Sangre - No eres quien creías ser

Prólogo

Prólogo

—¡Van a... llevarte a ese lugar horrible!—Papá balbucea mientras la sangre brota de tantas partes de su cuerpo que no sé distinguir de cuáles.

—¿Qué dices papá? ¡Os vais a poner bien! —consigo responder con apenas un hilo de voz

—Sólo queríamos protegerte hija... Ellos... —Sin terminar la frase, los ojos de mamá se tornan vacíos y mis sollozos comienzan a hacerse cada vez más notorios.

—Tienes que ser fuerte hija... hay cosas que no... hay cosas que no sabes... —La respiración entrecortada de mi padre es cada vez más pausada. A cada palabra su tono de voz es más débil. —Van a pagarlo todo contigo hija... lo siento...

No sé a qué se refiere mi padre, pero no le doy mayor importancia. Con el cuerpo fallecido de mi madre a un lado y el cadáver aún viviente de mi padre al otro, no puedo pensar en nada más. El shock se apodera de mi cuerpo y los temblores abarcan ya todas las partes de mi cuerpo.

—Te queremos hija, todo esto era por tu bien, lo siento...— Y sin decir más, se va.

El dolor es tan fuerte que se hace físico. Todo mi cuerpo experimenta punzadas de incesantes, el sufrimiento es tal, que pienso que voy a desmayarme, pero por desgracia no lo hago. Sigo ahí, llorando desconsoladamente entre los cuerpos sin vida de las personas que más he querido, después de que ese hijo de puta les haya apuñalado en el salón de nuestra casa.

Era un día normal, como cualquier otro, solo que este acaba con la tortura más dolorosa que he podido experimentar. Acaba con la vida de mis padres. Acaba con mi vida, aunque mi cuerpo siga funcionando.