Capítulo 5: Palabras que no puedo decir

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Aún sintiéndose horrible, Koyori siguió atendiendo a los clientes que se le acercaban, cada vez más y más y más. Aunque esto no era nada nuevo como para alarmarse, Koyori sentía que con cada nuevo cliente se iba a rebasar el vaso de agua que impedía que todo su puesto se llenará de lágrimas.

*Ring Ring. Ya es hora de un descanso. Ring Ring*

Koyori se dio cuenta que su alarma que marcaba el inicio de su descanso de 15 minutos había sonado. Había estado tan immersa en su negatividad y desdicha que no había notado que ya habían pasado tanto tiempo. Aunque algo no estaba del todo bien, en vez de sentirse aliviada por tener un descanso de estar atendiendo a clientes y revisando cupones, se sintió nerviosa e impotente. No quería 15 minutos de descanso, quería irse a su casa y no saber nada más de su trabajo por hoy, quería irse a dormir y que mañana en la mañana le dijeran que no iba a perder su trabajo ni la iban a investigar, ella quería sentirse tranquila.

Koyori: Ah... -suspiró-. Qué más da.

Koyori agarró el letrero para señalar que esa caja estaba inoperativa y se fue hacia la oficina de empleados. Ahí estaban otros 2 de sus compañeros pasando el rato de su descanso hablando entre ellos. Koyori se sentó en un lado, apartada de ellos y sacó una barra de chocolate que había guardado en su bolso y comenzó a comérsela mientras intentaba relajarse. Hasta que dentro de unos cuantos minutos comenzó a tener sueño y con los ojos entreabiertos, comenzó a fantasear, aun teniendo un pedazo de chocolate en la boca, hasta que finalmente, cayó dormida. En su sueño comenzó a ver al resto de sus amigas en una fiesta, todas hablando entre ellas y disfrutando, Koyori estaba ahí también, sin embargo, a diferencia de las demás ella estaba sentada en una mesa de oro y encima de ella estaba un plato lleno de un delicioso gyudon de ternera. Todo era bonito y Koyori se sentía feliz, sin embargo, cuando procedía a gozar del platillo que tenía enfrente comenzó a oír una alarma. Al principio, trató de averiguar de dónde y qué era lo que causaba el ruido, pero al ver que las demás no parecían ser afectadas por este, decidió volver a su sitio y al fin poder degustar del gyudon, pero el ruido aumentó y siguió aumentando y no parecía parar. Koyori comenzó a preocuparse y preguntó a las chicas si sabían de dónde venía esos chirridos, mas ellas no parecían si quiera oírlo, al oír eso ella se preocupó aun más y hubiera comenzado a tener un ataque de ansiedad si no fuera porque en ese momento la alarma paró. Todo estaba comenzando a ser más raro y Koyori ya no se sentía feliz, de hecho, quería salir de ese lugar, mas cuando se disponía a caminar hacia la puerta, volteó a ver a sus amigas felices y luego al bol de ternera, encima de la mesa de oro y volvió a sentir que la calma regresaba a ella, al final pensó que todo estaba bien. Entonces ella volvió a sentarse y comió un poco del gyudon de ternera y en efecto, estaba tan delicioso como se veía, era el mejor plato que había probado en muchísimo tiempo, lo amaba, así que estaba lista para comer un poco más, pero antes de clavar los palillos en el arroz, se dio cuenta que la mesa estaba temblando y a los instantes la alarma volvió a sonar y está vez sentía que temblaba todo. Koyori desesperada se levantó de su silla e intentó salvar el plato de gyudon, pero al levantarlo el plato pasaba de ser dorado a ser marrón oscuro, como si de madera podrida se tratará y el gyudon comenzó a achicharrarse para luego no quedar nada de él. Koyori estaba horrorizada por lo que estaba sucediendo y sus miedos aumentaron cuando vio luces intermitentes por las ventanas, mientras la alarma se hacía cada vez más fuerte. Segundos después, un hombre vestido de policía entró bruscamente por la puerta y se abalanzó a Koyori para sujetarla del brazo. Koyori estaba tan asustada que no tuvo tiempo de reaccionar para intentar escapar. "Es hora de pagar por tus acciones" le dijo el policía a Koyori, ella obviamente no quería nada de eso, así que comenzó a gritar por ayuda a las chicas, pero en ese momento vio como unas rejas se levantaban, separando a ella y a sus amigas en diferentes habitaciones, además, se dio cuenta que no importara lo fuerte que ella grite, ellas no la escucharían. Y después ella estaba sola, en una habitación que solo tenía una reja y ella dentro, eso era lo único que había, a excepción de la alarma, que seguía y seguía y seguía y luego... Se escuchó un "¿Kaori? Oye, Kaori."

Koyori: (despertando) Eh... ¿Qué?...¡Ah! ¡Unko!

Unko: ¡Wow! -exclamó algo sorprendida.- Qué manera de despertarse, jaja.

Koyori: Ohhhhh -dijo Koyori bostezando.- Bueno, ya estoy despierta. ¿Quieres algo, Unko?

Unko: Oh, yo no quiero nada. No te preocupes -respondió como si tratara de calmar a alguien.- Solo te despertaba porque tu alarma estaba sonando ya desde hace un rato y no la apagabas.

Koyori: ¿Mi alarma? ¡Verdad, mi descanso ya terminó! -exclamó mientras se paraba rápidamente.- Perdóname por el ruido y gracias por despertarme, Unko. -dijo mientras hacia una reverencia.- Volveré a mi puesto.

Unko: Jeje, no fue una molestía... Ahora, necesito preguntarte algo antes que te vayas, Kaori. 

Koyori: ¿Umm? ¿Qué pasa? -preguntó algo sorprendida porque ya estaba a punto de salir del cuarto.-

Unko: Mira, ya sé que no somos tan cercanas, así que, perdón si la pregunta te incómoda. Pero no he podido evitar preguntarme si algo te está pasando. Porque cuando estabas atendiendo a los clientes, al ver tu cara sentí que quizá estabas incómoda y así seguiste por un tiempo, ahora que entre a la oficina y te vi durmiendo, ya me parecía raro que alguien duerma en un descanso tan corto y encima comenzaste a moverte raro y a parecer intranquila... ¿Estás pasando por un mal momento? ¿Es por lo que te dije antes?

Koyori estaba pasmada, no sabía que decir ni que hacer para responderle a Unko, ni si quiera sabía si quería responderle. Y cómo iba a saberlo, ella no le hablaba mucho a Unko y mucho menos se esperaba que ella la expusiera de manera tan repentina e inesperada. 

Koyori: Yo... Volveré al trabajo. -dijo mientras daba un gran trago de saliva.- Perdón por la molestia.

Better Call Koyori (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora