«...Antes de Mephiles, su vida era una desgracia. Licor, cigarro, drogas, fiestas, sexo, depresión, pastillas y autolesiones. Y si su amado ahora también le había fallado, ya no habían esperanzas para él...»
"Amor. ¿De verdad existe? Todos me han d...
Bien se sabe que todo tiene un fin, que la vida no sigue el mismo rumbo para siempre, que llegará el día en el que todo dará un radical giro de 180°. Lo malo es que probablemente no estarás preparado para cuando ese momento llegue. No quieres que ese instante de felicidad termine, pero tampoco puedes hacer algo para evitarlo.
Es en este tipo de casos en los que debes tomar una decisión, debes saber elegir de qué manera sobrellevar la situación por la que estas pasando, porque tu bienestar y tu futuro,o el de otras personas, dependen de ello.
Y sí, nos encantaría que fuera tan fácil como preparar un sandwich de mantequilla y mermelada, o que simplemente no tengamos que decidir, pero lamentablemente no puede ser así.
Lo más difícil es decidir entre dos opciones que parecen buenas, pero que tal vez ninguna lo es realmente.
Y si no tuvieramos que decidir, la vida ya no sería una aventura. Porque entonces ya nada tendría sentido. Sería como quitarle el dulce al chocolate, o como no ponerle queso a la pizza. Y eso es horrible.
Él simplemente se enamoró de ambos, o eso creyó. Y luego tomó una decisión: ocultarle a su pareja que también le gustaba otro. Creyó que no decirle lo que pasaba sería mejor que tener que aceptar sus errores, mirarlo a los ojos y decirle que tal vez amaba a Silver y a él ya no. Pensó que era más fácil, pero no siempre lo más fácil es lo mejor.
Sin embargo, cuando lo vió llorando, arrodillado y aferrándose a él, fue cuando supo que había estado haciendo todo mal. Fue tan inquietante y abrumador. Y entonces un pequeño flashback pasó por su cabeza. Un recuerdo que había ocultado en lo más profundo de su ser.
De pronto se vio rodeado de paredes de una tonalidad café, él y su hermano en un rincón, abrazados, su madre, tirada en el piso mientras lloraba, su padre con una maleta en la mano y con una bella eriza rubia esperándolo en un lujoso auto que se veía desde la ventana.
Su padre golpeándola e insultándola, diciendo lo mala esposa que era y la mujer fea con la que se casó.
Su madre aferrándose a sus pies, jurando qué mejoraría, pidiéndole una oportunidad para ser mejor madre y esposa, aún cuando no tenía porqué.
Y se odió a sí mismo porque se había convertido en lo mismo que era su padre. Una mierda de persona que solo sabe tapar un error con otro más grande.
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Caminar por esos pasillos lo hacían sentir peor. Cuántas veces beso a Sonic y a Silver en los casilleros, cuantas veces hizo el amor con uno de ellos en los baños, cuántas veces mintió a uno para encontrarse con otro.
Silver no vendría ese día, así que no habría alguien que lo haga sentir mejor. Y ahora Sonic no era una opción.
Tal vez pasar tiempo con esa murciélago lo distraería un rato.
