de aquellas deliciosas galletas. Era miky, el gato de la familia un gato muy juguetón y demasiado travieso, pues era la tercera vez que tiraba un plato de aquella encimera de mármol.

Marta tomó un cepillo y un Recojedor y limpio aquel desastre que había formado miky, Izan hizo lo mismo pero con la fregona para fregar aquel té que justo hacia unos minutos se había derramado. Una vez todo limpio se volvieron a sentar y reírse de aquella historia. Pero no por el susto a Izan se le había olvidado aquella pregunta que le rondaba en la cabeza y tarde o temprano tendría que hacerla si llegaba el momento adecuado. La noche transcurría y las preguntas cada vez eran un poco más íntimas e interesantes, por lo que Izan decidido romper su silencio preguntado a la hermana menor de Ana.

Pero primero empezaría con unas preguntas más leves para no parecer una persona que solo pensaba en lo sexual o parecer necesitado.

- ¿Cual era tu nombre? Pregunto Izan mirando a aquella chica Morena.

- Ángela y tu izan ¿no?

- si (afirmo con la cabeza).. ¿Y tu edad?

- 16 casiii.. 17.. ¿Y tu? Pregunto riéndose.

- 17 casi.. 18.. Repitiendo lo que ella anteriormente había dicho..

Todo marchaba sobre ruedas, y sonó aquel timbre con melodía dulce.. Era la cena que una hora antes había pedido Marta. Marta pregunto al repartidor "¿cuánto es? " Y el repartidor le contestó amablemente 23,45 euros. Marta saco un billete de veinte y uno de cinco y pago al repartidor, cuando este le iba a dar la vuelta a Marta ella negó con la cabeza y dijo en un tono risueño " De propina", volvió hacia la mesa y comenzó a abrir aquellas bolsas que tenían deliciosa comida China, desprendía unos olores tan reconocibles y sabrosos que rápido fue a por platos izan a la cocina.. Volvió y Marta comenzó a echar comida en todos y cada uno de los platos.

Aquella comida rápida jugosa se deshacía en la boca, los rollos de primavera con sus diferente texturas la verdura y el crujiente del hojaldre. Aquel arroz tres delicias en su punto perfecto.. Todo estaba exquisito pero por cuestión del destino Izan todavía no había podido preguntar a Ángela aquella cuestión que le merodeaba en la cabeza , pues esperaba tener tiempo para preguntarle después de cenar.

Aquella noche transcurrió sin más dilemas, sin más ruidos extraños y sin repartidores llamando a la puerta.
Pero llegó el momento en el que iba a preguntar, pero Ana se adelantó tomando la palabra y diciendo...

-Ángela.. Nos vamos ya es tarde, mañana ay que madrugar un poquito para ir donde la tía.

Ana de levanto del sofá en el que estaba sentada junto a Izan y le dio dos besos a el y a Marta.. Pues la pregunta quedaría para otro dia. Ana y Ángela se terminaron de levantarse, recorrieron el pasillo lleno de cuadros llegaron al portón dieron las gracias por todo y se marcharon ambas.

Izan y Marta se quedaron hablando ay, solos en aquella noche fría y lluviosa como si de una pequeña fiesta de pijamas de dos se tratase. Risas y más risas había entre ellos, pues eran hermanos, si hermanos. Se lo contaban todo desde que tenían unos de razón.






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