Parte I. Poetas

75 7 1
                                    

Siempre me he puesto a pensar en que cuando yo muera, no seré recordada de la manera en la que todos dicen que lo harán.

Mi cuerpo se va a descomponer, y mis huesos se volverán polvo en algunos años.

Los recuerdos que las personas vivas tendrán de mí no serán una anécdota especial o algo parecido, solo fue un momento pasajero que con el tiempo parece que tendrá memoria a corto plazo. Incluso llego a pensar que olvidaran las cosas que hicimos antes de que yo muera.

No recordarán como era mi risa, o como era mi voz.

A veces pienso que será lo contrario. Algunos llorarán, otros solo agacharan su cabeza por respeto a la muerte, y muchos más de los que debería imaginar no les importara en absoluto. 

Porque era solo carne y hueso.

Cuando pienso en la muerte, antes que nada me pongo a pensar en como viví.
Viví con odio, pero también viví con pacifismo, y viví con felicidad.

Perdone, ame, ayude, odie, pensé, sentí.... pude pedir y pude dar. Pude conocer y pude quedarme sin información, pero siempre, antes de pensar en lo malo que para mí conllevaba mi muerte pensaba en lo que hice con vida.

¿Había estado bien pintar cada pared de mi habitación?

¿O había estado bien irme de casa una semana entera todos los veranos durante cinco años?

Las cosas que viví hoy no serán recordadas mañana, y las cosas que viviré mañana no las hubiera imaginado ayer.

La vida es inimaginable, millones de posibilidades y probabilidades son lo que cada segundo respirando nos ofrece a ser seguro.

Mientras viva se que seguire temiendo, le tendré miedo a los desastres naturales y no a una navaja. Le tendré miedo a no volver a levantarme después de una decaída pero no le tendré miedo a perder a una pareja.
Temeré si no salgo de ese agujero, y no si mañana ya no tengo amigos.

Temeré por mucho, pero viviré por todo.

Espero morir cuando sea vieja.

Porque aunque a veces tenga esos pensamientos suicidas de ya no querer estar aquí, quiero seguir estando para dejar una marca, para al menos dejar mi pizca en la historia.

¿Difícil? Totalmente. 

¿Imposible? No lo creo.

Si vamos a seguir viviendo que sea de adrenalina y paz.

Que sea de cosas que nos hagan sentir cómodos y no de estándares los cuales nos carcoman.

Antes de morir, me gustaría decirle a la gente que no, por estudiar arte no morirás de hambre, y que por estudiar administración de empresas no te volverás extremadamente millonario.

Hay poetas rotos, tristes, felices, y enojados.

Poetas que están escondidos, llorando, o riendo.

Pero nunca en la luz.

¿Por qué el poeta se esconde, y la máquina común está en la luz?

Una persona puede convertirse en una máquina, leí hace mucho en un libro que encontré en una cafetería con gente amable.
La mayor parte de la sociedad es una máquina, esperando la siguiente orden, y tirando el aceite que se convierte en el veneno para matar a los corazones sensibles y frágiles del lugar.

Pensemos mucho antes de que otro poeta muera, y otra máquina se fabrique.








–Poetas Muertos.

DelirioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora