Loretta.
—El rojo es más bonito, ¿verdad, Lore?
Parpadeo esquivando la mirada de Nana y esbozo una pequeña sonrisa hacia Matilde, mi hermanita.
—Seguro.
—No importa —murmura Agustín—, me gusta el azul.
Supongo que el color de sus piezas del parchís debe ser la cosa más relevante en sus cortas vidas.
Nana se integra al juego, elocuente en sus conversaciones para mantener a los chicos entretenidos. Muerdo un poco mis uñas devanándome los sesos ya que no sé cómo hacer para librarme de ellos, o más bien para sacarlos de la trayectoria de la puerta de entrada.
—Chicos, creo que es hora de dormir, mañana es día de clases —dirijo mi mirada a nuestra "cuidadora" para que me dé la razón.
—Pero, pero, ¡yo estoy ganando! —replica Matilde, haciendo un mohín.
Nana; Carmen, me mira unos segundos.
—Sí, creo que ya es hora. Podemos repetirlo mañana.
A pesar de las quejas, y que Matilde sabe que no puede siempre tener la oportunidad de ganarle a ambos, acepta y los dos la siguen taciturnos.
Justo en el momento que escucho unas risas en el segundo piso, el timbre suena. Puedo anticipar de quién se trata, sin embargo; prefiero mirar la mirilla antes de abrir.
Abro la puerta tras verificar.
—¿Te he hecho esperar?
Enmudecí sin previo aviso, Ithan aparta los mechones que le estropean la vista y sacude las gotas por la ligera lluvia, haciendo que algunas caigan en mi rostro.
Lleva una playera blanca suelta y unos pantalones holgados negros, incluso de esa manera se ve increíble.
Chasquea los dedos delante de mi rostro.
—¿Entonces?
Me cruzo de brazos.
—La verdad es que me iba a dormir.
Su mirada baja al camisón de media pantorrilla en el cual caben dos de mis cuerpos y sonríe.
—Ya veo. ¿Puedo pasar o me subo por la ventana a lo Crepúsculo?
—Ah, ya puedo cerrar la puerta —contesto haciendo el ademán, su pie se interpone.
—No hablaba en serio, no tengo esa habilidad.
—Entonces...
Alza un dedo, interrumpiéndome, luego mira por sobre mi cabeza como si quisiera encontrar algo o... alguien.
—¿Mis suegros?
Entrecerré mis ojos.
—No están en casa.
—Entonces más luego tendremos la dicha de conocernos.
Una sonrisa fugaz aparece en sus labios, (y digo fugaz porque se le borra en cuanto le doy mi mejor expresión sanguinaria).
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SERENDIPIA
RomanceSERENDIPIA: Encontrar algo por casualidad, que no se buscaba. ♡ Y es que de las circunstancias más inusuales, se encuentran las personas más especiales ♡