𝙉𝙞𝙣𝙚

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Sus nervios se activan apenas abre la puerta y ve a YeonTae sentando en su viejo sillón. No sabe como entró, pero está ahí, su cara no denota ninguna expresión, pero sus ojos si. Destellaban un poco de culpa y decepción tal vez. Lleva su usual traje formal, con corbata, zapatos pulidos y saco. NamJoon se sienta a su lado, cae lentamente.

-Entonces...

-Le conté todo a BoRam.

NamJoon abre los ojos grande, su boca también lo hace. La garganta se le seca, no sabe que decir.

-Tranquilo. Está molesta conmigo, no contigo. Dijo que era una pena que haya hecho sufrir a un chico tan puro como tú, y un niño increíble como Hee.

-Yo-

-Hablé con la juez y mi abogado. Dijeron que la única manera que Hee vuelva contigo sería que consiguieras un trabajo. No te preocupes por eso, inventaré algo en la oficina y trabajarás ahí.

-¿Por qué haces esto? - La voz de NamJoon tiembla y sus ojos le pican.

-Dijeron que de no ser así, yo me tendría que quedar con él. Joder, NamJoon. No puedo, es mi hijo y-y lo quiero, pero no puedo. Es mucho para mi - Acerca su cuerpo al de NamJoon - Me voy a ir.

-¿A donde?

-No tengo idea. Pero no quiero estar aquí. No soporto ver a BoRam, Hee... a ti y recordar lo que les hice.

NamJoon acerca su rostro un poco más... Su nariz está tocando la de YeonTae. Se quiere alejarse pero no puede. Respira hondo, siente el pefume del hombre, trayéndole muchos recuerdos.

-Quiero que cuides de JungKook... De Hee, tu lobito - Ríe, relamiéndose los labios - También de JiHu y de BoRam si puedes. Se que es mucho, pero hazlo. ¿Si?

Un sollozo escapa de los labios de NamJoon.

-También quiero que sepas que me odio por tratar a MinHee como lo hice, pero tenía miedo. Quiero que le digas que estoy orgulloso de él.

YeonTae acaricia la parte trasera de la cabeza de NamJoon, rozando el fino cabello de su nuca. Aspiran profundo antes de que el mayor jale al castaño al frente, uniendo sus labios juntos. NamJoon se asusta bastante, pero no se aleja. Sus besos siguen siendo iguales de toscos, pero no niega que le gustaba. Siempre amó la manera en que YeonTae era dominante con él.

-Cuídalos a todos - Limpia sus labios con la manga de su traje y sale, cerrando la puerta despacio.

Con la boca levemente abierta, NamJoon solloza. Tiene emociones revueltas dentro de él. Culpa, por haber seguido el beso de YeonTae. Felicidad, porque su lobito volvería con él.

Sus manos tiemblequean cuando marca el número de JungKook. Contesta tres timbres después.

-¡NamJoon!

-¡JungKook! - Su voz se corta un poco por el llanto.

-¿Estás bien? ¿Te hizo algo? Estoy yendo por ti.

-Por favor, ven. Te necesito.

Cuelga rápido. Corre al baño y prende el agua helada de la bañera. Se mete sin importale su ropa. Comienza a reír fuerte y abiertamente, después su risa va cayendo paulatinamente hasta convertirse en sollozos ahogados por el sonido del agua chocando con la cerámica de la bañera. Abraza sus piernas contra su pecho. La puerta principal se abre, fue fácil porque no tenía llave.

-Ji, entra a la habitación y no salgas hasta que te diga.

NamJoon escucha a JungKook hablar fuera del baño, también oye como el niño contesta afirmativamente a su padre. La puerta se abre lentamente, el rizado asoma la cabeza, le regala una sonrisa nerviosa. El castaño sonríe entre un lloriqueo.

-¿Estás bien? Se acabó, Nam. Está bien - Cierra el agua que pronto se desbordará - ¿Te molesta si entro?

El ojiazul hace un gesto con la cabeza, negando. JungKook quita su ropa, quedando en la interior. Se sienta frente a NamJoon, en la misma posición que él. Alarga la mano y pena su cabello castaño y húmedo. Ríe por el gesto. Deja de llorar apenas siente el tacto de JungKook sobre él.

-Se va a ir, no sé a donde. Dijo que ni él sabía.

-¿Qué pasará con Hee?

-Habló con la juez, algo de que necesito un empleo mejor para tenerlo de vuelta. Me lo dará, JungKook.

-No entiendo a donde se podría ir. ¿Crees que muy lejos? No voy a mentir, después de toda ésta mierda... Es mi papá y...

-Le quieres. Lo sé, Hee también lo hace, y él vivió la peor parte. Yo también amo a papá a pesar de estar en prisión.

JungKook sonríe, ama que NamJoon lo entienda tan bien.

-Papá, sé que dijiste que no saliera hasta que me dijeras, pero hay una araña que me está mirando feo - JiHu habla del otro lado de la puerta.

Ellos ríen un poco. JungKook hace pasar a su hijo. Abre los ojos grandes y se mete a la bañera llena sin pensarlo dos veces.

×××

Hee está frente a ellos pero no puede acercarse hasta que todo estuviera listo. Ha pasado una semana y en esos días no lo ha visto o hablado con él. Dos días después de lo de YeonTae, le llamaron al celular, avisándole sobre su trabajo. No entendía muy bien su puesto, pero mientras eso le diera dinero y a su lorito de vuelta, estaba bien.

-Antes necesitamos firmar unas cosas, no llevará más de tres días todos los trámites.

-¿Tres días? - Hee pregunta a lo lejos, atento a la plática.

-Falta poco, lobito. Tienes que esperar un poquito más.

MinHee tuerce la boca y se queda callado. Juega con sus manos, el castaño sabe que está nervioso. NamJoon sigue hablando con la señora un poco más, sobre las condiciones que tendrá para estar con Hee.

-Eso es todo por hoy. Mañana necesito que vuelva para checar unos papeles.

-Claro.

-Muy bien, ahora ¿Qué tal un abrazo papá, Hee?

Se para lo más veloz que su pequeño cuerpo le permite. NamJoon se agacha y recibe a sus bebé. Hee llora muy fuerte y NamJoon se asusta.

-Hey, bebé. Está bien - Le toma el rostro.

La carita de Hee está arrugada, roja y húmeda.

-¡Se murió papá, se murió!

El ceño de NamJoon se frunce, seca las lágrimas de su hijo con las manos.

-¡Le dije que iría por la maestra pero no pude, papá! ¡Daniel se murió por mi culpa! - Se aferra a la camisa de NamJoon - ¡Perdón! ¡Perdóname, Daniel! - Grita lo más fuerte que puede, tal vez así su amigo le pudiera escuchar donde quiera que esté.

Le consuela diciendo que no fue su culpa, que no tenía la culpa de nada, que eran cosas que pasan y no están en manos de nadie evitarlas. Una señora del horfanato se lleva a Alex aún llorando, gritando el nombre de su papá y Daniel. A Louis se le parte el corazón, pero no puede hacer nada.

Sólo aguantar un poco más.

𝗕𝗿𝗮𝗰𝗲𝗹𝗲𝘁𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora