✧─── ･ ｡ﾟ★: *. ✦ Αɾҽ Ɯҽ ɾҽαԃყ Ƚσ Ⴆҽ Ραɾҽɳƚʂ? ✦ .* :★. ───✧

1.

Para Kyōjurō, no era un secreto que su esposo le ocultaba algo. Por Dios, hasta su aroma era distinto,esas náuseas mañaneras y nocturnas, sus emociones tan cambiantes... ¿Acaso su omega había concebido y él no sabía? Las dudas del rubio fueron resueltas en la tarde de un jueves, mientras se hallaba en el trabajo dando clases de historia, cuando en la hora del almuerzo le llegó un mensaje.

Mi dulce niño 💗❄
Kyōjurō, debemos hablar urgentemente.

Esas cuatro palabras fueron el terror del Rengoku por el resto de la tarde, ¿de qué quería hablar Akaza? ¿Estaba enojado? ¿O qué pasaba?

Tu:

Está bien dulzura, hablamos cuando salga del trabajo 💞
No olvides que te amo 🥰

-Kyōjurō, ¿qué mierda te pasa?- preguntó Uzui, mirando la pálida cara de su amigo.

-Akaza quiere hablar conmigo de forma urgente...- miró al albino, con ligero temblor en su voz.

-Ummm, no debe ser nada malo, lo más probable es que solo sea una cuestión pasajera- intervino Mitsuri, mientras terminaba de comer un dango.

-No sé, me da mala espina- susurró Giyū, para seguidamente llevarse un buen zape por parte de Shinobu.

-¡Calla Tomioka!- dijo en tono dulce la Kocho, dirigiendo una mirada asesina hacia el beta.

-Hmmm, está bien- Kyōjurō terminó su almuerzo, mientras retornó a sus clases nuevamente.

No tenía ganas de hacer batallas de caballería ni explicar ningún acontecimiento histórico. No quería hacer nada más que ir con su omega a ver qué sucedía. Su alfa interior le decía que no era malo, pero su cerebro solo planteaba escenarios pésimos, ¿qué mierda le pasaba? ¿Por qué se hallaba tan inseguro? ¿Acaso debía desconfiar de su omega?

Cuando el reloj dió las cuatro, salió disparado hacia su auto y condujo de forma rápida (más de 80 km/h), dirigiéndose a su casa. No podía esperar más, necesitaba saber que le pasaba a su omega.

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Los temblores de Akaza eran cada vez peores. ¿Cómo le diría a su esposo que estaba preñado?

¿Qué pensaría Kyojuro? Todo su cuerpo temblaba, aumentando sus jodidas náuseas. ¡Por un demonio, todo estaría bien!

Corrió al baño, al sentir el asqueroso vómito en su garganta, tosiendo y soltando aquel asqueroso y despreciable líquido. En cada arcada, las lágrimas empapaban su pálido rostro. No estaba listo para esto... Solo tenía 19, solo 19, ni siquiera sería bueno. No, era imposible. Sería fatal como madre... No, esos cachorros y Kyōjurō merecían a alguien que en verdad pudiera ser digno de ellos. Una violenta arcada terminó con la tortura del vómito. Tenía miedo de no ser suficiente, tenía miedo de fallarle a los cachorros que llevaba en su vientre. ¿Y si fuera alguien más...? ¿Sería suficiente para las personas que más amaba el omega?

Escuchó la manilla de la puerta girar y comenzó a llorar de forma más intensa, mientras limpiaba los restos de vómito de su boca. ¿Y si Kyōjurō se iba y lo dejaba...?