Una fuerte obsesión

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Soy una mierda, lo sé.

Se que jugué contigo y aún lo hago, pero, ¿sabes lo divertido que es ver como te ilusionas sola y por unas simples palabras?

Solo con decir te quiero puedo hacer lo que quiera contigo, destruirte desde adentro, partiendo tu alma y destrozando tu  corazón en miles de pedazos sin que puedas hacer o decir algo, y aún así seguirás siendo mía.

Es divertido jugar contigo, como aquella vez -se lame los labios- que jugamos juntos.

¿Aun lo recuerdas?

Oh es verdad, no puedes hablar por la mordaza, que idiota.

Te preguntarás por qué hago esto, la verdad es que ni yo lo sé, lo que si sé es que no puedo dejar que otra persona te tenga, no puedo ni lo soportaría, tu debes estar conmigo así como yo lo estoy contigo.

¡Pero no! tenías que ser una estúpida obstinada y no venir conmigo, no tuve  opciones, tenía que hacerlo, tu debías ser mía bajo cualquier costo. Ni siquiera debías estar con vida, solo tenias que estar conmigo. Así al final yo podría ser feliz a tu lado como la hermosa familia que estábamos destinados a ser.

Como último recurso te seguí al salir de clases, escondido para que no me vieras camine detrás de ti un par de cuadras hasta llegar a un callejón estrecho el cual era perfecto para mi.

Sin pensarlo dos veces me abalancé sobre ti, recuerdo que forcejeaste un poco, que idiota, ja.

- Lo hago por tu bien cariño, por nuestro bien y el de nuestra familia - dije mientras lamía la comisura de mis labios pensando en todo lo que te haría. Pero entonces empezaste a gritar, no debiste hacerlo, no quería dañarte, no aún.

No me dejaste otra opción, hacías mucho ruido y la gente podría venir a molestarnos en nuestra intimidad. Fue entonces cuando saqué un pañuelo con un poco de Rohypnol. Tardó un poco más de lo esperado en hacer efecto debido a que ya hacía mucho tiempo lo había aplicado.

Y entonces, después de la tormenta llego la calma, te veías tan...indefensa tan...perfecta, nada de esto hubiera sucedido si te hubieras fijado en mi desde un inicio.

- ¿Quieres saber que hice mientras dormías? 

Me obsequiaste una fuerte mirada de asco y repulsión - Oh vamos amor, no me mires así ¿acaso no ves que lastimas mi frágil y lindo corazón? - bajé mi cabeza y coloqué mis manos en mi pecho acto seguido te miré con una sonrisa perversa.

- Verás, lo que hice fue...

Te expliqué como disfrutamos nuestra luna de miel aquel mismo día, es un día el cual nunca olvidaré.

Mientras aún seguías en el callejón, tumbada en el suelo, inmóvil debido al sedante que te había dado, aproveché y subí tus manos encima de tu cabeza, lentamente te empecé a besar, fue tan excitante y único ¿también lo sentiste verdad? bese tus labios y pude probar ese hermoso color rosa que llevabas ese día, sabía un poco a fresas, luego levanté lentamente tu blusa - ¿Ammm de qué color era?, oh si...es la que traes ahora mismo -.

Iba a seguir pero empezaste a forcejear mientras hacías gritos ahogados debido a la mordaza, resultaste escupiendo la pañoleta que servía de mordaza y empezaste a pedir ayuda. Que dramática me saliste joder.

- Niña tonta, aquí nadie te oirá, aquí a nadie le importas, solo a mi así que ¡cállate de una buena vez! 

- N-no es verdad, por favor, déjame ir, te prometo que haré lo que quieras, si lo que quieras pero por favor déjame ir - decías con los ojos llenos de lágrimas.

- Si te quedas conmigo lo haré.

- Lo prometo, estaré contigo toda la vida, solo suéltame - tu voz se quebró en llanto.

- Te ves tan hermosa mientras ruegas que te suelte, supongo que no puedo negarme - dije.

Me acerqué a ti y me agaché, mientras hacía esto me acerqué a tu oído y te susurré - Eso quisieras tu,  pero nunca te liberarás de aquí, nunca te liberarás de mi -.

Gritaste y gritaste aún más forcejeando tanto que al final la silla se inclinó tanto que callo al piso destrozándose en varios y liberándote. Malditas sillas en oferta.

Corrí lo más rápido que pude hacia donde estabas en el piso, preocupado por que se hubiera lastimado mi bella y hermosa flor,  pero mientras hacía esto tu te apresuraste y tomaste un pedazo de la silla que se había destrozado y lo incrustaste con fuerza en mi abdomen.

Me quedé atónito, ¿por qué habías hecho eso? se suponía que nos amábamos ¿no era eso así? 

Te vi alejarte de mi, me dejarías y mi mundo se  acabaría. 

Mientras, yo me arrastraba por el suelo con mi mano llena de sangre tratando de tocarte así fuera una última vez.

En medio de gritos te pusiste de pie y saliste de la habitación no te volvería a ver nunca mas ¿no es así?. Traté de ponerme de pie y corres detrás de ti, y lo hice, logré ponerme de pie, pero solo fue eso, en cuanto di el primer paso mi cabeza dio miles de vueltas y todo se puso negro, un segundo después caí al piso, tendido y sin fuerzas.

Mi vida acababa de salir por esa puerta, se había alejado de mi y nunca mas volvería. Ya he perdido toda fuerza de luchar, por ti y por todo, aunque tu siempre fuiste mi todo.

Ojalá tu también me hubieras amado como yo a ti, así fuera una vez, así fuera un segundo..

** **

- ¡¡ahhhhhh!! 

- ¿Qué paso cariño? ¿estás bien? - dije despertándome por escuchar un grito

- ¿Estas bien, verdad? - dijiste mientras encendías la luz.

- ¿Ammm sii? por... - me interrumpiste colocando tus manos en mis mejillas y las empezaste a mover.

- ¿Todo esta en orden? - dije un poco confundido.

- Si - tu cara se relajó y te volviste a acostar de nuevo en la cama - solo fue una fea pesadilla -.

- ¿Y sobre que era? - dije acercándome a ti.

Tu te inclinaste para apagar la luz y dijiste - que morías -.

- Ah vale no fue nada m.... ¿espera q...

Te abalanzaste sobre mi llorando y me susurraste - me alegro que estés bien -.

- Esta bien cariño, todo esta bien, aquí estoy a tu lado -.









Escritos cortos de un chico en soledad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora