11 de mayo de 2020.
Loretta
Había una lluvia imperceptible anudada a una brisa fuerte que limpiaban las calles de los restos de hojas secas que habían descendido de los árboles.
Íbamos de camino al Marcos de Gavilla con un Ernesto —nuestro chófer— jovial que había encendido la radio después de tanto si hacerlo. Me pregunté, malignamente, si su mujer y él habían experimentado algo diferente en el sexo la noche pasada.
Luego me fijé en Lorena, yacía con la vista en las calles desde su ventana. De manera inconsciente, supongo, estaba dibujando un montón de eles en la ventana por el vapor de agua presente en ella.
Una canción en inglés comenzó a sonar, Ernesto cambió rápidamente la radio, pero se reprodujo una bachata muy sensual que él optó por cambiar de igual manera y terminó sonando otra.
...en tu espalda.
Así que úsame, cariño
Hazlo mientras no me pueda resistir.
Soy tuya, sí, lo soy,
¿Pero hasta cuándo?Te equivocaste de serpie...
El hombre optó por apagar la radio.
No puede evitar sonreír un poco.
Lorena y yo nos miramos, cómplices. Mas fui yo la que atacó.
—Me gustaba esa canción.
—¿Sí? —dudó.
—Mi favorita.
—¿Quiere que la ponga de nuevo?
Analicé mis opciones y terminé decidiendo que no lo iba a poner a pasar un mal rato.
—Podrías simplemente conectar tu Bluetooth al vehículo y poner las canciones que quieras. Y no, no me gusta la canción. Bueno...ni siquiera la conozco.
—No me he sentido en ese tipo de confianza para...—intenta excusarse mientras parquea en la acera de entrada del instituto.
—No se preocupe. Yo se la doy.
Él murmura algo aparecido a un gracias antes de descender con un paraguas y protegernos a nosotras con él hasta estar dentro de las instalaciones del instituto.
—Eres terrible —me culpa Lorena cuando el hombre nos da la espalda.
—Parecía que si no lo hacía yo, lo hacías tú.
Iba a responder algo, pero se quedó sin palabras cuando visualizó a Dylan entre su grupo de amigos
—¡Eh! ¡Lorena! —le gritó Arblet— ¡Dylan nos ha contado tu secretito!
Mi hermana enrojeció de arriba abajo.
—Tengo que ir.
—Buena suerte.
No sé cómo llegamos al punto en el cual Dylan ha dejado de ser tan orgulloso y ha comenzado a reconocer sus errores. Nunca lo he tachado rotundamente en la línea de las personas que no son capaces de reconocer que se equivocan, pero tampoco lo creía capaz de hacerlo en la manera en que me lo explicó Lorena.
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SERENDIPIA
RomanceSERENDIPIA: Encontrar algo por casualidad, que no se buscaba. ♡ Y es que de las circunstancias más inusuales, se encuentran las personas más especiales ♡