CAPÍTULO VI

61 6 0
                                    

¡Ah, principito ! así fui comprendiendo poco a poco tu pequeña vida melancólica. Por mucho tiempo no habías tenido por distracción más que la dulzura de las puestas de sol. Me enteré de este nuevo detalle el cuarto día a la mañana, cuando me dijiste:

- Me encantan las puestas de sol. Vamos a ver una puesta de sol...

- Pero hay que esperar...

- ¿Esperar qué ?

- Esperar a que se ponga el sol.

Primero pareciste muy sorprendido, y luego te reíste de ti mismo. Y me dijiste:

- Siempre creo que estoy en casa 

En efecto. Cuando es el mediodía en Estados Unidos, el sol, como todo el mundo sabe, se pone en Francia. Bastaría poder ir a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol. Lamentablemente, Francia está demasiado alejada. Pero en tu planeta tan pequeño, te alcanzaba con correr tu silla algunos pasos. Y mirabas el crepúsculo cada vez que lo deseabas...

- Un día, vi al sol ponerse cuarenta y tres veces !

Y un poco más tarde agregabas:

- Sabes... cuando se está tan triste a uno le gustan las puestas de sol...

- El día de las cuarenta y tres veces ¿estabas entonces muy triste ? Pero el principito no respondió.

Pensé entonces que el principito ya no quería darme la respuesta de algo tan obvio, pero, yo necesitaba una respuesta, una confirmación, podría sacar mis propias conclusiones ¿y si eran incorrectas? vivir en un mundo estricto donde seguí muchas veces las opiniones y las criticas de los demás me había hecho tener miedo a equivocarme, a tratar de buscarle una respuesta científica, comprobada, confirmada a todo, tratar de entender todo al mismo tiempo y a la perfección, cuando hay cosas más grandes que mi mismo planeta que soy incapaz de comprender, pero, que disfruto mucho, tal vez algo como: una puesta de sol. 

Por cosas como esta llegue a pensar que el principito y yo de alguna forma éramos parecidos, no tanto como yo creía, después de todo yo no era un niño, tal vez pensaba aun como uno, pero ser adulto también me hacia pensar como un adulto, aun así el que el muchacho haya descifrado mi dibujo de la serpiente boa, el que haya confesado de alguna forma que a veces se sentía solo, que amaba las puestas de sol,  mucho de el me tenía intrigado, me atraía, un enigma, tal vez todo eso hizo que me atrajera aun más de lo que yo creía, tal vez de una forma diferente...

Por cosas como esta llegue a pensar que el principito y yo de alguna forma éramos parecidos, no tanto como yo creía, después de todo yo no era un niño, tal vez pensaba aun como uno, pero ser adulto también me hacia pensar como un adulto, aun así e...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 23, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Romance del principito_ adaptación YAOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora