Red Room | Jooyeon + Jungsu

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-¿Quieres algo? -pregunto Lee desde la barra de la pequeña cocina del departamento que daba a la sala -, compré algunas cosas antes de que vinieras, estaríamos trabajando mucho.

-¿Tienes galletas? -solto Jungsu con nervios y mirándolo un poco evitando hacer contacto visual.

-Toma -el menor le hizo entrega de un paquetin de galletas con chispas, Kim agradeció con una leve reverencia hecha por su cabeza y tomándola con sus manos procedió a abrirlas y tomarlas. -Adoro las galletas con chispas -dijo de la nada, feliz al parecer, el mayor solo lo observaba tranquilo con atención y no dió respuesta.

Aproximadamente, la hora daba 1:46 am, morían de sueño, no era mentira. Trabajaron bien, ya casi quedaba todo listo, mientras estaban con su ya bien nombrado trabajo escolar. Todo estaba bien, incluso llegó a la conclusión de que si se lo planteaba podían ser amigos, Jooyeon parecía una persona dura y egocéntrica, y valla que lo era, pero más que nada solo tenía esa una fachada, ahora, era una persona totalmente diferente y fácil de tratar.

-Junsu, debemos dormír, los dos. Porque tenemos sueño, los dos. Mañana podemos continuar -hablo Jooyeon, ya desesperado y con ansias de poder descansar, levantaba sus útiles y las cosas que ocuparon así ayudándole a Jungsu, para ya guardar todo e ir a dormir, bueno... "ir a dormir de una forma no decente".

-Dormire en el sofá, anda a la habitación -dijo el menor.

-No, no, no, no, no te preocupes por eso, el sillón no me hará ningún daño, yo puedo dormir allí.

-No me interesa, ve a la habitación. Es esa puerta que se ve de aquí -señalo.

Haciendo caso (obligado mejor dicho) fue en esa dirección. Era... acogedor. El cuarto olía a humedad, ese olor que te da cuando algo no se ha usado en mucho tiempo. Fue allí cuando recordó que su novio dijo que el departamento en el que estaban sus padres lo dejaron en el olvido y tenía años sin ser usado, además, la zona en dónde estaba era muy alejado, casi a las afueras de la ciudad.

Acomodo las sábanas que estaban allí, Jooyeon había dejado unas sobre la cama (para cubrirlas con esas, como dije, el lugar no está en uso y por lo tanto la cama tendría polvo) así que las tomo y acomodo. El sueño lo dejo dormido como una piedra, perdido de inmediato cuando serró los ojos.

Por la mañana, a su nariz llegó el olor del café que Lee preparaba en la pequeña cocina que estaba allí, antes de ir con el, se dedicó a lavarse y cambiar de ropa.

-Desayuna rápido para irnos.

El mayor camino hasta la barra y tomo asiento en uno de los bancos de está, Jooyeon había preparado una tasa de café para el, había un plato con fruta cortada y otro con un sándwich. Lee hizo señas de que empezará a comer, el se retiró de allí para terminar de arreglar cosas que ayer no terminaron de guardar.

Kim comió y al finalizar tomo sus cosas para que después ellos dos pudieran dirigir su camino a la escuela.

-¿Seguro que está todo?

-Si, todo está como debería -respondio con una sonrisa mientras ponía el seguro a la puerta.

[...]

-Me alegro que no te dijera nada.

-Si, tenía miedo.

Jungsu quedó en que él y Chan estarían juntos en el almuerzo. El mayor se mostraba con una cara de alivio al escuchar todo lo que Jungsu le contaba, temía por su amigo cuando estuvo con Lee Jooyeon.

Pasando los minutos y con platicas de temas diferentes que salian de la nada, ambos escucharon el timbre escolar, y con él, los zapatos estallando con el suelo y unos suspiros que gritaron:

-¡Cariño!

Jungsu se levantó al ver a Jiseok entrando entre la multitud de chicos que salían del lugar.

-No puedo pasar por ti para llevarte al cine, iré a casa por algo y nos vemos allí. ¡Me voy a clase o me vuelven a regañar!

Corrió con la misma, Jungsu se sorprendió y después de unos segundos lanzo una risilla. Sabía que Gaon planeaba algo pero no salió como quizo. Chan acompaño a Kim hasta su aula y tomaron despedida.

-Adios Chris -el mayor sonrió y despidió moviendo la mano.

El resto de día paso, las clases terminaron, para Jungsu ya era rutinario, bueno, eso disminuyó desde que tiene a Gaon y a sus amigos, salen cada tanto y hablaban mucho. Cuando las horas transcurrieron todos salieron del plantel, Jungsu, apurado y sin pensar salió muy feliz y rápido se allí.

Estaba emocionado, ver una película con su novio y la sorpresa que le tenía.

Eran alrededor de las 4:26 P.M. una tarde muy veraniega como para estar en primavera, las calles estaban llenas de gente y comenzó a estar lleno de sus inquietudes y pensamientos abrumadores, lo mejor era desviarse y tomar otro camino aunque fuese mas largo, estaba solo y no quería problemas con si mismo. Quizás tardaría más, pero aún tenía tiempo.

Podía escuchar los pajarillos cantar, estaba solo pero el lugar era lindo, había flores, decoraciones e incluso pudo ver cómo habían dejado luces de navidad colgadas que alguien no quitó de su techo.

"Debería tomar este camino más seguido"
Pensaba el.

Llegó a una zona con menos iluminación, estaba a nada de salir al camino principal otra vez. Aun era temprano, pero el horario no cooperaba mucho, estaba algo obscuro pero con luz de igual manera.

Casi saliendo del lugar para retomar su camino alguien lo empujó contra el suelo, en un shock y después de sobar su cabeza, intento levantarse y apenas empezó a enunciar disculpas la persona lo tomo por sus cabellos con fuerza hasta que los dos estaban a nada de chocar narices. Podía sentir su respiración, no podía ver bien su rostro pero por su silueta identificaba que era Lee Jooyeon.

-Mira tus ojos -sus dedos pasaban por su rostro, estaban fríos-, eres muy bonito.

-Sueltame -pidio. Se revolvió buscando que lo dejara pero somo conciguio que el contrario apretara más sus agarraré.

-Debes estar conmigo.

Antes de notarlo, el chico de cabellos largos sostenía sus dos manos, juntas y de forma en la que no se soltara.

Cuando dijo eso, Lee tomo un paño y lo puso en su nariz que lo hizo perder la conciencia.

[...]

- Ya tardo mucho.

Gaon estaba preocupado, han pasado 30 minutos desde que llegó y Jungsu no le contestaba las llamadas. Miro los dos anillos que tenía en sus manos, triste y pensando en que quizás Kim no llegaría a su cita.