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La pareja se quedó perpleja, ¿acaso era posible que en vez de un sólo hijo, esperaran dos?

El aparato seguía moviéndose en el estómago del omega, mientras la cabeza de este estaba llena de dudas. ¿Podría con dos niños..?

-Efectivamente.... Son gemelos- la Kochō los miró con una radiante sonrisa.

-¿Gemelos?- el omega preguntó con temor.

-Sí, tendrán dos niños- Shinobu explicó con dulzura.

-¡Ja! Serán dos niños, dos hermosos Rengoku~- dijo el alfa con una breve risita.

-Cállate- replicó fríamente Akaza, malhumorado y fulminando con la mirada a Kyōjurō.

-Bien, dejen de discutir- Shinobu suspiró y los miró con los ojos entrecerrados- el tiempo de embarazo de un omega es relativo, dura entre 6 y 9 meses, aún así, hay que prever cualquier cosa. También hay que programar la cesaría, así que puede ser dependiendo de cuánto duré el embarazo.

-¿Qué sucede si... se vienen antes?- los dorados ojos de Akaza estaban llenos de temor.

-En ese caso, deben venir inmediatamente aquí- fue la respuesta de la Kochō.

-Entendido- dijo Kyōjurō con una sonrisa.

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Uno de los más grandes miedos de Akaza era el hecho de perder a sus hijos. Por más que le hubiera quitado su preciada figura, ese vientre lleno de vida que ahora poseía había dado un nuevo sentido a su  existencia. Tanto él como Kyōjurō había soñado con esto desde que eran más jóvenes. Los torpes e inmaduros intentos del dulce niño de cabellos rosas por atraer la atención del joven alfa eran algo que nunca se borraría de sus memorias.

Aún el omega podía recordar el cariño y protección que le brindó en su infancia su actual esposo, donde el Rengoku siempre lo miró como a un hermano menor, pero para el pequeño omega era la luz de sus ojos y el chico del cual estuvo enamorado toda su infancia y adolescencia. Era el sentimiento más hermoso para él, donde todo en su vida era Rengoku Kyōjurō, pero ni siquiera fue correspondido hasta la edad de 17 años, cuando el alfa tuvo una inminente atracción hacia él.

Kyōjurō siempre vió al Soyama como un hermano menor al cual debía proteger, pero luego de terminar la relación con Shinobu Kochō, toda su atención recayó en el dulce omega. Nunca lo imaginó como su omega, y justo así terminó. Luego de 7 años de arduo sufrimiento y espera, logró estar junto al hombre que tanto amaba, luego de ver a su rubio con tantas parejas... Se sentía tan afortunado de ser su omega.

Claramente, nada fue perfecto, todo fue difícil para ambos, ya que Hakuji nunca estuvo de acuerdo en que su hermanito se casara con alguien que le llevara 6 años de diferencia, pero al final tuvo que acceder.

El alfa recordó todo esto con una sonrisa mientras su esposo dormía plácidamente, abrazándolo con fuerza. Nunca creyó que aquel niñito de dulces ojillos, tierna sonrisa y coloradas mejillas al que tanto protegió durante su juventud terminaría llevando en su vientre a algún hijo suyo. No, la idea le parecería absurda si le hubieran dicho que terminaría casado con Akaza Soyama, cuando tenía 19 o 20 años. Después de todo, él vio crecer a aquel dulce niño, lo escuchó reír y llorar, lo cuidó cuando estuvo enfermo, vió como ese pequeño niño tenía el rol de omega, pero nunca tuvo algún sentimiento por él, ¿qué había hecho para merecer a aquel dulce niño que tanto había protegido a su lado, como su esposo y madre de sus hijos? ¿Por qué ignoro por años los sentimientos del Soyama hacia él?

✧─── ・ 。゚★: *. ✦ Αɾҽ Ɯҽ ɾҽαԃყ Ƚσ Ⴆҽ Ραɾҽɳƚʂ? ✦ .* :★. ───✧ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora