Capitulo 4

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"Te quiero como para despertarte
unos ochenta años con un buen café
mañanero, ó un buen
cafe y el mañanero, o el mañanero y
luego el café, el punto es despertarte".
"Con o sin cafe"

-Alejandro Snuff


-Si, lo estoy solo no estés enojado por favor - dije no tan convencida pero quería hacerlo.

-Muy bien entonces ven acá... - de un movimiento me quitó la toalla, me aló del cabello casi arrastrándome hasta su cama haciendo que cayera boca abajo en ella.

-¿Qué vas a hacer? - pregunté.

-Tu querías que te tratara así, más te vale obedecer - dijó mientras se quitaba la toalla y se posicionaba sobre mi.

Con sus manos abrio mis glúteos, rozó su miembro para colocarse justo en mi entrada trasera - ¿estas lista? - y de una sola estocada se introdujo en mi causandome un dolor agudo.

-Espera, no te muevas, te lo pido - no podía hablar tan alto.

Me aló del cabello haciendo que echara la cabeza hacia atrás - te dije que obedecieras así que no quiero escuchar de tu boca nada más que gemidos y gritos de placer, si llego a escuchar otra cosa te va a ir peor, ¿entendiste? - dijo en mi oído para luego soltarme.

Comenzó a embestirme sin piedad causandome aun más dolor, algunas veces me sentía usada, como una muñeca que solo servia para darle placer, pero al menos le era útil en algo.

-Esto duele, detente por favor, odio esta sensación -

Mis "gemidos" no eran de placer eran de dolor y no eran gemidos eran más bien quejidos por el mismo, con cada estocada suya sentía que mi interior se desgarraba aun más, era un dolor agudo y estaba segura de que habria sangre.

-¿Cuando aprenderas a no hacerme enojar ni a estar pensando estupideces? A menos que quieras que te haga lo mismo otra vez - su voz sonaba algo agitada y firme al mismo tiempo, de mis ojos empezaron a salir lagrimas no podía soportar sus embestidas por más tiempo pero tenia que hacerlo.

En mi interior algo terminó de romperse, era un ardor insoportable, nis gritos eran ahogados ya que enterraba la cabeza en la almohada, mis piernas temblaban al igual que mis brazos que se aferraban a las sabanas - ¡no aguanto quiero que se detenga, estoy cansada... duele! -

Sus embestidas no cesaban eran intensas, rápidas y profundas, el agarre en mi cadera era firme tanto que dejaría una marca, un ardor y dolor punzante invadian mi area trasera, no lo aguantaba más era insoportable, mi voz gritaba, mi cuerpo temblaba, sus movimientos se hacian más rápidos.

-Ya detente por favor - se introdujo todavia más profundo en mí en su última estocada para correrse, aun estando en mi se recostó en mi espalda desnuda.

Mi cuerpo temblaba, mis ojos lloraban, mi respiración era entrecortada, me encontraba realmente agotada, él hizo mi cabello hacia un lado descubriendo parte de mi cara.

-No me vuelvas a hacer enojar por favor mi niña, no me gusta hacerte esto, quiero que llores pero de placer no de tristeza o dolor, no me obligues a hacerlo de nuevo - su voz era suave y tranquila, besó mi mejilla - ¿te dolió mucho mi niña? - enterré nuevamente mi rostro en la almohada y asentí.

-¿Aun te duele? - volví a asentir - perdóname mi niña - comenzó a salir de mi interior dejando alivio a su paso, ya estando completamente afuera un gran suspiro salio de mi boca, se recostó a mi lado y acaricio mi cabello - perdóname no queria lastimarte tanto, lo siento - traté de recostarme en su pecho para abrazarlo con algo de dificultad por él dolor, me sentía demasiado agotada.

You're MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora