𝗧𝘂, 𝗺𝗮𝗿𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹𝗼𝘀𝗼 ─── 𝐒𝐀𝐍𝐄𝐍𝐄𝐙𝐔 .𝆬 ⊹

.𝆬 ‹ 𝗧𝘂, 𝗺𝗮𝗿𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹𝗼𝘀𝗼 𓂅 °.

Y él la adora cuando su cabello baila junto al viento. También se pregunta si su dulce mano no se lastimaría con la tosquedad de la suya.

Entonces duda si darle de nuevo la mano.

Como una lluvia primaveral, su sonrisa desbordaba flores, sus ojos rosados claros y bonitos de alegría, su sonrisa afectuosa, tan honesta como ninguna otra, cura todas las heridas de su corazón. Y su carácter tan lindo, feliz y verdaderamente cariñoso únicamente le incitaban a solo contemplarla de lejos.

Ella, tan maravillosa, tan dulce y sincera. Ama ver las flores, los animales y saludar a las personas. Ellos lo miran con mala cara, lo tratan como un delincuente al encontrarse con él... y en otras situaciones los mandaría al demonio, pero...

Tal vez podría haber verdad en sus palabras.

Su vista llegó al pueblo que se asomaba por los finales del camino y por un segundo, por un segundo muy duradero, detuvo su andar.

Nezuko volteó (siempre atenta a él) y llegó hacia su lugar, sus bonitos ojos lo miraron y nuevamente, él se sintió dañino para ella.

¿Como alguien como él, tan tosco, peligroso, pretendía acompañar alguien tan bonito en tantos sentidos?

⸺¿Nemi? ⸺Llamó en su dirección, olvidando todo lo que con anterioridad hizo.

⸺Yo creo que... ⸺nunca fué muy bueno con los sentimientos, tampoco mucho con las palabras en situaciones así. Su mano buena paró en su nuca y se rascó con nerviosismo. ⸺Yo debería.

Porque siente que daña todo lo que se acerca a él.

Y él nunca podría querer darñarla a ella. Si fuera el caso, entonces solo se permitiría verla desde lejos

Su vista gira hacia otro lado, pero Nezuko sigue su dirección con la propia. Podía lucir desinteresado para cualquiera, pero para ella no.

Algo no está bien, hay tristeza en su mirada y ella solo desea tomarlo con dulzura para guiarlo sin miedo a pueblo al final de los pastos de primavera y escuchar las palabras de su corazón para devolverle la calma a esos ojos oscuros y honestos.

Sanemi no puede quitar su vista de ella mucho y la vuelve a mirar, la preocupación en su bonito rostro se trae la llegada de diferentes sentimientos que puede tanto amar y odiar.

Amar a la sonrisa que crecía en su rostro tierno como el melocotón cuando sus ojos se posaban en él. Como si alguien como él fuese digo de causar algo así en alguien como ella.

Y odiar a todo lo que tiene que ver con el mismo, porque era incapaz de tener el mínimo sentimiento negativo hacia ella. Odiarse por su alma tan corrupta, temerse al pensar en poder dañarla y sentirse merecedor de ocupar ese puesto de compañía con la dulce chica.

Porque ella lo podía merecer todo, también a un buen hombre, no como él. Y aunque sonase como una ridiculez, era solo el ferviente deseo de verla feliz quien hablaba.