1. Una inesperada visita

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Todo comienza con otro día casual en el reino Sinzendorf, sin embargo, el viento soplaba más fuerte de lo normal, las nubes y el cielo pasaron de sus colores blanco y celeste a gris.

Una carroza real pasaba por el pueblo rumbo al castillo de la familia real...con mucha prisa para ser preciso, como si estuviese huyendo de algo o de alguien provocando curiosidad a los residentes.

Todos tenían curiosidad por quien iba dentro de la carroza, varios vieron que el pasajero era un joven...otros asumían que era un duque o marqués y otros más decían que era alguien de un reino vecino.

El carruaje al salir ya del pueblo siguió el camino que le habían indicado unos residentes del mismo lugar. El caminó pasaba por un largo y abundante bosque donde el viento soplaba más fuerte.

Una vez ya de haber salido del bosque, el castillo Sinzendorf ya se podía apreciar en todo su esplendor. Sin duda que era un palacio muy hermoso, con colores agradables a la vista y sin malicia.

El castillo estaba rodeado por mucha área verde más enfrente el gran bosque que lo dividía con el pueblo

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El castillo estaba rodeado por mucha área verde más enfrente el gran bosque que lo dividía con el pueblo. Una vez ahí, la carroza se detuvo en la entrada y el cochero se bajo a abrir.

 Una vez ahí, la carroza se detuvo en la entrada y el cochero se bajo a abrir

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Del carruaje se bajo un joven muy apuesto, alto, con hombros anchos. Este individuo vestía ropa real...específicamente negra y gris y en su el lado derecho de su cuello sangraba.

—¿Mi señor? ¿Que le ha pasado? ¿Quien es usted? ¿A que ha venido?—Preguntó un guardia real

—Necesito hablar con la reina, es urgente...dígale que su primo esta aquí para decirle algo grave. ¡Por favor! Se lo ruego —Contestó este joven con una voz desesperante

El guardia quedó viéndose con sus compañeros entonces uno de ellos dijo que iría a hablar de inmediato con su majestad, este fue directo a uno de los salones anunciado su llegada a la reina.

—Adelante —Respondió ella mientras tomaba un sorbo de su té

—Majestad, mis disculpas pero abajo en la entrada principal acaba de llegar un hombre algo herido pidiendo desesperadamente hablar con usted —Dijo él de forma tranquila

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